2004-2010
¿Tolerancia hacia eso? (2004)
Tolerance towards that? (2004) In Spanish
¿Tolerancia hacia eso?
Pedir que se muestre tolerancia con las leyes y costumbres islámicas es una hipocresía
Azar Majedi
8 de diciembre de 2004
El Islam político ha recurrido recientemente a una nueva táctica: habla de tolerancia. Pide a la sociedad occidental que muestre tolerancia con respecto a las leyes, costumbres y discriminaciones islámicas. Su reciente manifestación en Alemania fue un intento de acallar la voz indignada, con razón, de los seres humanos decentes y amantes de la libertad que no pueden tolerar los abusos, la violencia y la intimidación que lleva a cabo este movimiento.
Este movimiento aplasta toda resistencia, protesta y desobediencia en los países donde tiene la ventaja. Y en Occidente, donde está siendo atacado por laicos/secularistas, librepensadores y organizaciones que luchan por la igualdad y la libertad, ha cambiado de táctica y recurre a hablar de derechos civiles y conceptos sociopolíticos más sofisticados como la libertad de religión, la tolerancia y la islamofobia. ¡Se ha vuelto astuto!
Pedir a la sociedad que muestre tolerancia con las leyes y costumbres islámicas es, cuanto menos, una hipocresía. El movimiento más intolerante es el que pide a la sociedad que muestre tolerancia con una ideología y un conjunto de principios que son sumamente restrictivos, duros, crueles, misóginos y reaccionarios.
Están tomando como rehén la conciencia de quienes respetan la libertad de pensamiento, creencia y expresión, y que desprecian el racismo. Están jugando un juego político. Quieren que los libertarios permanezcan en silencio ante el abuso, la discriminación y la violencia. Porque esto es lo que las leyes y costumbres islámicas significan en la vida real de millones de personas.
¿Cómo se puede permanecer en silencio y mostrar tolerancia ante la lapidación, la flagelación, la reducción de las mujeres a ciudadanas de tercera clase, el apartheid sexual, la ejecución de seres humanos por ser no creyentes u homosexuales y el velo de las niñas?
El hecho es que el mismo movimiento que arroja ácido a las caras de las mujeres que no llevan velo, las acuchilla y corta sus cuerpos con navajas por no observar el hyjab en Irán y Oriente Medio, que azota a las mujeres por no ser “buenas musulmanas”, que azota a una joven de catorce años hasta la muerte por no ayunar en Ramadán, está hablando de tolerancia.
¡Sin duda se han vuelto sofisticados! No son simplemente matones que incitan al odio, provocan prejuicios, supersticiones y aterrorizan a todos aquellos que se atreven a cuestionar la ley del Islam. Ahora entran en el discurso sociopolítico sobre los derechos civiles e individuales.
Este es el mismo movimiento que apedrea a las mujeres en Irán, asesina a mujeres que no llevan velo o que están “occidentalizadas”, asesina a periodistas laicos en Argelia y ejecuta a mujeres en los estadios de fútbol de Afganistán. El mismo movimiento defiende la libertad de vestimenta para poder llevar velo a las niñas. Habla de mostrar tolerancia hacia el Islam para poder establecer tribunales de la sharía en Canadá. Conocemos este movimiento y lo denunciaremos.
Mostrar tolerancia con las leyes y normas islámicas es ridículo, absurdo. Están intentando establecer sus pequeñas repúblicas islámicas aquí en Occidente, para convertir las comunidades islámicas en miniestados islámicos. No permitiremos que esto suceda. Impediremos que este movimiento fascista reaccionario avance en Occidente. También los haremos retroceder en Oriente Medio.
El creciente movimiento de protesta, el movimiento de liberación de las mujeres y el movimiento secular/laico en Irán los harán retroceder.
De hecho, como librepensadores, como personas que luchan contra la desigualdad, no deberíamos tener ninguna tolerancia con las leyes, normas y costumbres islámicas. Deberíamos criticarlas radicalmente. Deberíamos exponer su naturaleza inherentemente reaccionaria y misógina. Deberíamos exponer la hipocresía que se esconde tras el clamor por la tolerancia que emiten los islamistas. Conocemos este movimiento.
Acerca de
Azar Majedi es la directora de la Organización para la Liberación de des Mujeres – Irán.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
¿Prohibición del hiyab? (2004)
Hijab ban? (2004) in Spanish
¿Prohibición del hiyab?
Entrevista con Azar Majedi
21 de julio de 2004
Transcripción de un programa de TV International English emitido el 12 de julio de 2004.
Maryam Namazie: La reciente decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos en apoyo de la prohibición del hiyab en las escuelas y universidades estatales por parte del gobierno turco dice que esto no viola la libertad religiosa. ¿O sí?
Azar Majedi: Depende. Estoy de acuerdo con la prohibición del velo en las escuelas, incluida la prohibición para los profesores y las niñas menores de edad. En lo que respecta a la prohibición del velo para las niñas, mi punto de demarcación es la protección de los derechos de los niños. El velo para las niñas menores de edad es, de hecho, una violación de sus derechos. El velo tiene efectos adversos tanto para su bienestar físico como mental. Las priva de una infancia y una vida normales y felices. Segrega a las niñas en la escuela y en la sociedad.
Al imponer el velo a las niñas, se las categoriza como especies completamente diferentes a los niños, se les asignan roles diferentes y se les fijan metas y expectativas totalmente diferentes en la vida. En resumen, se crea y establece un sistema de roles de género claramente diferenciados, lo que a su vez crea un entorno desigual para su crecimiento. El velo infantil discrimina a las niñas y, por lo tanto, debe prohibirse.
En lo que respecta a la prohibición del velo para las maestras, llego a esta posición desde una defensa del laicismo. Creo que los derechos humanos y los derechos de las mujeres se salvaguardan mejor en una sociedad laica con un estado laico. La creación de un estado laico es una condición importante para el establecimiento de la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres.
Desde el punto de vista del secularismo, la religión y el Estado, y la religión y el sistema educativo, deben estar separados. El Estado no debe representar a ninguna religión en particular, es decir, debe adoptar una posición neutral con respecto a la religión. Para ello, creo que los empleados del Estado y del sistema educativo no deben llevar ni usar ningún símbolo religioso. Por eso defiendo la prohibición del velo para los maestros de escuela.
Además, estoy de acuerdo con la prohibición del velo en las escuelas públicas porque es una restricción del papel de la religión en los asuntos de la sociedad civil, más que de la libertad religiosa como tal. La prohibición tiene por objeto restringir la intromisión de la religión como institución en el funcionamiento del Estado y de la sociedad en general.
La libertad religiosa se entiende comúnmente como la libertad de creencias y prácticas religiosas. Sin embargo, dependiendo del punto de vista, la práctica de las propias creencias adquiere diferentes dimensiones. En una sociedad secular, la religión está y debe estar separada del Estado, la educación, la identificación formal de los ciudadanos, etc.; debe ser un asunto privado.
Por lo tanto, desde un punto de vista secular, el Estado y el sistema educativo no deben representar a ninguna religión o creencia religiosa en particular. El uso de símbolos religiosos, como el velo, se consideraría una negación del principio del secularismo y contradice los principios de una sociedad secular. Al prohibir los símbolos religiosos en las escuelas públicas y las instituciones estatales, se pretende salvaguardar una sociedad más libre en la que la religión siga siendo un asunto privado.
Volviendo a tu pregunta, esta prohibición es una restricción a la religión, pero no a la libertad individual ni a los derechos individuales. En mi opinión, esta prohibición es un paso necesario hacia una sociedad más libre y, además, creo que restringir la religión ayudará a crear una sociedad más igualitaria, en particular para las mujeres. Al restringir la religión, la sociedad está en una mejor posición para respetar los derechos individuales/ciudadanos.
Pero cuando hablas de mujeres adultas que asisten a la universidad, entonces tengo un problema con la prohibición. Tal prohibición no permite a los adultos ejercer su voluntad consciente. No voy a entrar en cuántos de los que usan velo están realmente ejerciendo su elección libremente, pero de todos modos es algo que debería respetarse.
Maryam Namazie: Algunos argumentarían que, dado que la universidad es un lugar de reunión social, tiene reglas diferentes a las que se aplican, por ejemplo, en el hogar o en la calle. Por lo tanto, es legítimo prohibir el velo también en las universidades. ¿Qué diría usted?
Azar Majedi: No estoy totalmente de acuerdo. Depende de las circunstancias. Puede llegar un momento en que, para defender los derechos de las mujeres, se tomen esas decisiones. No estoy segura de que sea necesario en el caso de Turquía. Mientras que en el caso de una niña no se puede reconocer el velo como una simple prenda de vestir, y la cuestión de la libre elección o la libertad de vestir no entra en escena, en el caso de una adulta sí entra en escena la cuestión de la libre elección, la libertad de vestir.
No Importa lo opresiva o reaccionaria que sea esa vestimenta en mi opinión, ni lo mucho que piense que el velo discrimina a las mujeres y las coloca en un estatus inferior respecto de los hombres, pero si eso es lo que eligen, entonces es su elección. Reconozco el hecho de que, en la realidad actual, las mujeres se sienten intimidadas o presionadas moral y emocionalmente para que usen el velo.
Pero para compensar esas presiones, tenemos que cambiar el tejido de la sociedad, el sistema de valores y crear una sociedad más libre. En los casos en que se hace evidente que se utiliza la intimidación para imponer el velo a las mujeres, creo que el Estado debe intervenir para combatir esta intimidación y para ello podría llegar a la decisión de prohibir el velo.
Maryam Namazie: El razonamiento que dio el tribunal, que es importante dado el avance del Islam político, fue que “las medidas adoptadas en las universidades para impedir que ciertos movimientos religiosos fundamentalistas presionen a los estudiantes que no practican la religión en cuestión o a los que pertenecen a otra religión pueden estar justificadas”. ¿Está usted de acuerdo?
Azar Majedi: Este argumento es válido y tiene su mérito, pero debe aplicarse a circunstancias específicas. En el caso de Turquía, no estoy segura de que sea así. Si es cierto que la fuerza y el impacto de la intimidación del Islam político se sienten tan fuertemente que las mujeres jóvenes se ven obligadas a usar el velo, entonces estoy de acuerdo con la prohibición u otro tipo de intervención estatal para combatir la intimidación.
Por ejemplo, creo firmemente que en el caso de Afganistán, después de la caída de los talibanes fascistas, debería haber habido una prohibición para defender los derechos de las mujeres, porque las mujeres tenían miedo de salir de sus casas sin velo y de que los matones talibanes fascistas las atacaran en sus barrios y en las calles. En esa situación, esa medida tenía que tomarse para que las mujeres se atrevieran a salir sin velo.
Maryam Namazie: Entonces depende de cada situación, ¿el enfoque principal es defender los derechos de las mujeres?
Azar Majedi: ¡Exactamente! No existe una única solución para todas las situaciones sociales y políticas. Hay que tener en cuenta cada una de ellas y defender ciertos principios. Para mí, el principio es defender los derechos de las personas, los derechos de las mujeres y los derechos de los niños, etc. Creo que esa es la pregunta principal a la que hay que responder: ¿cómo puedo defender los derechos de la mejor manera? ¿Cómo puedo crear una sociedad en la que esos derechos estén mejor protegidos?
En Afganistán, yo diría que se debería aplicar una prohibición, algo que podríamos discutir, mientras que en Europa diría que no. Aquí se crearía una reacción y se discriminaría a un sector de la sociedad y a una minoría que sigue una religión, por reaccionaria que sea. Una prohibición aquí sería una violación de derechos.
Si las mujeres eligen el velo, entonces hay que encontrar otras formas de luchar contra la religión y defender los derechos de las mujeres. Es una situación delicada para llegar a la respuesta correcta. Hay que tener como marco principal la defensa de los derechos y los principios humanos, como el laicismo/secularismo.
Otros derechos, como la libertad de expresión, la libertad de vestimenta, la libertad de religión… también son derechos importantes. Cuando se lucha por los derechos de las mujeres, se pueden implementar otras medidas además de la prohibición total del velo. Hemos visto reacciones negativas en estas sociedades, por ejemplo en Turquía.
En Europa, la cuestión no es tanto la religión, creo, especialmente entre la segunda generación; es más una cuestión de lucha contra el racismo y la alienación que la sociedad occidental les ha impuesto y una cuestión de crisis de identidad.
Maryam Namazie: Pero ¿acaso los gobiernos no defienden a menudo los derechos prohibiéndolos? Y, repito, no son los gobiernos sino los movimientos los que han impuesto valores progresistas a los Estados, por ejemplo, prohibiendo el trabajo infantil. ¿No es importante que los Estados prohíban en determinados casos defender derechos?
Azar Majedi: Por supuesto. Es un punto válido y estoy totalmente de acuerdo con tu punto de vista. Y es desde este punto de vista que defiendo la prohibición del velo infantil; es como prohibir el trabajo infantil; es como prohibir los azotes a las niñas en las escuelas. Pero prohibir el velo a las mujeres adultas en todas las circunstancias es ir demasiado lejos. Entiendo la prohibición en las instituciones públicas y para los profesores o empleados de instituciones públicas, pero estoy en contra de prohibir el velo a las estudiantes universitarias o a las que son clientes del Estado.
Un cambio en este sentido puede producirse mediante un cambio de cultura, con medidas educativas y creando una situación en la que la intimidación no funcione. Es evidente que las mujeres se ven obligadas a elegir el velo debido a la intimidación en muchas situaciones, porque están bajo la presión moral de las comunidades o las familias. El Estado tiene que estar preparado para luchar contra todas las formas de intimidación, pero para que el velo desaparezca por completo, hay muchas medidas que deben adoptarse.
Maryam Namazie: Si la base es la defensa de derechos, ¿qué sucede cuando los derechos entran en conflicto, por ejemplo, el derecho a la vestimenta de las mujeres adultas y el derecho a las escuelas laicas?
Azar Majedi: Los derechos no son absolutos. Todo derecho en la sociedad está condicionado por diferentes restricciones o restricciones sociales. Esto es cierto incluso en el caso de la libertad de expresión incondicional que tanto valoramos: uno es libre de expresarse de la forma que desee, pero no está permitido acusar a otros ni hacer acusaciones contra otras personas. Se trata de una cuestión bastante sencilla, pero incluso para decidir sobre esta cuestión tan sencilla se necesitan leyes y legislación que salvaguarden los derechos individuales.
Algunas áreas son más complejas y se entra en las llamadas zonas grises. La libertad religiosa y el principio del laicismo/secularismo pueden parecer una de estas cuestiones complejas y delicadas. Una de las formas de resolver este conflicto es mirar atrás, a la historia: la lucha contra el papel de la religión en la sociedad y el Estado, la lucha por relegar la religión a la esfera privada, por restringir las prácticas religiosas cuando violan los derechos humanos, los derechos de los niños y los derechos de las mujeres.
Desde el punto de vista de una persona religiosa, el resultado de esta importante lucha histórica podría parecer que violó la libertad de religión, pero desde el punto de vista de un libertario, estas restricciones fueron esenciales para crear una sociedad más justa e igualitaria.
Para obtener una imagen más clara y evitar suposiciones falsas, hay que observar la historia del desarrollo de la sociedad moderna y civil. El secularismo es el producto de este proceso y uno de los pilares de dicha sociedad.
Erradicar la influencia de la Iglesia en los asuntos del Estado, relegar la religión a la esfera privada y restringir el papel de la religión como institución son logros importantes de la sociedad moderna. La Revolución Francesa de 1789 es un momento histórico importante en este proceso. Estas restricciones a la religión se hicieron necesarias para materializar los lemas principales de esta revolución: “Libertad e Igualdad”.
En lo que respecta a la libertad de vestir, se aplica la misma lógica. La libertad de vestir se ve restringida todos los días en la sociedad por razones de salud, razones económicas, razones sociales, etc. Los códigos de vestimenta en el lugar de trabajo, los uniformes en las escuelas son ejemplos muy claros. La gente parece aceptar estos códigos. Puede que yo tenga objeciones a los códigos de vestimenta extremos, pero el debate en torno a estas restricciones nunca entra en un debate filosófico profundo sobre los derechos. Si estamos de acuerdo en que el secularismo es uno de los pilares importantes de una sociedad libre e igualitaria, entonces creo que la restricción de la llamada libertad de vestir en las instituciones estatales y las escuelas puede defenderse fácilmente.
La religión es una institución anticuada y pasada de moda con muchas prácticas que violan los estándares de la sociedad civil moderna; la mutilación genital es un caso extremo, la circuncisión es otro, la forma inhumana en que se sacrifican los animales según las leyes islámicas, etc. La lista es larga. Para mí, la clave para alcanzar la posición correcta y sólida es el respeto por los derechos humanos y la igualdad. Doy prioridad a aquellos derechos que salvaguardan la igualdad de derechos y la libertad de las personas.
Maryam Namazie: ¿Cómo es posible que una prohibición del velo para las mujeres adultas genere una reacción negativa en Europa y no en Afganistán?
Azar Majedi: Tenemos que analizar el marco o contexto sociopolítico. Me refiero a Afganistán después del fascismo talibán. Una sociedad aterrorizada por un movimiento violento e inhumano, donde las autoridades religiosas mataban, torturaban y aterrorizaban a la gente de maneras inauditas. Allí, las mujeres eran azotadas, disparadas y ejecutadas por no respetar las leyes religiosas, como el velo. Para liberar a esa sociedad de ese terror, para devolverle un sentido de normalidad, para establecer relaciones más libres, es necesario adoptar las llamadas medidas drásticas.
Si los talibanes fascistas hubieran sido derrocados como resultado de una revolución, la situación habría sido completamente diferente. Se habrían visto quemas de velos en cada rincón del país. El movimiento por la libertad de las mujeres habría alcanzado una posición prominente en la sociedad que no podría ser ignorada. En resumen, Afganistán, después de una revolución popular directa, habría sido un país diferente.
Pero los talibanes fascistas fueron eliminados por la intervención de los Estados Unidos, y otra tendencia islamista (pro-occidental) tomó el poder. En estas circunstancias, las mujeres, con razón, no se sentirán libres de desvelarse. El ambiente de terror no ha desaparecido. Todavía se siente con fuerza. Por lo tanto, para brindarles algún consuelo y seguridad a las mujeres sería necesario prohibir por completo el velo.
En Occidente, la situación es diferente. El Islam político perdió su legitimidad en gran medida después del 11 de septiembre. Pero después del ataque estadounidense-británico a Irak y sus consecuencias, el Islam político ha ganado cierta legitimidad moral y política a los ojos de quienes se oponen a este acto atroz. En las comunidades islámicas muchos jóvenes han sido reclutados por el Islam político, no por razones religiosas sino políticas.
Están indignados con razón por estas políticas atroces, sufren ataques racistas y presiones de la sociedad en general; se sienten aislados y alienados, por lo que eligen el Islam político como mecanismo de defensa. Lo ven como la única voz de protesta. En mi opinión, prohibir el velo en general solo intensificará y agravará esta situación.
Una lucha justa y legítima contra el Islam político y el otro polo de la reacción, una lucha progresista contra el racismo será la respuesta a una derrota completa del Islam político. Creo que la pelota está en nuestro patio. Nuestro movimiento y tendencia son la respuesta. Tenemos que alzar nuestra voz y bandera tan alto que todo el mundo pueda oírla y verla; entonces la mayoría de esta juventud se volverá hacia nosotros y dará la espalda al Islam político. Deberían identificarse con nosotros y no con el Islam político.
Acerca de
Maryam Namazie es presentadora de TV International English, directora ejecutiva de la Federación Internacional de Refugiados Iraníes y directora del Comité de Relaciones Internacionales del Partido Comunista Obrero de Irán.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
No es el último: En el asesinato de Theo Van Gogh (2004)
Not the last On Theo Van Gogh’s assassination (2004) In Spanish
No es el último: En el asesinato de Theo Van Gogh
17 de noviembre de 2004
Transcripción de una entrevista con Azar Majedi que se transmitió en la televisión internacional el 7 de noviembre de 2004. Azar Majedi es la directora de la Organización para la Liberación de las Mujeres – Irán.
Maryam Namazie: El director de cine y periodista Theo van Gogh fue asesinado a plena luz del día en Ámsterdam, el capital de los Países Bajos el 2 de noviembre. Fue apuñalado repetidamente y degollado. Dicen que su asesino tiene “convicciones fundamentalistas islámicas radicales”. Existe un debate sobre si se trata de un acto individual o del movimiento islámico político. ¿Por qué ha dicho que se trata del Islam político?
Azar Majedi: No es la primera vez que vemos que alguien que ha criticado al Islam ha sido asesinado. El Islam político ha estado masacrando, torturando, ejecutando y decapitando a personas por exactamente lo mismo en Oriente Medio, en Irán bajo la República Islámica de Irán, Afganistán, Sudán, etc. Incluso cuando no están en el poder pero tienen voz política en la oposición, hacen lo mismo con sus oponentes, por ejemplo, el país de Argelia es un buen ejemplo.
Y hemos visto lo que ha sucedido en Occidente últimamente, por ejemplo, el 11 de septiembre. Éste es el método del Islam político: aterrorizar a la gente. El terror y la intimidación son los únicos métodos que tienen para obtener el poder. Aquí tenemos un caso clásico típico de alguien que critica al Islam, expone su misoginia y es amenazado varias veces y luego asesinado. Y “casualmente” se dice que la persona que lo mató tiene “convicciones fundamentalistas”, la palabra clave para alguien que se adhiere al Islam político. Por eso he dicho que éste es otro asesinato del Islam político, que debe ser condenado.
Maryam Namazie: Usted ha dicho que esto ya ha ocurrido antes. Usted mismo conoce a muchos amigos y compañeros que han sido asesinados por el movimiento político islámico. Como usted ha dicho, no es nada nuevo, ¿verdad?
Azar Majedi: No, no lo es. En realidad, hace apenas una semana, tuve un programa en conmemoración del camarada Gholam Keshavarz, un buen camarada y amigo mío que fue asesinado por el régimen islámico fascista de Irán en Chipre hace trece años por oponerse al Islam político, ser comunista, socialista y ateo. Este régimen fascista envió agentes fuera de Irán con un plan elaborado y detallado para asesinarlo. Este es sólo un ejemplo de lo que el Islam político ha hecho a la gente en Irán, en Oriente Medio, el norte de África y ahora a la gente de Occidente. Lo que están tratando de hacer en Occidente, tanto en las comunidades islámicas como en la sociedad en general, aumenta cada año más.
Maryam Namazie: En una declaración anterior, usted dijo que “Theo van Gogh fue asesinado porque se preocupó y se atrevió a exponer la misoginia inherente y la naturaleza brutal del Islam. Un acto que, lamentablemente, hoy en día exige un gran coraje, debido a los avances del Islam político y al aumento de la influencia de la religión en la sociedad”. Nos llegan informes de que era racista y que no separaba a las personas de la ideología o la religión.
Por ejemplo, en una entrevista con la revista Cultuur dijo: “Me gusta insultar a la gente con un propósito. Quiero advertir contra la quinta columna aquí en los Países Bajos que intenta corroer nuestro modo de vida”. Según el periódico Guardian publicado el 4 de abril de 2004, Theo van Gogh había descrito anteriormente a los musulmanes de manera despectiva. ¿Cree que realmente se preocupó, se atrevió y fue valiente? Yo diría que fue valiente.
Azar Majedi: Debo admitir que cuando me enteré de la noticia no conocía a Theo van Gogh y no había leído nada suyo. Leí y descubrí que había criticado al Islam y había hecho una película que exponía la misoginia del Islam. Esto, la noticia de las amenazas de muerte que había recibido, el método de asesinato y la carta encontrada en su cuerpo, me hicieron ver claramente que había sido asesinado por el Islam político. Me puse furiosa y consideré que era mi deber condenar categóricamente este crimen y pedir a todos los librepensadores y amantes de la libertad que hicieran lo mismo.
Si no alzamos la voz contra este movimiento reaccionario, si no nos mantenemos firmes, el Islam político seguirá aterrorizando a la sociedad y avanzando aún más. Por eso lo describí como valiente. Debo decir que, por desgracia, o quizás por suerte, sus escritos no están traducidos al inglés. Más tarde me enteré de que había hecho muchos comentarios racistas y despectivos sobre judíos, musulmanes, feministas, etc.
Dicho esto, este asesinato debe ser condenado categóricamente por muchas razones. En primer lugar, es un asesinato y cualquier ser humano decente está en contra del asesinato y la matanza de seres humanos. En segundo lugar, si no se condena, estaremos dando a los islamistas luz verde para seguir adelante con su terror e intimidación. En tercer lugar, si este asesinato no se aborda de forma correcta y progresista, añadirá leña al fuego del racismo que ya existe en la sociedad. Los racistas van a utilizar esto como excusa para aterrorizar a los inmigrantes e incitar al odio racial, algo que estamos presenciando en los Países Bajos.
Quisiera dejar claro un punto: criticar al Islam, ridiculizarlo, por muy dura que sea, entra dentro del concepto de libertad de expresión y crítica, y no es racista. Sin embargo, insultar a las personas haciendo referencia a su religión o raza sí lo es. Debemos hacer esta distinción muy clara, porque encontramos tendencias en la izquierda que consideran racista la crítica al Islam.
La islamofobia es un concepto inventado por los islamistas y sus apologistas, un concepto que condena cualquier crítica al Islam como un acto racista. Creo que la islamofobia es tan hipócrita como reaccionaria. Deberíamos enarbolar la bandera de la libertad incondicional de expresión y crítica.
Acerca de
Maryam Namazie es presentadora de TV International English, miembro del Consejo Central de la Organización de Liberación de las Mujeres y directora del Comité de Relaciones Internacionales del Partido Comunista Obrero de Irán.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Es necesario avanzar y desreligionizar la sociedad (2005)
We need to go forward and to de-religionize society (2005) in Spanish
Azar Majedi:
Es necesario avanzar y desreligionizar la sociedad: Mensaje leído en la reunión del 7 de diciembre en París, Francia, para celebrar los cien años de secularismo/laicismo.
11 de diciembre de 2005
Estimados colegas,
Como veterano activista del laicismo, de la desreligionización de la sociedad y de los derechos de la mujer, saludo a todos los que se han reunido para celebrar los cien años de laicismo en Francia.
Es importante promover y salvaguardar el laicismo como condición necesaria para una sociedad libre. A lo largo de la historia, más personas han sido asesinadas, mutiladas y torturadas en nombre de Dios y de la religión que por cualquier otra causa. Lamentablemente, todavía hay muchas personas asesinadas y torturadas cada día en virtud de leyes religiosas, por estados religiosos y matones religiosos.
La separación de la Iglesia del Estado es un logro significativo. Esto se nos hace más claro a medida que presenciamos los avances que la religión está haciendo en nuestra sociedad actual. Intenta dominar todos los aspectos de nuestras vidas y de la sociedad. Tenemos que luchar; tenemos que empujar la religión de nuevo a la esfera de la vida privada.
El hecho de que existiera una ley de este tipo en Francia facilitó nuestra lucha contra el papel de la religión en la vida pública. La reciente ley que prohíbe llevar símbolos religiosos visibles en instituciones públicas y escuelas fue un importante paso adelante.
Debemos salvaguardar esta ley, pero debemos tener presente que esto no es suficiente. Necesitamos ir más allá. Necesitamos construir barreras más fuertes para impedir que la religión interfiera en los asuntos de la sociedad. Nuestra experiencia histórica demuestra que, a menos que derrotemos a la religión, nunca estaremos libres de las amenazas que esta institución impone a nuestra sociedad. Necesitamos avanzar y desreligiizar la sociedad. Para lograr una sociedad libre, para promover el pensamiento libre, necesitamos expulsar a la religión de todas las esferas de la vida pública.
Debemos aprovechar nuestros recientes logros en el campo secular, contra el papel de la religión en la vida pública y contra el Islam político. Necesitamos planificar nuestra acción futura. Dos puntos importantes en nuestra agenda deben ser prohibir todas las escuelas religiosas y prohibir el velo para las niñas menores de edad.
Azar Majedi
Presidenta de la Organización para la Liberación de las Mujeres
Presentadora de No al Islam político y a la televisión internacional
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Separación de dios y ciencia (2005)
Separation of god & science (2005) in Spanish
Separación de dios y ciencia
En particular, en lo que respecta a cuestiones de género e igualdad sexual, las escuelas religiosas contradicen los logros de la sociedad.
16 de mayo de 2005
En enero de 2005, David Bell, inspector escolar, pronunció un discurso que se publicó en el periódico The Guardian sobre el aumento del número de escuelas religiosas en el Reino Unido de Gran Bretaña. Sus comentarios suscitaron la oposición del Instituto de Organizaciones Islámicas del Reino Unido de Gran Bretaña. Esta entrevista se emitió en TV International. Bahram Soroush presentó el programa mientras Maryam Namazie estaba ausente.
Bahram Soroush: Es posible que haya oído las declaraciones de David Bell y también la respuesta del Instituto de Organizaciones Islámicas del Reino Unido de Gran Bretaña. Han dicho que está atacando a las escuelas islámicas. ¿Cree que esto es discriminación?
Azar Majedi: No, no lo creo. En realidad, mi postura es prohibir todas las escuelas religiosas. Creo que la educación debe estar separada de la religión y de la Iglesia. Es una medida positiva investigar las escuelas religiosas desde el punto de vista de los derechos de los niños. No me sorprende que hayan encontrado deficiencias en las escuelas islámicas. Creo que probablemente ocurrirá más o menos lo mismo con otras escuelas religiosas. Pero tal vez otras escuelas religiosas intenten seguir más el plan de estudios y los estándares nacionales. Las escuelas islámicas se centran más en las enseñanzas religiosas que en el plan de estudios regular.
Bahram Soroush: ¿Entonces usted cree que las escuelas religiosas deberían prohibirse en general?
Azar Majedi: ¡Sí! Hay que prohibirlas y hay que separar la educación de la religión y de la Iglesia. Las leyes y normas universales son la base de una sociedad civil que respete los derechos humanos y la igualdad de todos los ciudadanos. La separación de la religión del Estado y de la educación es la base de una sociedad secular/laico, en la que se respete y fomente el pensamiento libre. La religión, en mi opinión, está impregnada de superstición y contradice los logros científicos de la humanidad. Por todas estas razones, hay que prohibir las escuelas religiosas.
Además, todas las religiones son patriarcales y sexistas. En lo que respecta al Islam, es bien conocido por sus códigos y reglas sexistas. Esto se debe a que el Islam no ha sido cuestionado ni reformado históricamente, como es el caso del cristianismo. El desarrollo del capitalismo en Occidente dio lugar a importantes convulsiones sociales, de las cuales la Revolución Francesa de 1789 es la más influyente. Estas convulsiones cuestionaron al cristianismo en diferentes aspectos y redujeron su control sobre la sociedad y pulieron sus prejuicios más crudos. Cuando se trata de cuestiones de género y de igualdad sexual, la religión tiene un efecto negativo.
Las escuelas religiosas no sólo no promueven la igualdad sexual, sino que refuerzan el sexismo y alientan una división sexual del trabajo y roles de género diferenciados. Las escuelas islámicas están segregadas y promueven roles totalmente diferentes para las niñas en la sociedad y les restringen el acceso a muchas actividades. Por último, estas escuelas son más un lugar de adoctrinamiento que de enseñanza científica. Al permitir que funcionen las escuelas religiosas, estamos discriminando a un sector de la sociedad y estamos estableciendo un doble rasero.
Bahram Soroush: En ese caso, ¿qué dice ante este argumento de que debemos cuidar las necesidades religiosas de los niños y alumnos y que es por eso que tenemos escuelas religiosas?
Azar Majedi: No creo que los niños tengan ninguna necesidad religiosa. Cuando se habla de las necesidades religiosas de los niños, en realidad se hace referencia a la necesidad de sus padres de adoctrinar a sus hijos. “Los niños no tienen religión”; nacen en una familia con una religión determinada. Creo que no debería haber enseñanzas religiosas oficiales para los niños. Una vez que alcanzan la mayoría de edad, pueden decidir si quieren seguir una fe en particular o no. Creo firmemente que la enseñanza religiosa a los niños es adoctrinamiento, como exponerlos a una ideología en particular. Por lo tanto, debe prohibirse. Está bien enseñarles la historia de las ideas, la historia de la religión, pero la enseñanza de la religión como tal debería prohibirse.
Bahram Soroush: Alguien comentó en una reciente controversia que hay niños que pertenecen a una familia religiosa y cuando van a la escuela, asisten a una escuela religiosa y vuelven a una familia religiosa. De modo que están expuestos a la religión las veinticuatro horas del día.
Azar Majedi: Creo que este es un punto muy bueno y válido. Se refiere a la triste realidad de una vida de adoctrinamiento que se impone a algunos niños. Creo que esto debe detenerse. Es incorrecto tanto desde el punto de vista del niño como desde el punto de vista de la sociedad. Privar a un niño de una vida feliz y normal y de una educación normal se ha convertido en una forma de vida integrada en la sociedad. Es incorrecto hacerlo. Deberían integrarse con otros niños en la sociedad como ciudadanos, con niños de todos los orígenes. Entiendo que hay familias con diferentes religiones y culturas.
Sin embargo, estas religiones y culturas no deben imponerse a los niños. En las sociedades actuales, los niños están expuestos a todo tipo de religiones y culturas. Se les debe dar el derecho de elección. Una vez que llegan a la edad adulta, pueden elegir. Y en cualquier circunstancia, la educación debe ser laica y basada en los últimos avances científicos. Los niños deben estar libres de lavados de cerebro, enseñanzas y sermones religiosos.
El efecto de la educación no secular, religiosa y segregada es muy destructivo para la sociedad en su conjunto y para la vida feliz y normal y la crianza de nuestros niños.
Como podemos ver, hasta un inspector escolar ha llegado a reconocer este hecho. Por supuesto, esta crítica no es lo suficientemente radical (probablemente ellos mismos tengan críticas más fuertes). Está redactada con cuidado para no “ofender” a ningún grupo religioso. Pero con un poco de perspicacia se puede reconocer la gravedad del problema.
Estoy más preocupado por la suerte de estos niños. Se les está privando. Se están violando sus derechos básicos. No podemos quedarnos sentados y mirar. Deberíamos tomar medidas para defender los derechos de estos niños a una vida feliz y normal, para salvaguardar su acceso en igualdad de condiciones a los logros científicos del mundo, al libre pensamiento y para proteger su integración en la sociedad, junto con todos los demás niños.
Bahram Soroush: En cierto sentido, los padres envían a estos niños a escuelas religiosas y les niegan los mismos derechos que a los niños que asisten a escuelas ordinarias. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Azar Majedi: Sí, eso es verdad. Mansoor Hekmat tiene una declaración muy interesante y provocadora sobre este tema y la he citado en muchos de mis discursos y artículos: “El niño no tiene religión, tradición ni prejuicios. No se ha unido a ninguna secta religiosa. Es un nuevo ser humano que, por accidente e independientemente de su voluntad, ha nacido en una familia con una religión, tradición y prejuicios específicos. Es, de hecho, tarea de la sociedad neutralizar los efectos negativos de esta lotería ciega.
La sociedad tiene el deber de garantizar a los niños condiciones de vida justas e iguales, de crecimiento y desarrollo, y de participación activa en la vida social. Quien intente impedir la vida social normal de un niño, al igual que quien pretenda violarlo físicamente en función de su propia cultura, religión o complejos personales o colectivos, debe enfrentarse a la firme barrera de la ley y a la seria reacción de la sociedad.”
Creo que la posición es muy clara. Debemos anteponer el interés del niño a nosotros. Ofrecer una vida feliz y normal a cualquier niño y crear una sociedad armoniosa basada en el secularismo/laicismo, es decir, la separación de la religión del Estado, son el principio correcto y la base de una posición correcta y justa.
El respeto por el multiculturalismo y el relativismo cultural conduce a la discriminación de algunos sectores de la sociedad, a la violación de los derechos humanos de algunos de ellos, a la aplicación de dobles raseros y a la creación de una sociedad desintegrada y segregada, en la que se encasilla a las personas en diferentes cajas de palomas y se las identifica por su origen cultural o religioso, en lugar de considerarlas ciudadanos iguales.
La diversidad está bien, pero encasillar a las personas y estamparles en la frente su religión o la de su familia o comunidad está mal. Además, en estas escuelas religiosas los niños no reciben una educación científica adecuada. Reciben una educación unilateral que se basa más en la superstición que en la ciencia, con lo que se les niega una vida normal.
La diversidad está bien, pero crear casillas y estampar en la frente de las personas la religión de su familia o de su comunidad está mal. Además, en estas escuelas religiosas los niños no reciben una educación científica adecuada. Reciben una educación unilateral que se basa más en la superstición que en la ciencia, con lo que se les niega una vida normal.
En este punto nos encontramos con la cuestión de la igualdad de género y sexual. Las escuelas religiosas en general, y las escuelas islámicas y judías en particular, se basan en valores y creencias sexistas. En todas las escuelas religiosas existe un rol de género muy definido. Las niñas son consideradas como un tipo de ser humano totalmente diferente al de los niños. En este contexto, se da un apartheid y una segregación de género que son muy discriminatorios contra las niñas y las mujeres.
En Europa tenemos una larga historia de lucha por los derechos de las mujeres. En los últimos treinta años, en particular, los roles de género han sido cuestionados de manera significativa en Europa occidental. Las escuelas religiosas lo niegan y contradicen los logros de la sociedad. Hacen retroceder el reloj. No deberíamos permitir que esto suceda. Educar a los niños en escuelas religiosas es un error y debe prohibirse.
Bahram Soroush: Algunos dirán: “Está bien, ustedes quieren una educación laica/secular, que los niños sean dejados en paz hasta que alcancen la edad de madurez, hasta que tengan dieciséis años, y entonces podrán decidir qué religión quieren tener o qué no quieren tener”. Pero también dicen: “¿Qué pasa con los derechos de los padres? ¿No tienen ellos ningún derecho ni responsabilidad en cuanto a la educación de sus hijos? ¿No los están excluyendo de sus derechos?”
Azar Majedi: No, no estoy excluyendo ninguno de sus derechos. Los padres tienen, sin duda, una responsabilidad hacia sus hijos. También tienen algunos derechos. Estos derechos y responsabilidades deben ser definidos por la sociedad como un conjunto de leyes universales. Los padres tienen la responsabilidad de proporcionar a sus hijos, en el marco de sus posibilidades, una vida feliz, normal y segura. Deben proporcionarles amor, seguridad y protección. Pero esto no significa que si un niño nace en una familia pobre o desfavorecida, la sociedad dejará que el niño tenga sólo lo que los padres sean capaces de proporcionarle. La sociedad tiene un deber hacia el bienestar del niño. Por eso existen cartas y declaraciones reconocidas internacionalmente para salvaguardar y proteger a los niños. La sociedad moderna ha reconocido la necesidad de tales leyes.
Por eso, en todas las sociedades civilizadas existen leyes que establecen la educación obligatoria, prohíben el trabajo infantil, penalizan el abuso físico y sexual de los niños, etc. Al aprobar esas leyes, la sociedad ha arrebatado a los padres el control de sus asuntos. No vivimos en un sistema feudal en el que los padres -en realidad, el padre machista- deciden sobre la existencia de toda la familia. Por ejemplo, según las leyes islámicas, un padre o un abuelo pueden matar a sus hijos sin ser procesados. Esto es una ley en algunos países. La sociedad civil moderna ha abolido ese derecho.
Quiero decir que los derechos no son absolutos ni ahistóricos. Cada sociedad debe definir estas leyes en función del bienestar de los niños y de sus intereses. En mi opinión, el adoctrinamiento de los niños es uno de esos supuestos derechos que hay que quitarles a los padres. La educación debe ser estandarizada y universal para todos los niños de una sociedad determinada.
Lo que intento decir es que la sociedad tiene una responsabilidad hacia los niños, al igual que los padres hacia ellos. Esa vida feliz, normal y segura de la que hablaba es en parte responsabilidad de la sociedad en todos los aspectos: económica y educativa. La sociedad no dejará que los padres enseñen lo que quieran y les laven el cerebro con supersticiones sólo porque los niños nazcan en una familia determinada. De hecho, existe una ley y una protección limitada que la sociedad ofrece a los niños si los padres abusan de ellos. La sociedad intervendría y se pondría del lado del niño.
Creo que el abuso se entiende como mera violencia sexual o física y verbal, mientras que el adoctrinamiento y el lavado de cerebro de los niños con supersticiones y prejuicios también deben reconocerse como abuso. Infligir o imponer costumbres religiosas o culturales a los niños que impidan un desarrollo físico y mental saludable debe considerarse abuso. Considero que el velo infantil es una grave violación de los derechos de los niños. Del mismo modo, enviar a los niños a escuelas religiosas es una grave violación de sus derechos.
Bahram Soroush: Afecta especialmente a las niñas, ¿no es así?
Azar Majedi: ¡Sí! La religión, por su naturaleza y como ideología, es muy sexista y machista. El cristianismo ha sido cuestionado en los siglos 18th y 19th, desde la Revolución Francesa de 1789 hasta la transformación de la sociedad europea de una sociedad feudal a un sistema capitalista. Ha sido rechazado en la sociedad y más o menos se está comportando como es debido. Sin embargo, el Islam no ha pasado por el mismo proceso. El Islam nunca ha sido tratado de esta manera en las sociedades en las que nació. El Islam nunca ha sido cuestionado de esta manera, nunca ha sido rechazado en la sociedad.
Además, durante las últimas tres décadas ha nacido y se ha desarrollado un movimiento político que toma su ideología y su política del Islam y es muy reaccionario: el Islam político. Este movimiento no es sólo religioso, sino también político. Podemos ver lo que está haciendo el Islam político, ganando cada vez más terreno también en la sociedad occidental.
Conocemos el historial del Islam, lo que dice el Islam; está escrito en negro sobre blanco y sabemos lo machista y sexista que es. El apartheid de género es la base del Islam. El velo de los niños y muchos otros abusos deben terminar. Si se expone a una niña o incluso a un niño a esa cultura y educación, en realidad se está privando a esos niños de una vida humana, especialmente a las niñas. Las escuelas islámicas deben terminar porque esta discriminación de género está arraigada en el Islam.
Acerca de
Azar Majedi es la directora de la Organización de Liberación de las Mujeres – Irán.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
¿Será Canadá el próximo? (2005)
Is Canada next? (2005) in Spanish
¿Será Canadá el próximo?
¿Contra cuántas repúblicas islámicas fascistas tenemos que luchar? ¡Una en Irán, otra en Afganistán, actualmente estamos luchando contra la creación de otra en Irak, y ahora una en Canadá!
Azar Majedi
7 de enero de 2005
Cuando oí hablar de los tribunales islámicos/sharías en Canadá, pensé que se trataba de una broma. Pero cuando me di cuenta de que era real, de que realmente estaba sucediendo, y cuando leí que pronto los tribunales/sharías islámicos podrían convertirse en una realidad en Canadá, me sentí abrumado, estupefacto. Parecía un mundo de fantasía. Como dijo un amigo: la República Islámica de Canadá está naciendo. Pensé en mis amigos, como el camarada Homa Arjomand, que escapó de una república islámica fascista para terminar en otra. ¿Contra cuántas repúblicas islámicas fascistas tenemos que luchar? Una en Irán, otra en Afganistán, luchando contra la creación de otra en Irak, y ahora una en Canadá.
Estoy seguro de que, en este momento, algunos de ustedes pensarán: “No exageren, esto es ir demasiado lejos. No se trata de todo Canadá, se trata únicamente de la llamada “comunidad musulmana”. Y sólo afectará a los códigos civil y de familia, no a otros aspectos legales. Están hablando como si se fuera a lapidar en las calles de la ciudad de Toronto y, además, se trata de un asunto voluntario, nadie está obligado a recurrir a estos tribunales si no lo desea. Será pura “decisión propia”.
¡Muy bien! Analicemos y veamos si estoy exagerando o si esta afirmación subestima la gravedad de la situación, la enormidad de esta acción y el riesgo extremo que estamos corriendo en relación con los derechos de las mujeres, los derechos de los niños y los derechos humanos.
La defensa de esta legislación se basa en falacias. La primera es el argumento de que al crear tribunales islámicos paralelos a los tribunales nacionales, es decir, al permitir que cada comunidad tenga su propio sistema judicial, estamos respetando los derechos de las minorías y, al hacerlo, estamos creando una sociedad menos discriminatoria y supuestamente más igualitaria.
Esta suposición es totalmente falsa. Al definir los derechos de las comunidades como opuestos a los derechos de los individuos o, mejor dicho, de los ciudadanos, estamos discriminando a un sector de la sociedad. Estamos privando a algunos ciudadanos de sus derechos iguales y de los derechos universales reconocidos por la sociedad. Ante la ley, deberíamos reconocer a los ciudadanos y no a los colectivos o comunidades. Al reconocer a las comunidades y asignarles algunos derechos arbitrarios basados en una cultura o religión particular, estamos dejando a los miembros de esa comunidad en particular a merced de la lucha de poder inherente a la comunidad. Los llamados líderes de esa comunidad, ya sean ancianos o mulás políticamente fascistas, están ganando poder sobre los individuos.
Reconocer dos o más conjuntos de valores, leyes y derechos en una misma sociedad es una práctica discriminatoria. Al hacerlo, estamos definiendo, de hecho, diferentes categorías de ciudadanos, y hacerlo sobre la base de diferentes etnias, religiones y culturas no es más que racismo, puro y simple. Estamos asignando diferentes leyes, derechos, normas y estándares a cada grupo étnico o religioso diferente.
El concepto de ciudadano y los derechos de los ciudadanos son conceptos modernos logrados tras décadas de lucha libertaria. La reducción del poder de la Iglesia sobre la sociedad es otro logro. El mundo ha dado pasos importantes hacia el reconocimiento de conceptos como los derechos humanos. De hecho, la lucha contra el sexismo y por los derechos de las mujeres ha sido un proceso de ese tipo.
En el caso de los tribunales islámicos y de su concesión de procedimientos legales en materia de litigios civiles o familiares, estamos dejando a las mujeres de las llamadas comunidades musulmanas a merced de las leyes y tradiciones islámicas, que son claramente discriminatorias contra ellas. En los países dominados por el Islam, el movimiento de liberación de las mujeres ha librado una larga batalla para lograr un sistema y una legislación laicos con el fin de disminuir la discriminación contra las mujeres y promover el reconocimiento de la igualdad de derechos para la mujer en el ámbito de la familia y en la sociedad en su conjunto.
La segunda falacia es el argumento que sostiene que la remisión de las disputas familiares a los tribunales islámicos y el arbitraje islámico son voluntarios y una cuestión de elección personal. Este argumento suena muy libertario y legítimo, pero es sólo una fachada elegante para imponer un sistema de valores patriarcales a las mujeres y los niños. La intimidación y la fuerza de la presión moral comunitaria son herramientas para mantener a las mujeres subyugadas. Ningún ser humano en su sano juicio optaría por privarse de la igualdad de derechos y colocarse en una posición subordinada.
En el marco del sistema de valores patriarcales, como las tradiciones y normas islámicas, las mujeres se ven privadas de derechos iguales en cuestiones como el matrimonio, el divorcio, la custodia y la gestión de los asuntos familiares y las disputas familiares. Las mujeres de estas comunidades se ven obligadas, mediante la intimidación y la presión moral comunitaria, a aceptar esta desigualdad como norma, como ley natural y divina, y a respetarla. La creación de un sistema jurídico y el otorgamiento de poderes jurídicos, religiosos y morales a los llamados líderes de la comunidad reducirá las opciones de las mujeres para vivir una vida más igualitaria. Disminuirá los derechos de las mujeres a la igualdad de oportunidades; aislará a las mujeres de la sociedad en general y convertirá sus vidas en guetos.
Cualquier activista y analista de los derechos de las mujeres le dirá que la familia y el dinamismo de la vida familiar y el orden familiar son los pilares de la subordinación de las mujeres en la sociedad. Algunos sostienen que los tribunales islámicos sólo tratan cuestiones mundanas, como el derecho de familia. Este es un argumento interesado para ocultar los verdaderos problemas en juego. El movimiento de liberación de las mujeres ha luchado durante mucho tiempo y con ahínco para reformar las leyes familiares y la estructura de poder dentro de la familia. Al reconocer los tribunales islámicos estamos haciendo retroceder el reloj para las mujeres que viven bajo las tradiciones islámicas.
La sociedad tiene el deber de ofrecer a todas las mujeres igualdad de oportunidades y acceso igualitario a leyes iguales y universales. Nadie tiene derecho a negar a ninguna mujer, ya sea de comunidades islámicas, judías o de cualquier otra índole, este derecho básico. En un entorno basado en el patriarcado, un viejo sistema de valores y tradiciones tan claramente misóginas, no puede haber posibilidad de ejercer libremente su elección. La elección será la de la pareja más fuerte en la relación.
En las últimas décadas hemos presenciado una glorificación de la cultura como un tema primordial que determina la vida y los derechos de las personas. La cultura ha llegado a tener precedencia sobre los derechos humanos, la igualdad, la liberación, los derechos de los individuos, los derechos de los niños y los derechos de las mujeres, conceptos y cuestiones que han sido objeto de debate durante mucho tiempo y que tienen prominencia en las sociedades civiles modernas y civilizadas. El nacimiento del relativismo cultural y su reconocimiento en la sociedad como un concepto creíble es el resultado de este proceso.
Les pregunto por qué un concepto arbitrario como la cultura debe ser tan glorificado que tiene precedencia sobre cuestiones tan importantes como la libertad, la igualdad y la justicia. ¿Por qué se debe categorizar a las personas y colocarlas en diferentes casilleros según su cultura o religión? Estos deberían ser asuntos privados. No hay justificación para asignar un estatus tan prominente a la cultura que eclipsa cualquier sentido de justicia, igualdad y libertad, los logros de largas batallas libradas por personas amantes de la libertad y socialistas durante más de dos siglos.
Me gustaría reflexionar sobre otro tema aquí. En lo que respecta a los tribunales islámicos, estamos tratando con un movimiento que ha ganado poder político en algunos países influyentes y se ha vuelto muy conocido internacionalmente: el Islam político. En mi opinión, es un movimiento reaccionario fascista y misógino. Estoy hablando aquí con ustedes como víctima de primera mano del Islam político. Puedo mostrarles aquí entre la audiencia muchas más víctimas de este movimiento brutal. Hay muchas mujeres y hombres aquí hoy que han huido de la tortura, las amenazas de ejecución y la humillación del Islam político. Para nosotros, ver que las semillas de una república islámica se están sembrando aquí en Canadá es aterrador.
Permítanme llevarlos brevemente de regreso a los ataques terroristas a las Torres Gemelas del World Trade Center (WTC) original el 11 de septiembre de 2001. El día horrible en el que miles fueron asesinados de la manera más horrenda. No fue solo la cantidad de seres humanos que perdieron la vida lo que sacudió al mundo, fue la forma en que sucedió. Como resultado de esta tragedia, el Islam político quedó marginado y se vio sometido a una presión cada vez mayor. Los crímenes de este movimiento brutal en Afganistán e Irán quedaron al descubierto. La gente del mundo quedó horrorizada por las atrocidades cometidas por el Islam político.
Sin embargo, las acciones de los Estados Unidos y Gran Bretaña, el ataque a Irak y la actitud intimidatoria adoptada por los Estados Unidos crearon un terreno sobre el cual este movimiento comenzó a construir una campaña psicológica y de propaganda para presentarse como víctima del racismo occidental. Comenzó a crear un sentimiento de culpa entre la gente decentes y amantes de la libertad en Occidente. Los crímenes y atrocidades infligidos por los Estados Unidos en Irak y contra los inmigrantes y las personas de origen del Medio Oriente se convirtieron en una fuente de la que el Islam político vino a sacar provecho para aparecer como “víctima”. Después de esa fecha, el Islam político tomó como rehén nuestra creencia en la libertad y la igualdad para servir a sus propios intereses. Nuestra decencia se convirtió en una fuente de explotación.
El término islamofobia surgió. Y una vez más, después de haber dejado al margen el relativismo cultural, vinimos a luchar contra un nuevo monstruo. Nos amenazaron y nos miraron con malos ojos personas bien intencionadas por criticar al Islam y su trato a las mujeres, por criticar el velo, especialmente el velo infantil. El movimiento que nos azotó, nos torturó por no observar el llamado hiyab obligatorio y nos hizo huir de nuestros hogares y buscar refugio aquí, ahora nos llama racistas. No debemos permitir que esto suceda. Esta burla debe detenerse. Debemos poner fin a esta farsa de victimización y autocomplacencia por parte de un movimiento que ha aterrorizado a millones de mujeres hasta la sumisión y la subyugación.
Es cierto que somos víctimas directas del Islam político, pero no somos meras víctimas. Pertenecemos a un movimiento vibrante, dinámico, fuerte y progresista que ha luchado contra el Islam político no sólo en Irán, no sólo en Irak, y no sólo en Oriente Medio, sino también aquí en Occidente. Hemos enarbolado la bandera de la libertad y la igualdad no sólo para las mujeres sino para la humanidad y estamos luchando para devolver a la religión al lugar que le corresponde, es decir, a la esfera privada.
Luchamos para reducir el papel de la religión en el funcionamiento de la sociedad, para separar la religión de la educación, del Estado y del poder judicial. Hemos enarbolado la bandera del secularismo/laicismo. Somos la vanguardia del movimiento secular en Europa y ahora en Canadá. Los derechos de las mujeres, la igualdad y la libertad necesitan la secularización/laicización de la sociedad. Hemos organizado esta lucha; estamos a la vanguardia de esta lucha y estamos orgullosos de ello. No permitiremos que el Islam político fascista se arraigue en Occidente y pronto lo erradicaremos también de Oriente Medio.
El texto anterior es un discurso preparado por Azar Majedi para un panel sobre los tribunales de la sharía y los derechos de las mujeres que se celebró el 8 de marzo de 2004 con motivo del Día Internacional de las Mujeres. Azar Majedi es la directora de la Organización para la Liberación de las Mujeres.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
La resistencia de masas es la otra cara de la opresión a gran escala: La realidad del movimiento de liberación de las mujeres en Irán (2006)
Mass resistance is the other side of large scale oppression: The reality of women’s liberation movement in Iran - Speech at the international women’s rights conference in Düsseldorf (2006) in Spanish
La resistencia de masas es la otra cara de la opresión a gran escala: La realidad del movimiento de liberación de las mujeres en Irán
Un discurso en la conferencia internacional sobre los derechos de las mujeres en la ciudad de Düsseldorf, Alemania (2006)
Por Azar Majedi
24 de octubre de 2006
Al describir las condiciones de las mujeres en un país en particular, se hace referencia a las leyes que gobiernan ese país o a las estadísticas. De esta manera, se expone el alcance de la opresión que sufren las mujeres o se admiran sus logros. En lo que respecta a las mujeres que viven bajo el gobierno del Islam, es pura discriminación y opresión, subyugación y violencia estatal.
Si bien en muchos países las mujeres son consideradas ciudadanas de segunda clase, en los países dominados por el Islam ni siquiera se las considera ciudadanas. Son una extensión de los hombres. De hecho, según el Islam, el concepto de ciudadano es inexistente. Existe una relación entre Dios y la jerarquía religiosa y un colectivo de hombres sin derechos ni conciencia, con las mujeres como sus esclavas. De hecho, esto es cierto para cualquier otra religión, pero eso queda fuera del tema de hoy.
Usted ha oído hablar mucho de las mujeres bajo el Islam, del Islam de los talibanes, en los países de Pakistán, Bangladesh, Somalia, Sudán e Irán bajo la República Islámica. La situación de opresión de las mujeres, la discriminación absoluta, el apartheid de género, el velo islámico, los matrimonios forzados, la pedofilia reconocida oficialmente, la edad legal para contraer matrimonio a los nueve años para las niñas, los crímenes de honor, la poligamia, la lapidación de mujeres por mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, el fomento de que los hombres golpeen a sus esposas como castigo… La lista es larga.
Si bien en el pasado la cuestión del Islam y las mujeres era un tema desconocido, hoy en día, gracias al auge del Islam político fascista, de los estados islámicos fascistas en Irán, Afganistán y ahora en Irak, se ha convertido en un tema bien conocido. Estoy seguro de que todos ustedes han oído hablar de la inexistencia de los derechos de las mujeres en el Islam. Sin embargo, algunos piensan que no es culpa del Islam, sino del patriarcado. Sostienen que no es el Islam, sino las interpretaciones patriarcales del Islam, las responsables de las condiciones de las mujeres en los países bajo el dominio del Islam. En otras palabras, la culpa es de los hombres gobernantes, no del Islam gobernante. No entraremos en el debate de que el Islam, como todas las demás religiones, es el producto directo de la era patriarcal.
No podría haber escapado a estar impregnado de valores y perspectivas patriarcales. Sin embargo, debemos señalar un hecho innegable: millones de mujeres son violadas diariamente por las leyes, costumbres, valores y estados islámicos. Debemos abordar esta violación de manera efectiva.
Estoy aquí en representación de la Organización para la Liberación de las Mujeres. Estoy aquí para familiarizaros con las realidades de la sociedad iraní. Habéis oído hablar de Irán. No me refiero al petróleo ni al proyecto nuclear. No me refiero a los mulás fascistas ni a la fatwa contra Salman Rushdie. Me refiero a la situación de las mujeres. Hoy quiero hablaros de la resistencia de las mujeres, más que de la opresión de las mujeres. Habéis oído largas historias sobre la opresión de las mujeres.
Me gusta deciros que existe un movimiento de resistencia de masas contra esta opresión sistemática, contra esta ideología misógina oficial. Quiero darles esta noticia alentadora: Irán es la cuna de un momento histórico muy importante en el movimiento internacional de liberación de las mujeres, un movimiento más significativo que el movimiento de las sufragistas de principios del siglo XX en los Estados Unidos, o tan vasto como el movimiento de liberación de las mujeres en la Unión Soviética durante 1917-1930, o en Occidente durante las décadas de 1960 y 1970. Estoy aquí para pedirles su solidaridad y apoyo. Este movimiento tiene un gran potencial. Si se materializa, no sólo es capaz de liberar a las mujeres en Irán, sino que también abre la puerta a la libertad para todas las mujeres en Oriente Medio. Debemos reconocer este hecho.
La situación en Irán es diferente a la de Afganistán, Irak o Sudán. En esos países hay un descontento masivo, hay resistencia, pero falta un movimiento de masas en defensa de los derechos de las mujeres. Ese movimiento existe en Irán.
En Irán nunca ha existido un Estado laico/secular ni la separación de la religión del Estado, ni la educación. Las leyes siempre han sido leyes religiosas. Siempre ha existido una dictadura. Los esfuerzos por reformar la ley de familia en favor de las mujeres durante las décadas de 1960 fueron muy escasos y poco efectivos. Durante la revolución iraní de 1979 nació un movimiento por los derechos de las mujeres. No era un movimiento de masas, sino que estaba formado por mujeres de izquierda e intelectuales. Yo soy de esa generación. Mi lucha por los derechos de las mujeres y por la libertad y la igualdad va más allá de ese período.
La República Islámica fascista atacó a las mujeres con todas sus fuerzas después de llegar al poder. La primera fase del movimiento de mujeres duró poco. Opuso una valiente resistencia, pero fue silenciada al cabo de dos años. La resistencia de las mujeres continuó de forma individualista, contra el hiyab obligatorio, el apartheid de género y el código de vestimenta obligatorio. Muchas mujeres fueron encarceladas, torturadas o lapidadas hasta la muerte. Esta brutal opresión no fue capaz de acabar con el espíritu de resistencia. La nueva generación reavivó este movimiento a gran escala y lo impulsó hacia adelante. La lucha contra el velo islámico y el apartheid es uno de los principales campos de batalla.
Cuando oigo a los apologistas del movimiento islámico fascista o a los defensores del relativismo cultural (que gracias a nuestra lucha incansable se ha convertido en una tendencia marginal) ellos dicen: “el velo islámico y el apartheid sexual son su cultura”, me pongo furioso y quiero reírme al mismo tiempo. Si ésta es “su cultura”, se supone que la practican voluntariamente. ¿Por qué entonces se ha hecho necesario este masivo medio de opresión? ¿Por qué se forman todas estas fuerzas especiales para hacer frente a la desobediencia cultural, la no-observancia del hiyab obligatorio y el apartheid de género? Me gusta preguntar: ¿Son estas personas una panda de masoquistas a quienes les gusta practicar su cultura siendo torturadas, encarceladas y lapidadas? ¡Qué tontería! Miles de mujeres que han sido ejecutadas, lapidadas y torturadas son el símbolo de un vasto movimiento contra las leyes islámicas, el apartheid de género y el velo islámico.
Quizás pienses que ésta es una forma peculiar de demostrar resistencia. Creo que la ecuación es sencilla: un sistema opresivo complejo y sofisticado sólo demuestra que hay una resistencia vasta y compleja que debe ser reprimida. Cuando hay más de cien mil ejecuciones políticas, este hecho amargo y trágico expone que la sociedad no acepta el orden existente y quiere un cambio.
En Irán existe una fuerza policial especial para ocuparse de las mujeres, de las que protestan, de las que no observan el hiyab obligatorio y de las que innovan en la moda. Esta fuerza especial se utilizó en la manifestación de julio en Teherán y aplastó la manifestación. A pesar de todas las leyes contra el incumplimiento del hiyab obligatorio y del código de vestimenta, a pesar de las penas de prisión, las multas y los azotes, las mujeres en Irán ridiculizan el hiyab obligatorio y en sus manifestaciones incluso lo han quemado. No se puede silenciar a la nueva generación, no se la puede obligar a volver a casa. Esta es la resistencia de la que estoy hablando.
En Irán existe un vasto movimiento secular/laico y por una sociedad libre e igualitaria. El movimiento de liberación de la mujer es uno de los principales componentes de este movimiento general. El estatus de facto de la mujer es mucho más alto que su estatus oficial y legal. A los ojos de la ideología y la legislación dominantes, el estatus de la mujer es la mitad del del hombre. La mujer es esclava del hombre. No puede viajar ni trabajar sin el permiso de su “amo”, no tiene derecho a divorcio ni a la custodia, no puede convertirse en juez ni presidenta. Pero las mujeres en Irán no se han visto obligadas a aceptar este estatus e imagen. Quieren ser personas completas, independientes e iguales.
Me gustaría mencionar una cifra estadística: alrededor del sesenta y seis por ciento de los estudiantes universitarios son mujeres. Esto es en un país en el que hay que pasar exámenes de ingreso difíciles. Hay una competencia muy alta. También hay que tener en cuenta los esfuerzos del Estado para empujar a las mujeres a casa. ¿Es esta estadística accidental? ¡No! Es una tendencia.
Cada año esta cifra ha aumentado, del treinta por ciento al sesenta y seis por ciento. El parlamento intentó aprobar leyes para revertir esta tendencia, para evitar que las mujeres ingresen a la universidad en este elevado número. Argumentaron que esto es muy perjudicial para el Islam y la institución de la familia. El parlamento islámico está alarmado por estas estadísticas, yo me alegro muchísimo. Esto demuestra una resistencia resistente por parte de la nueva generación de mujeres en Irán. Esto trae esperanza de que la liberación de la mujer en Irán esté viva y coleando.
El 8 de marzo se ha convertido en una tradición establecida en Irán. En los últimos años, el 8 de marzo se ha celebrado en diferentes ciudades y de diferentes maneras. Recuerdo que en 1979 organizamos varias celebraciones del 8 de marzo en Teherán. La sociedad estaba libre de la dictadura monárquica de Pahlaví y nosotras, las activistas por los derechos de las mujeres, celebrábamos el 8 de marzo por primera vez. Ese mismo día, Ruhollah Jomeiní ordenó a las mujeres que llevaran el hiyab obligatorio proclamado. Una gran manifestación tomó las calles en protesta por esta orden reaccionaria y exigió la igualdad de las mujeres. Éste fue el nacimiento de un movimiento por los derechos de las mujeres que fue silenciado al cabo de dos años.
La República Islámica fascista intentó una táctica de propaganda: denominó el cumpleaños de la hija del profeta Mahoma, la Dama Fátima Zahra, como el Día de la Mujer. La especialidad de este régimen fascista ha sido reprimir un movimiento no sólo por la fuerza brutal sino por medio de la propaganda demagógica. Aplastó la revolución iraní de 1979 llamando a su Estado un Estado revolucionario, a sus fuerzas brutales guardias revolucionarios y a la revolución misma, revolución islámica. Desarmó a la izquierda tomando el control del llamado movimiento antiimperialista manipulando los sentimientos antiamericanos y tomando a estadounidenses como rehenes en la Embajada de Estados Unidos. Denominar el cumpleaños de la hija del profeta como el Día de la Mujer fue una táctica similar.
Sin embargo, esta táctica funcionó sólo durante unos pocos años. Luego se vio obligado a asignar una semana de la mujer. Esto tampoco funcionó. El año pasado se vio obligado a admitir la derrota y una facción del régimen reconoció el 8 de marzo como el Día de la Mujer. El 8 de marzo ahora es una tradición establecida en Irán. El año pasado se organizaron muchas manifestaciones y reuniones para conmemorar el 8 de marzo. Algunas de ellas, incluida una en Teherán, fueron reprimidas. Tres meses después se organizó una gran protesta en Teherán, en la que participaron varios miles de personas, que fue reprimida. Un par de meses después se inició un movimiento para recoger un millón de firmas a favor de cambiar las leyes en favor de las mujeres. El movimiento de liberación de las mujeres no va a resignarse ni a callarse. Intentan aplastarlo, pero resurge aún más fuerte. Parece que todos los esfuerzos por reprimirlo sólo lo hacen más resistente y fuerte.
Estos son los aspectos positivos de la resistencia de las mujeres. Por desgracia, también hay una dimensión oscura y triste. El número de suicidios y de personas que se prenden fuego ha aumentado considerablemente entre las mujeres, especialmente entre las jóvenes. Las mujeres en Irán siempre han vivido bajo discriminación. Los matrimonios forzados, las extensas restricciones en su vida, el estar en un estado de servidumbre con respecto a los hombres siempre han sido la realidad de la vida de la mayoría de las mujeres en Irán. Parece que solían aceptar esto como una ley divina y natural y se resignaban a ello. Sin embargo, en la última década estamos presenciando un aumento significativo del suicidio. Esto es una protesta. La nueva generación tiene otras expectativas y aspiraciones. No se resigna a su “destino”. Quiere tomarlo en sus propias manos. Cuando no puede protestar colectivamente, cuando no puede dirigir su ira y desaprobación contra el estado, la dirige contra sí misma. Estos daños autoinfligidos son un medio de protesta.
Es nuestro deber, es la responsabilidad de las activistas por los derechos de las mujeres transformar este método de autoinfligirse daño en una resistencia positiva. Debemos transformar esta desesperación en esperanza de cambio.
Otro hecho negativo es el elevado número de niñas que escapan de las restricciones y la violencia doméstica en busca de libertad y acaban en la calle, sin hogar, sin protección y siendo víctimas de la prostitución. Son maltratadas y explotadas. Muchas de estas niñas visten ropa de hombre con la esperanza de ser más libres y sufrir menos acoso. Sin embargo, no hay escapatoria. La vida de estas niñas es una historia reveladora de brutalidad, explotación y crueldad.
En mi opinión, los dos últimos factores son nuevos fenómenos sociológicos en una sociedad que atraviesa profundos cambios sociales, culturales, políticos y económicos. El análisis de esta situación nos lleva a una resistencia social masiva y profundamente arraigada contra el orden dominante, la ideología y la cultura dominantes, contra los antiguos y anticuados valores del Islam.
Y por último, pero no por ello menos importante, debemos mencionar las diversas organizaciones culturales y no-gubernamentales que luchan por los derechos de las mujeres. Estas organizaciones deben adaptarse al estado y las leyes opresores. Estamos siendo testigos del nacimiento de muchas organizaciones, festivales y campamentos de solidaridad diferentes. Estos son los aspectos brillantes y esperanzadores de la resistencia de las mujeres.
Mis amigos:
En Irán existe un movimiento de resistencia de masas contra la discriminación sexual y por la igualdad de género. Este movimiento necesita vuestra solidaridad y vuestro apoyo. Si logramos liberar a las mujeres de la opresión y de las leyes y valores misóginos, se abrirá una puerta a todas las mujeres de Oriente Medio y de los países dominados por el Islam. Debemos iniciar un vasto movimiento internacional contra la discriminación, la violencia y la opresión sistemática, contra el apartheid de género y el velo islámico. La Organización para las Liberación de la Mujeres os llama a sumaros a este movimiento. Hemos elaborado una resolución contra el apartheid de género y os pido que la apoyéis. Mostrad vuestro apoyo aplaudiendo y firmando nuestra petición. Gracias.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
La religión es una industria: necesitamos un mundo libre de religión (2006)
Religion Is an Industry: We Need a World Free of Religion (2006) in Spanish
La religión es una industria: necesitamos un mundo libre de religión (2006)
Una declaración hecha en la conferencia sobre la libertad de expresión y el fundamentalismo,
En París, Francia, el 6 de abril de 2006
Por Azar Majedi
23 de abril de 2006
Estamos aquí hoy para reconocer la importancia de la libertad de expresión y la libertad incondicional de expresión. Estamos aquí hoy para decir “basta ya”. No nos someteremos más. Lucharemos para salvaguardar el derecho a la libertad de expresión y crítica. Lo decimos en serio y no nos dejaremos intimidar, acosar ni chantajear por ningún grupo religioso, sentimiento, superstición o por ningún acto terrorista.
Esto es importante. Debemos continuar esta lucha y nunca rendirnos. Sin embargo, ¡esto no es suficiente! ¡Esto no va lo suficientemente lejos! Para tener éxito en nuestra lucha por asegurar la libertad incondicional de expresión y crítica, necesitamos ampliar nuestros alcances. Necesitamos luchar por la libertad en un espectro más amplio.
La agresión de la derecha a las libertades civiles y los derechos individuales ha sido enorme, particularmente en los últimos años. Los ataques terroristas del Islam político fascista han infligido un gran golpe a nuestra sociedad. Como resultado de estos ataques, el mundo ha sufrido mucho, tanto en términos de vidas humanas como de pérdida de libertades civiles y derechos individuales.
Debemos oponernos firmemente a la religión como institución. La religión no es sólo una cuestión de creencias espirituales, es una industria, un gran negocio, una organización mafiosa, sea fundamentalista o no. Debemos luchar por la desreligionización de la sociedad, respetando al mismo tiempo el derecho de cada individuo a creer en cualquier religión. Para aclarar el asunto, me gusta citar a Waffa Sultan: “puedes creer en cualquier piedra que quieras, siempre y cuando no me la tires”. La religión debe ser un asunto privado.
Si aspiramos a crear un mundo mucho más libre e igualitario, debemos ir más allá de establecer principios seculares/laicos. Necesitamos el secularismo/laicismo como condición necesaria para una sociedad libre, pero en la lucha contra la religión debemos ser más agresivos, no contra los creyentes, sino contra la industria religiosa. Necesitamos desenmascarar la religión como una ideología reaccionaria, como un arma para embrutecer a la humanidad, como un arma de explotación, discriminación y degradación. A lo largo de la historia e incluso hoy, más seres humanos han perdido la vida bajo el nombre de Dios y la religión que bajo cualquier otra bandera.
Debemos cortar las manos de la religión del Estado, la legislación, la educación y la sociedad. Debemos organizar una lucha orquestada y dinámica contra la religión para hacerla retroceder a la esfera privada y tratar de construir un mundo libre de religión. Y aquí me refiero a un mundo en el sentido literal de la palabra. Debemos pensar internacionalmente y no permitir que nos confinen las fronteras eurocéntricas u occidentales. El mundo entero necesita estar libre de religión.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Un niño no tiene religión (2006)
A child has no religion (2006) in Spanish
Un niño no tiene religión
Deberíamos arrancar toda falsificación romántica que rodea al velo.
9 de noviembre de 2006
La cuestión del velo ha sido objeto de un intenso debate en los medios de comunicación británicos. En este debate parecen estar en juego algunos principios fundamentales: la libertad individual de practicar la propia religión, la libertad de elección, la libertad de vestir y la discriminación contra una comunidad en particular, es decir, la denominada comunidad musulmana. Los fascistas islamistas y algunos activistas de derechos humanos sostienen que la denominada comunidad musulmana está siendo estigmatizada y ha sido objeto de ataques racistas desde el 11 de septiembre. Argumentan que los últimos intentos de prohibir el burka/burqa o el nicab/niqab constituyen una violación de la libertad individual y otro ataque racista contra los musulmanes. Examinemos estas cuestiones más de cerca.
Dos acontecimientos consecutivos han puesto de relieve la cuestión del velo islámico en los medios de comunicación británicos: el comentario de Jack Straw sobre las mujeres que llevan nicab/niqab y el caso de Aishah Azmi, una profesora de apoyo de veinticuatro años a la que se le ordenó quitarse el velo integral, incluido el nicab/niqab. La profesora llevó a la escuela a los tribunales y el tribunal falló a su favor, por lo que la profesora recurrió la decisión del tribunal.
En mi opinión, defender el derecho a llevar el velo en cualquier forma y en cualquier circunstancia como una libertad de elección es una falacia. Pasa por alto otros derechos igualmente importantes reconocidos por la sociedad civil moderna. Al defender incondicionalmente el derecho a llevar el velo, se entra, en el mejor de los casos, en colisión con otro conjunto de derechos, es decir, los derechos de los niños, los derechos de las mujeres, los derechos de la sociedad y el principio del secularismo/laicismo. Al debatir sobre la libertad de llevar el velo, se deben tener en cuenta diferentes circunstancias: 1. La edad de la persona que lo lleva; 2. La extensión del velo; y 3. ¿Dónde se lleva el velo?
¿Por qué son relevantes estos factores en la discusión?
En primer lugar, es importante definir qué es el velo. ¿Es sólo un artículo de moda, un simple estilo de vestir? El argumento que clasifica el velo como un estilo de vestir es totalmente engañoso. El velo es un ritual religioso, una vestimenta religiosa. Además, hoy en día el velo se ha convertido en la bandera política de un movimiento político fascista, es decir, el Islam político. El velo se ha convertido en el símbolo del poder islámico. Allí donde los fascistas islamistas obtienen el poder, imponen el velo a las mujeres, como signo de su victoria y supremacía.
¿Por qué este argumento es relevante para nuestra discusión? Se podría argumentar que, independientemente de su carácter y significado religioso o político, uno debe ser libre de usar cualquier “símbolo político o religioso” que elija. ¡Mi respuesta, y creo que la de muchos otros, a esto, es un categórico de NO! Hay que decir que en la mayoría de los países, incluidas las democracias occidentales, existen ciertos códigos de vestimenta en los lugares de trabajo y no se permite usar diferentes símbolos políticos o religiosos en el lugar de trabajo. Por lo tanto, el velo también debe verse desde esta perspectiva. Deberíamos arrancar toda esta falsificación romántica que rodea al velo. El velo es un símbolo religioso y político de una religión y un movimiento que degrada y priva a las mujeres.
El velo como símbolo de la subyugación de las mujeres
El velo es a la vez símbolo y herramienta de subyugación de las mujeres. El Islam, como todas las demás religiones, es una ideología misógina. Es un producto directo del patriarcado puro. El Islam, en particular, debido a sus características terrenales, penetra cada aspecto de la vida privada y social de hombres y mujeres. La mujer, según el Islam, es una extensión y un sujeto del hombre. No tiene una identidad independiente y está definida por su amo. El velo ha sido prescrito para ocultar la propiedad de los hombres de posibles violadores. Una mujer “libre”, según el Islam, es considerada un objetivo abierto y libre, un vehículo gratuito.
Es absurdo considerar el velo como un artículo de moda o un estilo de vestir. Deberíamos definir el velo como lo que realmente es y como realmente funciona en la vida de muchas mujeres bajo el dominio del Islam: un símbolo de servidumbre y subyugación.
Sin embargo, se puede argumentar que, si una persona elige una vida de servidumbre, debería ser libre de hacerlo. La sociedad civil moderna tiene una respuesta diferente a este argumento. En una sociedad civil libre y moderna, cuando se protegen los derechos humanos, los derechos de los niños o los derechos de las mujeres, existen leyes que limitan el derecho de una persona a hacerse daño a sí misma o a privarse de ciertos derechos y privilegios. Del mismo modo, deben imponerse algunas limitaciones al uso del velo. Es aquí donde quizás surjan algunos desacuerdos. Aquí es donde entran en escena las circunstancias mencionadas anteriormente.
El velo debe estar prohibido para las niñas menores de edad
Uno de los logros de la sociedad civil moderna es el reconocimiento de la responsabilidad de la sociedad de proteger a los niños de cualquier tipo de abuso. La sociedad debe ser responsible de la seguridad, la felicidad, la salud y el crecimiento y desarrollo normales de los niños. En las últimas décadas, hemos presenciado una gran lucha de personas decentes y amantes de los seres humanos para establecer el concepto de los derechos del niño, para reconocer al niño como un individuo y no como propiedad de sus padres.
Este es un logro histórico que contradice la esencia de la religión. Según el Islam, el niño es propiedad del padre o del abuelo y estos incluso tienen derecho a quitarle la vida. Por lo tanto, las cartas modernas de los derechos del niño están en contradicción básica con las leyes y costumbres religiosas. De hecho, anulan ciertos derechos religiosos o “divinos”. Esto debe extenderse a las niñas que viven en comunidades islámicas.
El velo es una discriminación absoluta contra las niñas. Impide su desarrollo físico y mental, las segrega del resto de la sociedad, limita su crecimiento y su desarrollo futuro, les asigna un papel social prescrito según su género y una división del trabajo. Por lo tanto, debe prohibirse.
La sociedad tiene el deber de garantizar el desarrollo libre, sano y normal de estas niñas. Es un crimen ignorar esta obligación. La libertad de elección es un completo disparate en lo que respecta al velo para las niñas menores de edad. “¡Una niña no tiene religión!”. Es la religión de los padres la que se le impone a la niña. La sociedad debe respetar el derecho de la niña a un desarrollo libre. De la misma manera que la sociedad moderna reconoce el derecho innegable a la educación para todos los niños, prohíbe el trabajo infantil y considera el abuso físico de
los niños como un delito grave, también debe prohibir el velo para las niñas menores de edad. Esto debe añadirse a todas las cartas internacionales de los derechos del niño. El velo es un abuso físico, mental y social de las niñas y debe ser reconocido como tal por la comunidad internacional.
La sociedad secular/laico versus el velo
En una sociedad laica/secular, la religión debe ser un asunto privado de cada individuo. El Estado debe estar separado de la religión y abstenerse de promover cualquier religión. Una sociedad laica/secular puede defender mejor los derechos individuales y las libertades civiles. Contrariamente a la creencia común, el odio religioso o la estigmatización comunitaria se pueden evitar mejor en una sociedad laica. En una sociedad laica/secular, debe prohibirse el uso o la portación de cualquier símbolo religioso en las instituciones estatales y en los lugares de enseñanza. De esta manera, el Estado y el sistema educativo no promueven ninguna religión en particular. La religión permanece en la esfera privada y se evitan en cierta medida los enfrentamientos entre los seguidores de diferentes religiones. Por lo tanto, creo que la reciente legislación en Francia sobre la prohibición de usar cualquier símbolo religioso en las instituciones estatales y las escuelas es un paso adecuado en la dirección correcta.
Sin embargo, creo que su principal defecto es que todavía se permite que funcionen las escuelas religiosas privadas. Esto deja el destino de la niña en manos de padres fanáticos religiosos que la envían a una escuela religiosa privada y la encierran en un gueto. Esto no es respetar la libertad individual ni las libertades civiles; es discriminación contra un grupo de niñas que están aisladas de la sociedad en general y sus vidas están en un gueto por sus padres y los llamados líderes de sus comunidades. La sociedad debe defender el derecho de los niños; las niñas que viven en comunidades islámicas no son una excepción. La sociedad y el Estado tienen la responsabilidad de su desarrollo normal, saludable y feliz.
El burka/burqa o el nicab/niqab, ¿un derecho individual o un derecho social?
El velo se presenta en distintas formas y tamaños, desde un pañuelo hasta una prenda suelta similar a una túnica que cubre todo el cuerpo de la mujer (su aspecto es algo diferente en distintos países o según las reglas de distintas sectas islámicas) y, por último, el burka/burqa o el nicab/niqab. El burka/burqa se ha convertido en el símbolo de los talibanes, la restricción más severa impuesta a la apariencia de las mujeres.
¿Se debe permitir que una mujer se cubra con esta forma tan severa de velo? En mi opinión: ¡NO! La prohibición del burke o el nighab se puede argumentar desde dos ángulos: 1) el derecho de la sociedad y 2) el derecho de las mujeres.
En primer lugar, en mi opinión, cuando se trata del burka/burqa o nicab/niqab, traspasamos la esfera de los derechos individuales. Aquí, entramos en la esfera de lo que yo llamo derechos sociales. La persona bajo este tipo de velo no tiene identidad ante los conciudadanos. La sociedad no puede trabajar con seres humanos sin rostro. En un lugar de trabajo, y me refiero a cualquier lugar de trabajo, es derecho de los compañeros de trabajo y los clientes ver la cara de sus colegas o del personal. También está en juego la cuestión de la confianza. No se puede confiar en la persona que se ha cubierto la cara. Los ojos y las expresiones faciales son la clave de la comunicación, si se ocultan, no puede haber comunicación real. Por lo tanto, llevar burka/burqa o nicab/niqab debe estar prohibido en el lugar de trabajo.
Creo que la cuestión de la confianza y la identidad va más allá del ámbito laboral. Es igual de importante que en el autobús, en el parque, en el parque de recreo, etc., puedas ver el rostro de la persona que te rodea. Aquí se trata de una cuestión de derechos individuales frente a derechos sociales. Hay casos en los que la sociedad decide con razón privar a ciertas personas de ciertos derechos en beneficio de la sociedad en su conjunto. Por ejemplo, prohibir fumar en lugares públicos e imponer severas restricciones a los fumadores limita los derechos individuales de los fumadores, pero se defiende sobre la base de los beneficios para la salud de toda la sociedad. Hay que prohibir el burka/burqa o el nicab/niqab en beneficio de la sociedad.
En segundo lugar, hemos argumentado anteriormente que el velo es un símbolo y una herramienta para la subyugación y degradación de las mujeres. Esta es una de las principales razones para exigir que se prohíba su uso para las niñas menores de edad. No obstante, estamos de acuerdo en que en una sociedad libre una persona tiene derecho a elegir la servidumbre, si así lo desea.
Sin embargo, también argumentamos que existen ciertas limitaciones impuestas a las prácticas de autolesión por parte de las personas. La circuncisión femenina, que después de una larga y dura batalla se conoció como lo que realmente es la práctica, es decir, la mutilación genital femenina, ahora está prohibida por muchos gobiernos occidentales. Las activistas de los derechos de las mujeres tuvieron que luchar enérgicamente para crear conciencia sobre esta brutal práctica religiosa y lograron prohibirla en estos países. Hay muchas sectas religiosas diferentes y no todas sus prácticas están permitidas por la ley. Por lo tanto, la libertad religiosa no significa libertad para practicar cualquier mandamiento o costumbre religiosa.
Creo que el burka/burqa o el nicab/niqab también deberían clasificarse como aquellas prácticas religiosas prohibidas por la ley. El burka/burqa o el nicab/niqab privan a la mujer de toda identidad. Al permitir su uso, reconocemos la existencia de algunas mujeres sin identidad que caminan por ahí con una forma fantasmal. Esto es un verdadero insulto a la dignidad humana.
La sociedad no debería permitir tal grado de degradación y humillación de los seres humanos. Esto es indignante. Esto debe caer dentro de la categoría de las limitaciones que la sociedad impone a las prácticas autolesivas. Añado de paso que dudo profundamente de la naturaleza de la elección voluntaria y libre con respecto al velo, especialmente en esta forma severa. Pero no entraremos en este debate aquí.
Deberíamos redefinir el velo. Deberíamos debatir esta cuestión amplia y abiertamente. Con suerte, llegaremos al acuerdo de que deben imponerse ciertas limitaciones al velo: la prohibición de todas las formas de velo para las niñas menores de edad. El uso del velo en lugares de trabajo públicos e instituciones educativas y la prohibición total del burka/burqa y el nicab/niqab.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Carta abierta a Oriana Fallaci: ¡El antiislamismo no justifica el racismo! (2006)
An Open Letter to Oriana Fallaci Anti-Islamism does not justify racism! (2006) in Spanish
Carta abierta a Oriana Fallaci: ¡El antiislamismo no justifica el racismo!
Por Azar Majedi
07 de julio de 2006
Esta carta abierta fue escrita en el año 2006, hace dieciocho años, cuando las entidades y personalidades secularistas y ateas de Occidente no habían perdido credibilidad; su hipocresía no había sido expuesta.
Su verdadero papel en hacer aceptable la narrativa ideológica y política dominante del Nuevo Orden Mundial, es decir, el Choque de Civilizaciones, no había sido revelado.
Oriana Fallaci fue el amanecer de la verdad.
Debo admitir que en ese momento pensé que se trataba de una pequeña minoría; todavía consideraba al movimiento secularista como progresista, ya que todavía creo que el secularismo es una condición necesaria para una sociedad libre.
Sin embargo, el genocidio en Gaza los expuso a todos; rasgó la máscara de mentiras e hipocresía.
Todos estos héroes y dioses de los ateos están promoviendo el cristianismo en oposición al Islam.
Todos ellos han recibido la revelación divina de que el cristianismo es el pilar de la civilización.
Republicado en el Tribune Magazine el 22 de junio de 2024
Como activista de toda la vida por los derechos de las mujeres, por la libertad y la igualdad, como víctima de primera mano del Islam político y como veterana luchadora contra él, como atea que cree firmemente en un estado laico y en un sistema educativo laico, como mujer que se ha opuesto al hiyab, como laica que ha defendido la última ley laica francesa que prohíbe llevar cualquier símbolo religioso visible en las escuelas públicas, como activista por la prohibición del velo para las niñas menores de edad y la prohibición de las escuelas religiosas, como activista contra los crímenes de honor, los tribunales de la sharía en Canadá, contra el islamismo y el terrorismo islámico, como defensora acérrima de la libertad incondicional de expresión y de crítica que defendió el derecho de quienes ridiculizaron al profeta Mahoma en la disputa por las caricaturas, comparto algunas de sus creencias y encuentro algunas muy ofensivas, y permítame dejarlo claro, no con el Islam, sino con los valores humanos, con la libertad y los valores igualitarios que también son parte de la “cultura europea”.
Cuando usted vino a Irán para entrevistar a Ruholá Musavi Jomeiní, yo luchaba contra él y contra el régimen islámico por los derechos de las mujeres, contra el hijab y por la libertad. Le conocía sobre todo por su entrevista con el Sha Mohammad Reza Pahleví. Admiré entonces su valentía y su franqueza. Ahora me indigna leer algunos de sus comentarios y su última entrevista con Margaret Talbot en The New Yorker. Su odio justificado contra el Islam y el islamismo se ha extendido a todos los musulmanes y a todos los que viven bajo el Islam.
Estoy seguro de que no necesita que nadie le recuerde que eso es racismo. Me quedo perplejo cuando leo sus comentarios contra los inmigrantes y la inmigración procedente de países bajo el dominio del Islam, y encuentro que esto contrasta con el orgullo justificado que usted siente por su historia de lucha contra el nazi-fascismo
Me parece que el odio contra el Islam le ha empujado hacia el cristianismo; incluso ha visitado al Papa Benedicto XVI para pedirle que adopte una postura más firme contra el islamismo. Esto me resulta desconcertante.
¿Cómo puede un atea que odia una religión refugiarse en otra? Su odio contra el islamismo y el islam político encuentra expresión en el euro-centrismo.
Su desaprobación del multiculturalismo y el relativismo cultural le ha llevado a defender la “cultura occidental”, en lugar de los derechos universales y los valores laicos y humanitarios y la libertad.
Cuando era niña y crecí en Irán, bajo el dominio del Islam, leí a filósofos y escritores occidentales para educarme con principios y valores ilustrados sobre la igualdad, la libertad y los derechos de las mujeres.
Elegí el lado igualitario y amante de la libertad de la cultura occidental, y me sorprende que tú, una atea, una luchadora contra el fascismo, hayas tenido que recurrir al euro-centrismo y al racismo para defender la “cultura occidental”.
Su defensa de una cultura superior llega al extremo de expresar más preocupación por la decapitación de la estatua de Buda que por las mujeres y los hombres asesinados y mutilados en Afganistán, cuyos derechos son violados diariamente, que son víctimas del Islam político y del militarismo estadounidense. Esto me deja perplejo.
Me parece ofensivo que un ser humano que goza de la estatura de luchador por la libertad a los ojos de muchos, se preocupe más por el ambiente cultural y físico de su país natal que por todos esos hombres, mujeres y niños que son asesinados, mutilados y violados diariamente en Irak.
Parece que en defensa de “su cultura”, usted, un ateo declarado, al atacar mezquitas termina defendiendo a la iglesia. Como acérrimo activista contra el terrorismo, me indigno cuando veo que nuestro anti-islamista “occidental” sólo puede expresar su condena del terrorismo que tiene lugar en Occidente.
Todos los actos terroristas que tienen lugar diariamente en países bajo el Islam se mencionan, en el mejor de los casos, sólo de pasada.
¿Acaso las personas que nacieron bajo el dominio del Islam por mal sorteo no son dignas de vuestra atención, pasión y rabia?
Todo esto se vuelve muy irónico cuando uno analiza profundamente la raíz del Islam político.
Cuando uno recuerda cómo los gobiernos occidentales desataron este monstruo contra los pueblos de la región, cómo crearon a los muyahidines en Afganistán en la era de la guerra fría y luego ayudaron a los talibanes, cómo por temor a una revolución de izquierdas en Irán los gobiernos occidentales nos arrojaron a Ruhollah Jomeiní y ayudaron a crear un estado islámico fascista, cuando uno recuerda estos hechos históricos recientes, no puede evitar percibir un profundo sentido de hipocresía y doble moral.
Lamentablemente, la saga de ayudar al Islam político y al terrorismo islámico por parte de los gobiernos occidentales es un esfuerzo en curso.
¡Basta con mirar a Irak!
Los Estados Unidos y Gran Bretaña, al invadir Irak, ayudaron a los islamistas a crecer monstruosamente allí.
¿Han olvidado quién era el amigo de Osama bin Laden?
La tragedia es que mientras este monstruo estrangulaba al pueblo “nativo”, nuestra rabia podía mantenerse bajo control, nuestra pasión no se conmovía.
¿Esas personas no eran dignas de nuestra pasión y compasión?
Los académicos y periodistas occidentales inventaron y alimentaron el concepto de relativismo cultural, para poder justificar sobre esa base el velo obligatorio, la lapidación, la mutilación y la tortura de las personas bajo el dominio del Islam.
Eso dio justificación para hacer la vista gorda mientras el gobierno de uno hacía tratos con esos estados islámicos fascistas.
Este concepto fue inventado para que, bajo el disfraz del “respeto a otras culturas”, los crímenes brutales y las violaciones de los derechos humanos fueran ignorados “respetuosamente”.
Hemos presenciado cómo los tribunales europeos han recurrido al relativismo cultural para defender la deportación de inmigrantes que huyen del dominio del Islam.
Han llegado al extremo de afirmar que las condiciones carcelarias en esos países son adecuadas para esa gente.
Debo decir que estas actitudes y políticas arrogantes, hipócritas y racistas son una herramienta importante para fomentar el Islam político.
Si uno no distingue entre el movimiento islámico, un movimiento político reaccionario y brutal, y los musulmanes ordinarios que son las víctimas directas de esto, si uno no distingue entre el opresor y el oprimido, uno se convierte en cómplice de la brutalidad fascista islámica.
Debemos tratar de comprender las causas profundas del reclutamiento islámico entre las llamadas comunidades musulmanas en Occidente.
El racismo dominante en las políticas y actitudes estatales y la marginación sistemática de estas comunidades, además de la agresión y el militarismo de los gobiernos occidentales encabezados por los EE.UU. contra los pueblos de Oriente Medio, es decir, Palestina e Irak, han llevado a los jóvenes de estas comunidades a la desesperación y la frustración.
La revuelta de los “suburbios” en Francia es un ejemplo vívido y triste de tales políticas.
Al rechazar a estas comunidades como parte de “nosotros”, las dejamos a merced de los “líderes de la comunidad”, que fomentan el tradicionalismo, el islamismo, el sexismo y la glorificación de la “patria”.
¡Se trata de lavados de cerebro venenosos!
Y debo decir que su postura se pone del lado de este proceso. Me resulta muy difícil comprender que, al despreciar al opresor y a la ideología opresora, se llegue a despreciar a las víctimas en la misma medida. No hay simpatía ni compasión por las víctimas. No se provoca rabia ni pasión por estas personas que viven en condiciones inhumanas y brutales.
Es asombroso que, al presenciar en México la brutal represión de una manifestación estudiantil y convertirse en víctima de ella, se haya llegado a odiar a los que sufren tanto como a los opresores.
De manera tan frívola, se afirma que se odia a los “mexicanos” y, como resultado, se desprecia la muestra más impresionante de poder y solidaridad en los Estados Unidos en favor de los derechos de los inmigrantes en los últimos meses. Me enfureció leer sus comentarios racistas.
Me indignó percibir su eurocentrismo, su falta de compasión humana hacia millones de personas que huyeron del dominio del Islam y se refugiaron en Occidente con la esperanza de una vida mejor.
Comparto su desprecio e indignación por el movimiento islámico, pero denuncio categóricamente el racismo que usted expresa abiertamente.
Y por último, pero no por ello menos importante, debo decir que defiendo la libertad de expresión incondicional y condeno al tribunal que lo juzgará por lo que ha expresado en sus libros. Uno debe ser libre de expresar cualquier opinión.
!Éste es el pilar de una sociedad libre!
Azar Majedi
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Hay que cambiar ahora: es necesario desmantelar el apartheid sexual en Irán (2006)
Change NOW: We need to dismantle sexual apartheid in Iran (2006) in Spanish
Hay que cambiar ahora: es necesario desmantelar el apartheid sexual en Irán
1 de junio de 2006
Discurso pronunciado en la ciudad de Colonia, Alemania, el 8 de marzo de 2006.
En primer lugar, me gustaría felicitar a todos los presentes el 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres. Sin embargo, no podemos evitar sentirnos muy tristes al ver que en el siglo 21, en el año 2006, que se celebra el Día Internacional de las Mujeres, tenemos que escuchar estas horrendas cifras que Ayaan Hirsi Alí nos acaba de decir. Las leemos y las escuchamos, pero tendemos a olvidarlas. No creo que olvidemos porque no nos importe. Olvidamos porque es nuestro mecanismo de autodefensa. ¿Cómo podemos dormir todas las noches y saber que cada año alrededor de dos millones de mujeres en el mundo son asesinadas por opresión de género, por discriminación de una forma u otra?
Ayan lo comparó con Ruanda. Recuerdo cuando ocurrió la catástrofe de Ruanda. Todos estábamos muy indignados. Un millón de personas fueron brutalmente asesinadas en un genocidio étnico y nos indignamos porque el mundo no hizo lo suficiente para detenerlo. Sucede todo el tiempo. Cada año ocurre un genocidio en Ruanda en el mundo y no hacemos nada al respecto y lo olvidamos. No creo que no nos importe. Somos seres humanos conscientes, de lo contrario no estaríamos aquí. Es difícil soportar semejantes tragedias en nuestras mentes todos los días sabiendo que no podemos hacer nada al respecto. Pero podríamos hacer algo al respecto. Esto es de lo que estoy tratando de hablar aquí hoy. ¿Qué podemos hacer al respecto?
Ayan habló sobre genocidio, genocidio étnico y genocidio racial y ahora sabots que existe el genocidio sexual o de género, como tenemos el apartheid de género. Existe el apartheid de género en países bajo la influencia o el gobierno del Islam o en países dominados por el Islam. No los llamaré países musulmanes. Por países islámicos me refiero a países que están bajo dominio islámico o grupos o movimientos del Islam político.
Algunos de ustedes pueden ser demasiado jóvenes para pensar que hubo un apartheid racial en Sudáfrica. Yo soy uno de los que sí lo recuerda. Luché contra el apartheid racial en las décadas de 1970 y 1980. Fui parte del movimiento contra el apartheid racial en Sudáfrica y todavía recuerdo esos días. Todavía recuerdo cuando liberaron a Nelson Mandela y cuando se desmanteló el apartheid en Sudáfrica. Fue un día hermoso. El desmantelamiento del apartheid racial fue una de las pocas cosas buenas que sucedieron a fines del siglo 20. Y espero que un día de estos escuche lo mismo sobre el apartheid de género.
Necesitamos desmantelar el apartheid sexual en Irán. Así que tenemos que construir un movimiento tan fuerte como el que se construyó contra el apartheid racial en Sudáfrica. Creo que esa es una de las cosas que podemos hacer. Y si lo hacemos y nos convertimos en miembros de ese movimiento, podemos dormir mejor por la noche y nos sentiremos mejor con nosotros mismos.
La violencia
Estamos aquí hoy para hablar de la violencia contra las mujeres y contra los crímenes de honor. ¡Qué nombre más raro le han dado: “crímenes de honor”! ¡O “crimen pasional”! ¡Qué romántico! Estamos hablando de pasión y, de repente, alguien es asesinado, mutilado y el asesino sale impune. Pasión, ¿no? La pasión es bonita. La vemos en las películas. O lo llamamos crímenes de honor. Está relacionado con el honor. “¿Honor?” ¿Se supone que esto glorifica el asesinato? ¿Se supone que lo hace parecer aceptable?
¿Se supone que es para dignificar al asesino? Todos estos nombres se utilizan para mitigar el concepto de asesinato. Tratan de decir que no importa si una mujer es violada o asesinada. Las matan por una buena causa. Las matan para preservar algunas ideas y tradiciones políticas y religiosas “sagradas”. Se reduce a esto: no importa, es la cultura y es la religión. Es un crimen pasional, es un crimen de honor.
O pensad en esto: la violencia contra las mujeres en el hogar se llama violencia doméstica. Automáticamente, la palabra doméstica suaviza el acto, lo convierte en un asunto personal. Doméstico tiene estas connotaciones: comodidad, privacidad, calidez. Así que no puede ser tan malo. No es tan escandaloso. ¿Veis la jugarreta que nos juegan los valores sexistas y misóginos?
Tenemos que llamarlo como realmente es. Es asesinato. Es asesinato en primer grado y tiene que ser tratado como asesinato en primer grado. No hay atenuantes para juzgar el crimen, no hay indulgencia para quienes lo cometen, ya sea el padre, el marido, el hermano o el primo. ¡Ningún atenuante! Tiene que ser tratado como el acto más horrendo, como un acto de terrorismo. Los culpables deben ser tratados igual que los terroristas que hacen estallar un tren, el metro, un autobús. Esta es una de las cosas que tenemos que establecer. Deberíamos hacer que los estados y los gobiernos traten a quienes matan a mujeres por “pasión” o “honor” como asesinato en primer grado sin atenuantes.
Dicen que es su cultura y religión, que tenemos que respetarlos, que debemos ser tolerantes. Déjenme decirles que no respetamos ningún valor o ideología que no respete a los seres humanos, los derechos de las mujeres, los derechos de los niños, la libertad o la igualdad. No respetamos la religión, la fe, la ideología, la ideología política que incita al asesinato y la violencia contra las mujeres. ¿Cómo podríamos respetarlas? La humanidad ha luchado por la igualdad, el secularismo, la libertad de expresión, la igualdad de género y la universalidad de los derechos humanos. ¿Qué nos ha pasado a finales del siglo 20? ¿Por qué estamos hablando de tolerancia y respeto por valores e ideas inhumanos a principios del siglo 21?
No estoy hablando de musulmanes. Realmente quiero enfatizar y aclarar este punto. No estoy hablando de musulmanes. No estoy faltando al respeto a los musulmanes por creer en lo que quieran creer. Y no creo que la mera fuerza de creer en una ideología o religión te haga cometer tales asesinatos sin importar cuán violentos sean esos valores en los que crees. Tiene que haber otra organización que tome estos valores, esta religión y estas ideas y los ponga en práctica y cree una sofisticada maquinaria de represión.
Por eso digo que se trata de una lucha política. Tenemos que analizar más a fondo y cuestionar los argumentos que tratan de presentar estos asesinatos en serie como resultado de una mera creencia religiosa. De hecho, existe una fuerza política que transforma estas creencias religiosas en una fuerza de represión, terror, mutilación, discriminación y tortura a finales del siglo 20, una fuerza capaz de intimidar al mundo entero. No se trata de una mera creencia en el Islam. Detrás de todo esto hay un movimiento y una organización política. Una organización mafiosa basada en el Islam, que obtiene sus ideas del Islam. Es un movimiento político reaccionario que intenta ganar poder, compartir el poder en la región y también a nivel mundial.
Es un concepto y un movimiento moderno y contemporáneo, basado en ideas e ideologías antiguas y anticuadas. Ahora se ha extendido a nivel mundial. Cuando se alimentó con la ayuda de los Estados Unidos y los gobiernos occidentales en Afganistán contra la Unión Soviética y en Irán, mediante la importación de Ruhollah Jomeiní y la creación embrionaria de la República Islámica en el país en la época de la Revolución iraní de 1979 y se funcionó en la región. Sin embargo, ahora ha adquirido importancia internacional. Esta organización o industria ahora lucha por el poder a nivel mundial y el 11 de septiembre fue uno de esos trágicos eventos que demostraron esta tendencia global.
La violencia contra las mujeres no es un acto aislado, sobre todo cuando se habla de dos millones de casos al año en todo el mundo. Es algo organizado. No todos los actos los lleva a cabo el Islam político, pero muchos de ellos son cometidos, incitados, alentados o apoyados por el Islam político. Me refiero a esta maquinaria religiosa global orquestada. Creo que es importante y que deberíamos hablar de ello. También tenemos que hablar de otros movimientos políticos y religiosos. Hay ideas misóginas, sexistas y chovinistas que pueden crear esta situación contra las mujeres.
Cuando se habla del chovinismo machista como ideología, se nos dice que podemos combatirlo mediante la educación y la transformación cultural. Por supuesto que necesitamos educación y transformación cultural, pero ¿cómo lo vamos a hacer? ¿Vamos a reunirnos con esas personas y hablar con ellas? ¿Educarlas y decirles que está mal matar a otras personas? ¿O vamos a ir a la base y la raíz del problema? ¿Cómo es posible que estas ideologías y valores, el chovinismo machista, los valores antimujeres se mantengan a pesar de toda la lucha que se ha llevado a cabo contra ellos durante siglos? ¿Cómo se sostienen? Es necesario considerar el papel que desempeñan los valores dominantes en la sociedad a través de los Estados.
No tengo tiempo suficiente para extenderme en el último punto. Ahora me gustaría centrarme en el Islam político como uno de esos movimientos principales que crea y aterroriza al mundo. Intimida al mundo e intenta silenciar cualquier crítica a su movimiento o a sus ideas. El Islam, donde puede, cuando tiene poder, mata, tortura, mutila a la gente y la apedrea hasta matarla. Donde NO puede matar descaradamente, donde NO tiene el poder, se vuelve astuto y descarado y utiliza términos como “respeto”, “tolerancia”, “islamofobia” y “relativismo cultural”.
Por eso, algunas personas muy decentes, amantes de la libertad, personas conscientes, por miedo a que las tachen de racistas, no se atreven a criticarlos, no se atreven a apoyar a los laicos/secularistas. Miran para otro lado, pensando que si critican, si se oponen a esos valores y acciones, pueden ser racistas, que no han respetado la cultura o la religión de otras personas. Los apologistas del Islam político fascista, la academia, los medios de comunicación, los gobiernos occidentales vienen en su ayuda. También piden tolerancia. Exigen respeto por sus tradiciones anticuadas, retrógradas y reaccionarias, exigen respeto por su cultura. Y lo justifican con la ayuda de conceptos como el relativismo cultural. Estas tácticas se utilizan para silenciarnos. Nos llaman racistas, islamófobos, intolerantes, si no obedecemos. ¡Tonterías!
Me gustaría llamar su atención sobre el hecho de que no sólo estamos presenciando genocidio, asesinato y sumisión. También estamos presenciando resistencia. La película que vimos esta noche se llamaba Sumisión. Pero no sólo se trataba de sumisión, sino también de resistencia. La heroína no se había sometido. No se había sometido a la acción de Dios. Estaba tratando de resistirse y protegerse. Creo que hay un movimiento de resistencia contra esta ideología genocida, retrógrada y chauvinista de macho en el mundo. Mi tiempo se acabó. En Irán existe un movimiento de resistencia muy fuerte y vibrante de mujeres contra el apartheid de género, contra el velo/hiyab contra la subordinación de las mujeres. Este movimiento necesita su apoyo.
Creo que no se trata sólo de que las mujeres se movilicen contra este genocidio. Hago un llamamiento a todo el mundo, a todo ser humano decente, consciente y amante de la libertad, a que se movilice contra este genocidio, asesinato, violencia y chovinismo. El Islam político fascista se moviliza a nivel mundial e internacional, nosotros también tenemos que movilizarnos a nivel internacional. Debemos luchar contra el islam político, por el secularismo/laicismo, por la universalidad de los derechos de las mujeres y por la igualdad de las mujeres. Ésta es una manera importante de poner fin a la violencia contra las mujeres. No creo que tengamos que esperar un siglo. No podemos permitírnoslo.
Necesitamos lograr la transformación AHORA. Creo que podemos hacerlo ahora si nos movilizamos contra ella. Por eso, hago un llamamiento a todos ustedes para que apoyen nuestro movimiento y luchen por estos objetivos y valores. Debemos unirnos y organizarnos para lograr un mundo mejor y más humano, para salvaguardar la libertad y lograr la igualdad. Necesitamos un mundo libre de supersticiones religiosas y terrorismo. Necesitamos enfrentarnos a los dos polos del terrorismo, el terrorismo islámico fascista y el terrorismo imperialista pro-occidental liderado por los Estados Unidos y los gobiernos occidentales. Tenemos que organizarnos para luchar contra la opresión.
Acerca de
Azar Majedi (www.azar majedi.com) es presidenta de la Organización de Liberación de la Mujer y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
No al Islam Político (2006)
No To Political Islam (2006) in Spanish
No al Islam Político
Por Azar Majedi
Publicado el 21 de marzo de 2006
En el tercer aniversario del ataque militar a Irak, ¿hay alguna esperanza? ¿Vamos a presenciar nuevamente el militarismo estadounidense en acción? ¿Es inminente el ataque a Irán? Entrevista con Ali Javadi, director de NCTV: ¿Existe la islamofobia? ¿Debemos restringir la libertad de expresión sobre la base del “insulto” religioso? Entrevista con Ibn Warraq, autor de Leaving Islam (Abandonando el Islam).
Propuesta presentada por la Organización para la Cooperación Islámica a la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas: ¿Se debe reconocer la blasfemia? ¿Cómo podemos detener estos ataques religiosos? Entrevista a Roy W. Brown, presidente de la Unión Internacional Humanista y Ética.
¿Crimen pasional, crímenes de honor o ataques terroristas contra mujeres? No hay atenuantes ni excusas para los llamados crímenes de honor. Debemos unirnos globalmente para luchar contra el islam político. Discurso de Azar Majedi en la conferencia internacional del 8 de marzo en Colonia, Alemania.
NCTV, una cadena de televisión por satélite, presenta “No al Islam político”, un nuevo programa semanal de una hora de duración dirigido por Azar Majedi. En este programa, a través de entrevistas, reportajes y debates, Azar Majedi examina diferentes cuestiones relacionadas con el Islam político, la crisis en Oriente Medio, el secularismo/laicismo, los derechos de la mujer y el terrorismo islámico, tanto en Oriente Medio como a nivel internacional. Invitamos a todos los interesados en estos temas a ver el programa y a contribuir enviando sus preguntas y comentarios a Azar Majedi.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
El otro lado de la opresión: La realidad del movimiento de liberación de las mujeres en Irán (2006)
The other side of oppression: The reality of women’s liberation movement in Iran (2006) in Spanish
El otro lado de la opresión:
La realidad del movimiento de liberación de las mujeres en Irán
23 de octubre de 2006
Al describir las condiciones de las mujeres en un país en particular, se hace referencia a las leyes que gobiernan ese país o a las estadísticas. De esta manera, se expone el alcance de la opresión que sufren las mujeres o se admiran sus logros. En lo que respecta a las mujeres que viven bajo el gobierno del Islam, es pura discriminación y opresión, subyugación y violencia estatal.
Si bien en muchos países las mujeres son consideradas ciudadanas de segunda clase, en los países dominados por el Islam ni siquiera se las considera ciudadanas. Son una extensión de los hombres. De hecho, según el Islam, el concepto de ciudadano es inexistente. Existe una relación entre Dios y la jerarquía religiosa y un colectivo de hombres sin derechos ni conciencia, con las mujeres como sus esclavas. De hecho, esto es cierto para cualquier otra religión, pero eso queda fuera del tema de hoy.
Usted ha oído hablar mucho de las mujeres bajo el Islam, del Islam de los talibanes, en los países de Pakistán, Bangladesh, Somalia, Sudán e Irán bajo la República Islámica. La situación de opresión de las mujeres, la discriminación absoluta, el apartheid de género, el velo islámico, los matrimonios forzados, la pedofilia reconocida oficialmente, la edad legal para contraer matrimonio a los nueve años para las niñas, los crímenes de honor, la poligamia, la lapidación de mujeres por mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, el fomento de que los hombres golpeen a sus esposas como castigo… La lista es larga.
Si bien en el pasado la cuestión del Islam y las mujeres era un tema desconocido, hoy en día, gracias al auge del Islam político fascista, de los estados islámicos fascistas en Irán, Afganistán y ahora en Irak, se ha convertido en un tema bien conocido. Estoy seguro de que todos ustedes han oído hablar de la inexistencia de los derechos de las mujeres en el Islam. Sin embargo, algunos piensan que no es culpa del Islam, sino del patriarcado. Sostienen que no es el Islam, sino las interpretaciones patriarcales del Islam, las responsables de las condiciones de las mujeres en los países bajo el dominio del Islam. En otras palabras, la culpa es de los hombres gobernantes, no del Islam gobernante. No entraremos en el debate de que el Islam, como todas las demás religiones, es el producto directo de la era patriarcal.
No podría haber escapado a estar Impreg’ado de valores y perspectivas patriarcales. Sin embargo, debemos señalar un hecho innegable: millones de mujeres son violadas diariamente por las leyes, costumbres, valores y estados islámicos. Debemos abordar esta violación de manera efectiva.
Estoy aquí en representación de la Organización para la Liberación de las Mujeres. Estoy aquí para familiarizaros con las realidades de la sociedad iraní. Habéis oído hablar de Irán. No me refiero al petróleo ni al proyecto nuclear. No me refiero a los mulás fascistas ni a la fatwa contra Salman Rushdie. Me refiero a la situación de las mujeres. Hoy quiero hablaros de la resistencia de las mujeres, más que de la opresión de las mujeres. Habéis oído largas historias sobre la opresión de las mujeres.
Me gusta deciros que existe un movimiento de resistencia de masas contra esta opresión sistemática, contra esta ideología misógina oficial. Quiero darles esta noticia alentadora: Irán es la cuna de un momento histórico muy importante en el movimiento internacional de liberación de las mujeres, un movimiento más significativo que el movimiento de las sufragistas de principios del siglo XX en los Estados Unidos, o tan vasto como el movimiento de liberación de las mujeres en la Unión Soviética durante 1917-1930, o en Occidente durante las décadas de 1960 y 1970. Estoy aquí para pedirles su solidaridad y apoyo. Este movimiento tiene un gran potencial. Si se materializa, no sólo es capaz de liberar a las mujeres en Irán, sino que también abre la puerta a la libertad para todas las mujeres en Oriente Medio. Debemos reconocer este hecho.
La situación en Irán es diferente a la de Afganistán, Irak o Sudán. En esos países hay un descontento masivo, hay resistencia, pero falta un movimiento de masas en defensa de los derechos de las mujeres. Ese movimiento existe en Irán.
En Irán nunca ha existido un Estado laico/secular ni la separación de la religión del Estado, ni la educación. Las leyes siempre han sido leyes religiosas. Siempre ha existido una dictadura. Los esfuerzos por reformar la ley de familia en favor de las mujeres durante las décadas de 1960 fueron muy escasos y poco efectivos. Durante la revolución iraní de 1979 nació un movimiento por los derechos de las mujeres. No era un movimiento de masas, sino que estaba formado por mujeres de izquierda e intelectuales. Yo soy de esa generación. Mi lucha por los derechos de las mujeres y por la libertad y la igualdad va más allá de ese período.
La República Islámica fascista atacó a las mujeres con todas sus fuerzas después de llegar al poder. La primera fase del movimiento de mujeres duró poco. Opuso una valiente resistencia, pero fue silenciada al cabo de dos años. La resistencia de las mujeres continuó de forma individualista, contra el hiyab obligatorio, el apartheid de género y el código de vestimenta obligatorio. Muchas mujeres fueron encarceladas, torturadas o lapidadas hasta la muerte. Esta brutal opresión no fue capaz de acabar con el espíritu de resistencia. La nueva generación reavivó este movimiento a gran escala y lo impulsó hacia adelante. La lucha contra el velo islámico y el apartheid es uno de los principales campos de batalla.
Cuando oigo a los apologistas del movimiento islámico fascista o a los defensores del relativismo cultural (que gracias a nuestra lucha incansable se ha convertido en una tendencia marginal) ellos dicen: “el velo islámico y el apartheid sexual son su cultura”, me pongo furioso y quiero reírme al mismo tiempo. Si ésta es “su cultura”, se supone que la practican voluntariamente. ¿Por qué entonces se ha hecho necesario este masivo medio de opresión? ¿Por qué se forman todas estas fuerzas especiales para hacer frente a la desobediencia cultural, la no-observancia del hiyab obligatorio y el apartheid de género? Me gusta preguntar: ¿Son estas personas una panda de masoquistas a quienes les gusta practicar su cultura siendo torturadas, encarceladas y lapidadas? ¡Qué tontería! Miles de mujeres que han sido ejecutadas, lapidadas y torturadas son el símbolo de un vasto movimiento contra las leyes islámicas, el apartheid de género y el velo islámico.
Quizás pienses que ésta es una forma peculiar de demostrar resistencia. Creo que la ecuación es sencilla: un sistema opresivo complejo y sofisticado sólo demuestra que hay una resistencia vasta y compleja que debe ser reprimida. Cuando hay más de cien mil ejecuciones políticas, este hecho amargo y trágico expone que la sociedad no acepta el orden existente y quiere un cambio.
En Irán existe una fuerza policial especial para ocuparse de las mujeres, de las que protestan, de las que no observan el hiyab obligatorio y de las que innovan en la moda. Esta fuerza especial se utilizó en la manifestación de julio en Teherán y aplastó la manifestación. A pesar de todas las leyes contra el incumplimiento del hiyab obligatorio y del código de vestimenta, a pesar de las penas de prisión, las multas y los azotes, las mujeres en Irán ridiculizan el hiyab obligatorio y en sus manifestaciones incluso lo han quemado. No se puede silenciar a la nueva generación, no se la puede obligar a volver a casa. Esta es la resistencia de la que estoy hablando.
En Irán existe un vasto movimiento secular/laico y por una sociedad libre e igualitaria. El movimiento de liberación de la mujer es uno de los principales componentes de este movimiento general. El estatus de facto de la mujer es mucho más alto que su estatus oficial y legal. A los ojos de la ideología y la legislación dominantes, el estatus de la mujer es la mitad del del hombre. La mujer es esclava del hombre. No puede viajar ni trabajar sin el permiso de su “amo”, no tiene derecho a divorcio ni a la custodia, no puede convertirse en juez ni presidenta. Pero las mujeres en Irán no se han visto obligadas a aceptar este estatus e imagen. Quieren ser personas completas, independientes e iguales.
Me gustaría mencionar una cifra estadística: alrededor del sesenta y seis por ciento de los estudiantes universitarios son mujeres. Esto es en un país en el que hay que pasar exámenes de ingreso difíciles. Hay una competencia muy alta. También hay que tener en cuenta los esfuerzos del Estado para empujar a las mujeres a casa. ¿Es esta estadística accidental? ¡No! Es una tendencia.
Cada año esta cifra ha aumentado, del treinta por ciento al sesenta y seis por ciento. El parlamento intentó aprobar leyes para revertir esta tendencia, para evitar que las mujeres ingresen a la universidad en este elevado número.
Argumentaron que esto es muy perjudicial para el Islam y la institución de la familia. El parlamento islámico está alarmado por estas estadísticas, yo me alegro muchísimo. Esto demuestra una resistencia resistente por parte de la nueva generación de mujeres en Irán. Esto trae esperanza de que la liberación de la mujer en Irán esté viva y coleando.
El 8 de marzo se ha convertido en una tradición establecida en Irán. En los últimos años, el 8 de marzo se ha celebrado en diferentes ciudades y de diferentes maneras. Recuerdo que en 1979 organizamos varias celebraciones del 8 de marzo en Teherán. La sociedad estaba libre de la dictadura monárquica de Pahlaví y nosotras, las activistas por los derechos de las mujeres, celebrábamos el 8 de marzo por primera vez. Ese mismo día, Ruhollah Jomeiní ordenó a las mujeres que llevaran el hiyab obligatorio proclamado. Una gran manifestación tomó las calles en protesta por esta orden reaccionaria y exigió la igualdad de las
mujeres. Éste fue el nacimiento de un movimiento por los derechos de las mujeres que fue silenciado al cabo de dos años.
La República Islámica fascista intentó una táctica de propaganda: denominó el cumpleaños de la hija del profeta Mahoma, la Dama Fátima Zahra, como el Día de la Mujer. La especialidad de este régimen fascista ha sido reprimir un movimiento no sólo por la fuerza brutal sino por medio de la propaganda demagógica. Aplastó la revolución iraní de 1979 llamando a su Estado un Estado revolucionario, a sus fuerzas brutales guardias revolucionarios y a la revolución misma, revolución islámica. Desarmó a la izquierda tomando el control del llamado movimiento antiimperialista manipulando los sentimientos antiamericanos y tomando a estadounidenses como rehenes en la Embajada de Estados Unidos. Denominar el cumpleaños de la hija del profeta como el Día de la Mujer fue una táctica similar.
Sin embargo, esta táctica funcionó sólo durante unos pocos años. Luego se vio obligado a asignar una semana de la mujer. Esto tampoco funcionó. El año pasado se vio obligado a admitir la derrota y una facción del régimen reconoció el 8 de marzo como el Día de la Mujer. El 8 de marzo ahora es una tradición establecida en Irán. El año pasado se organizaron muchas manifestaciones y reuniones para conmemorar el 8 de marzo. Algunas de ellas, incluida una en Teherán, fueron reprimidas. Tres meses después se organizó una gran protesta en Teherán, en la que participaron varios miles de personas, que fue reprimida. Un par de meses después se inició un movimiento para recoger un millón de firmas a favor de cambiar las leyes en favor de las mujeres. El movimiento de liberación de las mujeres no va a resignarse ni a callarse. Intentan aplastarlo, pero resurge aún más fuerte. Parece que todos los esfuerzos por reprimirlo sólo lo hacen más resistente y fuerte.
Estos son los aspectos positivos de la resistencia de las mujeres. Por desgracia, también hay una dimensión oscura y triste. El número de
suicidios y de personas que se prenden fuego ha aumentado considerablemente entre las mujeres, especialmente entre las jóvenes. Las mujeres en Irán siempre han vivido bajo discriminación. Los matrimonios forzados, las extensas restricciones en su vida, el estar en un estado de servidumbre con respecto a los hombres siempre han sido la realidad de la vida de la mayoría de las mujeres en Irán. Parece que solían aceptar esto como una ley divina y natural y se resignaban a ello. Sin embargo, en la última década estamos presenciando un aumento significativo del suicidio. Esto es una protesta. La nueva generación tiene otras expectativas y aspiraciones. No se resigna a su “destino”. Quiere tomarlo en sus propias manos. Cuando no puede protestar colectivamente, cuando no puede dirigir su ira y desaprobación contra el estado, la dirige contra sí misma. Estos daños autoinfligidos son un medio de protesta.
Es nuestro deber, es la responsabilidad de las activistas por los derechos de las mujeres transformar este método de autoinfligirse daño en una resistencia positiva. Debemos transformar esta desesperación en esperanza de cambio.
Otro hecho negativo es el elevado número de niñas que escapan de las restricciones y la violencia doméstica en busca de libertad y acaban en la calle, sin hogar, sin protección y siendo víctimas de la prostitución. Son maltratadas y explotadas. Muchas de estas niñas visten ropa de hombre con la esperanza de ser más libres y sufrir menos acoso. Sin embargo, no hay escapatoria. La vida de estas niñas es una historia reveladora de brutalidad, explotación y crueldad.
En mi opinión, los dos últimos factores son nuevos fenómenos sociológicos en una sociedad que atraviesa profundos cambios sociales, culturales, políticos y económicos. El análisis de esta situación nos lleva a una resistencia social masiva y profundamente arraigada contra el
orden dominante, la ideología y la cultura dominantes, contra los antiguos y anticuados valores del Islam.
Y por último, pero no por ello menos importante, debemos mencionar las diversas organizaciones culturales y no-gubernamentales que luchan por los derechos de las mujeres. Estas organizaciones deben adaptarse al estado y las leyes opresores. Estamos siendo testigos del nacimiento de muchas organizaciones, festivales y campamentos de solidaridad diferentes. Estos son los aspectos brillantes y esperanzadores de la resistencia de las mujeres.
Mis amigos:
En Irán existe un movimiento de resistencia de masas contra la discriminación sexual y por la igualdad de género. Este movimiento necesita vuestra solidaridad y vuestro apoyo. Si logramos liberar a las mujeres de la opresión y de las leyes y valores misóginos, se abrirá una puerta a todas las mujeres de Oriente Medio y de los países dominados por el Islam. Debemos iniciar un vasto movimiento internacional contra la discriminación, la violencia y la opresión sistemática, contra el apartheid de género y el velo islámico. La Organización para las Liberación de la Mujeres os llama a sumaros a este movimiento. Hemos elaborado una resolución contra el apartheid de género y os pido que la apoyéis. Mostrad vuestro apoyo aplaudiendo y firmando nuestra petición. Gracias.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
¡No se dejen intimidar! Sobre la polémica por las caricaturas “ofensivas” (2006)
Don’t be intimidated! On the row over “offensive” cartoons (2006) in Spanish
¡No se dejen intimidar! Sobre la polémica por las caricaturas “ofensivas”
4 de febrero de 2006
Muchos se toman demasiado en serio la farsa de los islamistas por la publicación de las caricaturas que muestran a Mahoma (el profeta) como un terrorista suicida. Se están disculpándose una y otra vez los gobiernos y matones islámicos fascistas. Cualquier disculpa los vuelve más crueles y más atrevidos. La única arma que tienen es la toma de rehenes, la intimidación, el asesinato, la mutilación y la ofensa a cualquier valor humano y a cualquier derecho libertario.
No deberíamos pedir disculpas a estas fuerzas reaccionarias que han organizado la maquinaria más sofisticada de opresión e intimidación, que han organizado y movilizado un ejército de terroristas en todo el mundo, que han estado aterrorizando a los ciudadanos de los países dominados por el Islam, así como a los ciudadanos del mundo, que tienen el peor historial criminal.
Esta es su arma: recurrir al terror presentándose como víctimas. Matan, mutilan, lapidan a personas por querer sus derechos, por querer la libertad, por querer una vida mejor. Humillan a las mujeres diariamente, las privan de sus derechos, las torturan por no respetar las reglas del Islam, y cuando alguien se atreve a decir la verdad sobre sus atrocidades, se ofenden, lloran por sus “dignidades violadas”, se vuelven “sagrados”. Esto no es más que un chantaje. De la misma manera que toman como rehenes a personas inocentes diariamente, al llorar por sus creencias “sagradas”, toman como rehenes a nuestra conciencia. Este es su método de supervivencia.
El mundo sin libertad incondicional de expresión y crítica será un mundo muy difícil y aterrador en el que vivir. Estos valores son el resultado de largas y duras batallas. Tenemos que preservar el derecho a la expresión y la crítica incondicionales. Nada es sagrado para todos. Por lo tanto, todos deben tener el derecho a criticar o ridiculizar cualquier concepto, objeto o creencia “sagrados”. La única manera de construir un mundo mejor y más humano es salvaguardar con todas nuestras fuerzas estos valores sagrados. La libertad incondicional de expresión y crítica es el valor sagrado que debemos mantener.
Los islamistas se ofenden y se ponen histéricos con demasiada frecuencia. Deberían aprender a ser más tolerantes, más respetuosos con los derechos libertarios que se han ganado a través de largas luchas por la humanidad y las fuerzas progresistas. Deberíamos enseñarles a respetar la libertad y los derechos civiles. Deberíamos enseñarles a respetar los derechos de las mujeres. Deberíamos enseñarles a no recurrir tan fácilmente al terror y la intimidación. ¿Cómo? Manteniéndose firmes frente a ellos y diciéndoles que no deben disculparse. Si es necesario, es su turno de disculparse por todos sus crímenes contra la humanidad.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Las primeras víctimas (2006)
First victims (2006) in Spanish
Las primeras víctimas
Deberíamos construir una fuerza unida contra el Islam político fascista cuyo objetivo número uno son las mujeres.
7 de marzo de 2006
Un discurso en la conferencia de Estocolmo, Suecia sobre “Globalización del Islam político, derechos de las mujeres”, el 21 de enero de 2006, en conmemoración de la muerte de Fátima Shahindal, víctima de crímenes de honor.
Estamos aquí hoy para conmemorar a Fátima Shahindal, asesinada hace cuatro años por su padre. Fue juzgada en un tribunal de familia y ejecutada por miembros de su familia únicamente porque eligió vivir de otra manera.
Estamos aquí para hablar de los crímenes de honor que, según las Naciones Unidas, se cobran la vida de cinco mil mujeres en todo el mundo. La conferencia también tiene otro tema: el Islam político. ¿Por qué el Islam político? ¿Qué conecta a Fátima Shahindal con Hatun “Aynur” Sürücü, asesinada en Berlín, Alemania en febrero del año pasado? Fue asesinada por su hermano de diecisiete años delante de su hijo de cinco años, mientras esperaba en una parada de autobús.
¿Qué conecta a estas dos con otra Fátima en Palestina y otra en el país de Jordania, y otra en los países de Nigeria o Siria? ¿Qué las conecta a todas con Fatemeh Rajabi, una chica de dieciséis años en Irán que fue violada sexualmente en grupo y ejecutada al día siguiente por la fascista República Islámica de Irán? Fue acusada de corrupción y prostitución.
¿Qué tiene que ver todo esto con Hajiyeh Esmailvand, condenada a muerte por lapidación el pasado mes de diciembre? Escapó de la lapidación gracias a las protestas internacionales y, sobre todo, al trabajo de Mina Ahadi, una de las oradoras de esta conferencia, y de la Organización para la Liberación de la Mujer (OWL).
¿Qué tienen todas ellas en común? Voy más allá, ¿qué conecta a todas estas mujeres con las que son acosadas todos los días en las calles de Irán por no observar el jiyab obligatorio, por no observarlo correctamente o por intentar romper el apartheid de género? ¿Todas esas
mujeres que intentan vivir de forma independiente y todas esas mujeres en Afganistán? ¿O las mujeres en Irak que son asesinadas por los matones fascistas islámicos? Todas esas mujeres, de hecho, millones de mujeres son aterrorizadas, secuestradas, violadas sexualmente y asesinadas porque no son lo suficientemente islámicas.
Voy más allá, ¿qué conecta estas brutalidades, atrocidades y asesinatos con el 11 de septiembre en Nueva York? ¿Con las víctimas de los atentados suicidas en Londres, Gran Bretaña, el 7 de julio, en Madrid, España, en Bali, Indonesia y en Irak?
¡Pensemos con cuidado! Todos ellos tienen algo en común: están conectados por UN movimiento, a saber, el Islam político. Hablo de un movimiento político fascista y no de una religión propiamente dicha, porque no es la fuerza de creer en una religión, por violentas que puedan ser sus enseñanzas y doctrinas, lo que crea una sofisticada maquinaria de terror, mutilación y asesinato.
Se necesita un movimiento político fascista, poder político y maquinaria política para organizar actos tan horrendos de asesinato y brutalidad. Es la fuerza de un movimiento político fascista la que ha convertido todas y cada una de las mezquitas en cuarteles de reclutamiento para el terrorismo. ¡Es cierto! Ideológicamente, el Islam político se basa en el Islam. Deriva sus doctrinas y su visión del Islam, pero sólo como movimiento político puede adquirir un poder tan inmenso como para reprimir a millones de personas.
Durante los últimos treinta años ha habido un movimiento en Oriente Medio, en Afganistán, Irán y en los países dominados por el Islam que ha ganado poder, que intenta adquirir poder en la región y convertirse en una potencia mundial. Se ha basado en la religión, se ha basado en el Islam y ha sacado provecho del sufrimiento y las quejas de la gente para llenar el vacío creado en la esfera política e ideológica de la región. La intimidación y el terror son su herramienta estratégica.
Las primeras víctimas de este movimiento fascista reaccionario son las mujeres. Han sido violadas sexualmente, lapidadas hasta la muerte, asesinadas, mutiladas, azotadas y su dignidad violada. El Islam político promueve y moviliza una campaña muy concentrada y coherente para reprimir y silenciar a las mujeres en Oriente Medio y en los países dominados por el Islam, así como en Europa.
Como he mencionado, según las Naciones Unidas, cinco mil mujeres son asesinadas anualmente en todo el mundo. Incluso las Naciones Unidas dicen que esta cifra está lejos de la cifra real. ¿Saben por qué? ¡Porque algunas mujeres ni siquiera merecen ser registradas como muertas! O su asesinato se disfraza de suicidio. La cifra es mucho mayor que cinco mil. La mayoría de estas víctimas pertenecen a las comunidades islámicas, ya sea en el norte de África, Oriente Medio o en Occidente.
Cuando una mujer o una joven es asesinada en nombre del honor, no es sólo ella, sino toda la familia en cierto modo es asesinada. Eligen a un miembro masculino de la familia de dieciséis o diecisiete años para ejecutar la sentencia de muerte. Al hacer esto, matan al muchacho como ser humano. Pensemos en lo que este juicio y ejecución hacen a la humanidad. Estar presente en un juicio así, ser juez o jurado en él, y luego ser elegido como el ejecutor, imaginemos lo que este proceso hace a la mente de cualquier ser humano.
Volviendo a la pregunta: ¿por qué el Islam político? Porque el Islam político es responsible básicamente de todas estas atrocidades que ocurren contra las mujeres, los niños y la humanidad. El Islam político es la fuerza impulsora detrás de esta violencia. Promueve la violencia y el terror. Moviliza la fuerza, nutre y recluta, apoya y alienta, lidera un movimiento global de terror y atraso.
Hay que añadir también que el Islam político no ha llegado a esta posición, no ha adquirido ese poder solo, sino que ha recibido una ayuda considerable de Occidente. Osama bin Laden, el infame personaje que todo el mundo busca, llegó al poder gracias a los Estados Unidos. Los talibanes fascistas y la República Islámica de Irán no habrían podido llegar al poder sin la ayuda de Occidente.
Cuando Occidente quiso luchar contra la izquierda, trajo a esos monstruos fascistas a nosotros. Los desató contra nosotros y ahora que el monstruo fascista ha llegado a Occidente, ¡los están buscando! Resulta irónico que, incluso cuando los Estados Unidos y Occidente deciden perseguir a esos monstruos, también hay gente de la región que se convierte en víctima. Lo que ocurrió en Irak y la miseria y el derramamiento de sangre impuestos al pueblo iraquí son un ejemplo vívido de ello.
Tal vez a la mayoría de ustedes les gustaría escuchar qué pueden hacer en Suecia para cambiar la situación. Por ejemplo, ¿qué política de integración se puede adoptar para luchar contra esto? Definitivamente, Suecia necesita tener una política de integración mejor, universal, más progresista y menos racista. Pero la lucha contra los crímenes de honor, las atrocidades contra las mujeres, las violaciones contra las mujeres va más allá de una política de integración sólida.
El Islam político es un movimiento internacional, lucha internacionalmente, se moviliza internacionalmente. La red de mulás y mezquitas que difunden el odio, el terror y los valores anti-mujeres y anti-humanos en Estocolmo, Suecia, Londres, Gran Bretaña, Berlín, Alemania, etc., están relacionados internacionalmente. Simplemente vayan a esas mezquitas y vean el odio y el lavado de cerebro que infligen en las mentes jóvenes de nuestros niños. Emiten fatwas contra gente como nosotros, gente que lucha por los derechos y la libertad de las mujeres, el secularismo/laicismo, luchan contra el gobierno religioso, contra el Islam político, contra cualquiera que cuestione el gobierno del Islam o a Dios/Alá. Todos merecemos morir.
Vayan a las escuelas religiosas y vean qué supersticiones inculcan en las mentes jóvenes e impresionables de nuestros niños: odio contra las mujeres, odio contra Occidente, odio contra la libertad y contra todo lo humano. Todo esto está relacionado. No podemos sentarnos aquí y hablar de una política de integración que sea mejor y pueda resolver el problema. Tenemos que pensar internacionalmente. Ellos piensan internacionalmente, nosotros también tenemos que pensar internacionalmente. Ellos se organizan y se movilizan internacionalmente, nosotros tenemos que organizarnos y movilizarnos internacionalmente.
Deberíamos unirnos y construir una fuerza unida contra el fascista Islam político, contra la intromisión de la religión en la vida pública, por una sociedad secular/laico por derechos iguales y universales para las mujeres, por la prohibición del velo infantil, contra el apartheid de género, por la prohibición de las escuelas religiosas, contra la financiación de los estados a las instituciones y grupos religiosos, para apoyar nuestro movimiento por la liberación y la igualdad.
Hago un llamamiento a todos para que apoyen nuestro movimiento de lucha por estos objetivos y valores. Debemos unirnos y organizarnos para lograr un mundo mejor y más humano, para salvaguardar la libertad y lograr la igualdad. Necesitamos un mundo libre de supersticiones religiosas y terrorismo. Debemos oponernos a los dos polos del terrorismo: el terrorismo islámico fascista y el terrorismo imperialista pro-occidental encabezado por los Estados Unidos y los gobiernos occidentales.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Revisando la cuestión del velo: ¿Debe prohibirse el velo? (2006)
Revisiting the question of the veil: Must the veil be banned? (2006) in Spanish
Revisando la cuestión del velo:
¿Debe prohibirse el velo?
Por Azar Majedi
08 de noviembre de 2006
La cuestión del velo ha sido objeto de un intenso debate en los medios de comunicación británicos. En este debate parecen estar en juego algunos principios fundamentales: la libertad individual de practicar la propia religión, la libertad de elección, la libertad de vestir y la discriminación contra una comunidad en particular, es decir, la denominada comunidad musulmana. Los fascistas islamistas y algunos activistas de derechos humanos sostienen que la denominada comunidad musulmana está siendo estigmatizada y ha sido objeto de ataques racistas desde el 11 de septiembre. Argumentan que los últimos intentos de prohibir el burka/burqa o el nicab/niqab constituyen una violación de la libertad individual y otro ataque racista contra los musulmanes. Examinemos estas cuestiones más de cerca.
Dos acontecimientos consecutivos han puesto de relieve la cuestión del velo islámico en los medios de comunicación británicos: el comentario de Jack Straw sobre las mujeres que llevan nicab/niqab y el caso de Aishah Azmi, una profesora de apoyo de veinticuatro años a la que se le ordenó quitarse el velo integral, incluido el nicab/niqab. La profesora llevó a la escuela a los tribunales y el tribunal falló a su favor, por lo que la profesora recurrió la decisión del tribunal.
En mi opinión, defender el derecho a llevar el velo en cualquier forma y en cualquier circunstancia como una libertad de elección es una falacia. Pasa por alto otros derechos igualmente importantes reconocidos por la sociedad civil moderna. Al defender incondicionalmente el derecho a llevar el velo, se entra, en el mejor de los casos, en colisión con otro conjunto de derechos, es decir, los derechos de los niños, los derechos de las mujeres, los derechos de la sociedad y el principio del secularismo/laicismo. Al debatir sobre la libertad de llevar el velo, se deben tener en cuenta diferentes circunstancias: 1. La edad de la persona que lo lleva; 2. La extensión del velo; y 3. ¿Dónde se lleva el velo?
¿Por qué son relevantes estos factores en la discusión?
En primer lugar, es importante definir qué es el velo. ¿Es sólo un artículo de moda, un simple estilo de vestir? El argumento que clasifica el velo como un estilo de vestir es totalmente engañoso. El velo es un ritual religioso, una vestimenta religiosa. Además, hoy en día el velo se ha convertido en la bandera política de un movimiento político fascista, es decir, el Islam político. El velo se ha convertido en el símbolo del poder islámico. Allí donde los fascistas islamistas obtienen el poder, imponen el velo a las mujeres, como signo de su victoria y supremacía.
¿Por qué este argumento es relevante para nuestra discusión? Se podría argumentar que, independientemente de su carácter y significado religioso o político, uno debe ser libre de usar cualquier “símbolo político o religioso” que elija. ¡Mi respuesta, y creo que la de muchos otros, a esto, es un categórico de NO! Hay que decir que en la mayoría de los países, incluidas las democracias occidentales, existen ciertos códigos de vestimenta en los lugares de trabajo y no se permite usar diferentes símbolos políticos o religiosos en el lugar de trabajo. Por lo tanto, el velo también debe verse desde esta perspectiva. Deberíamos arrancar toda esta falsificación romántica que rodea al velo. El velo es un símbolo religioso y político de una religión y un movimiento que degrada y priva a las mujeres.
El velo como símbolo de la subyugación de las mujeres
El velo es a la vez símbolo y herramienta de subyugación de las mujeres. El Islam, como todas las demás religiones, es una ideología misógina. Es un producto directo del patriarcado puro. El Islam, en particular, debido a sus características terrenales, penetra cada aspecto de la vida privada y social de hombres y mujeres. La mujer, según el Islam, es una extensión y un sujeto del hombre. No tiene una identidad independiente y está definida por su amo. El velo ha sido prescrito para ocultar la propiedad de los hombres de posibles violadores. Una mujer “libre”, según el Islam, es considerada un objetivo abierto y libre, un vehículo gratuito.
Es absurdo considerar el velo como un artículo de moda o un estilo de vestir. Deberíamos definir el velo como lo que realmente es y como realmente funciona en la vida de muchas mujeres bajo el dominio del Islam: un símbolo de servidumbre y subyugación.
Sin embargo, se puede argumentar que, si una persona elige una vida de servidumbre, debería ser libre de hacerlo. La sociedad civil moderna tiene una respuesta diferente a este argumento. En una sociedad civil libre y moderna, cuando se protegen los derechos humanos, los derechos de los niños o los derechos de las mujeres, existen leyes que limitan el derecho de una persona a hacerse daño a sí misma o a privarse de ciertos derechos y privilegios. Del mismo modo, deben imponerse algunas limitaciones al uso del velo. Es aquí donde quizás surjan algunos desacuerdos. Aquí es donde entran en escena las circunstancias mencionadas anteriormente.
El velo debe estar prohibido para las niñas menores de edad
Uno de los logros de la sociedad civil moderna es el reconocimiento de la responsabilidad de la sociedad de proteger a los niños de cualquier tipo de abuso. La sociedad debe ser responsible de la seguridad, la felicidad, la salud y el crecimiento y desarrollo normales de los niños. En las últimas décadas, hemos presenciado una gran lucha de personas decentes y amantes de los seres humanos para establecer el concepto de los derechos del niño, para reconocer al niño como un individuo y no como propiedad de sus padres.
Este es un logro histórico que contradice la esencia de la religión. Según el Islam, el niño es propiedad del padre o del abuelo y estos incluso tienen derecho a quitarle la vida. Por lo tanto, las cartas modernas de los derechos del niño están en contradicción básica con las leyes y costumbres religiosas. De hecho, anulan ciertos derechos religiosos o “divinos”. Esto debe extenderse a las niñas que viven en comunidades islámicas.
El velo es una discriminación absoluta contra las niñas. Impide su desarrollo físico y mental, las segrega del resto de la sociedad, limita su crecimiento y su desarrollo futuro, les asigna un papel social prescrito según su género y una división del trabajo. Por lo tanto, debe prohibirse.
La sociedad tiene el deber de garantizar el desarrollo libre, sano y normal de estas niñas. Es un crimen ignorar esta obligación. La libertad de elección es un completo disparate en lo que respecta al velo para las niñas menores de edad. “¡Una niña no tiene religión!”. Es la religión de los padres la que se le impone a la niña. La sociedad debe respetar el derecho de la niña a un desarrollo libre. De la misma manera que la sociedad moderna reconoce el derecho innegable a la educación para todos los niños, prohíbe el trabajo infantil y considera el abuso físico de los niños como un delito grave, también debe prohibir el velo para las niñas menores de edad. Esto debe añadirse a todas las cartas internacionales de los derechos del niño. El velo es un abuso físico, mental y social de las niñas y debe ser reconocido como tal por la comunidad internacional.
La sociedad secular/laico versus el velo
En una sociedad laica/secular, la religión debe ser un asunto privado de cada individuo. El Estado debe estar separado de la religión y abstenerse de promover cualquier religión. Una sociedad laica/secular puede defender mejor los derechos individuales y las libertades civiles. Contrariamente a la creencia común, el odio religioso o la estigmatización comunitaria se pueden evitar mejor en una sociedad laica. En una sociedad laica/secular, debe prohibirse el uso o la portación de cualquier símbolo religioso en las instituciones estatales y en los lugares de enseñanza. De esta manera, el Estado y el sistema educativo no promueven ninguna religión en particular. La religión permanece en la esfera privada y se evitan en cierta medida los enfrentamientos entre los seguidores de diferentes religiones. Por lo tanto, creo que la reciente legislación en Francia sobre la prohibición de usar cualquier símbolo religioso en las instituciones estatales y las escuelas es un paso adecuado en la dirección correcta.
Sin embargo, creo que su principal defecto es que todavía se permite que funcionen las escuelas religiosas privadas. Esto deja el destino de la niña en manos de padres fanáticos religiosos que la envían a una escuela religiosa privada y la encierran en un gueto. Esto no es respetar la libertad individual ni las libertades civiles; es discriminación contra un grupo de niñas que están aisladas de la sociedad en general y sus vidas están en un gueto por sus padres y los llamados líderes de sus comunidades. La sociedad debe defender el derecho de los niños; las niñas que viven en comunidades islámicas no son una excepción. La sociedad y el Estado tienen la responsabilidad de su desarrollo normal, saludable y feliz.
El burka/burqa o el nicab/niqab, ¿un derecho individual o un derecho social?
El velo se presenta en distintas formas y tamaños, desde un pañuelo hasta una prenda suelta similar a una túnica que cubre todo el cuerpo de la mujer (su aspecto es algo diferente en distintos países o según las reglas de distintas sectas islámicas) y, por último, el burka/burqa o el nicab/niqab. El burka/burqa se ha convertido en el símbolo de los talibanes, la restricción más severa impuesta a la apariencia de las mujeres.
¿Se debe permitir que una mujer se cubra con esta forma tan severa de velo? En mi opinión: ¡NO! La prohibición del burke o el nighab se puede argumentar desde dos ángulos: 1) el derecho de la sociedad y 2) el derecho de las mujeres.
En primer lugar, en mi opinión, cuando se trata del burka/burqa o nicab/niqab, traspasamos la esfera de los derechos individuales. Aquí, entramos en la esfera de lo que yo llamo derechos sociales. La persona bajo este tipo de velo no tiene identidad ante los conciudadanos. La sociedad no puede trabajar con seres humanos sin rostro. En un lugar de trabajo, y me refiero a cualquier lugar de trabajo, es derecho de los compañeros de trabajo y los clientes ver la cara de sus colegas o del personal. También está en juego la cuestión de la confianza. No se puede confiar en la persona que se ha cubierto la cara. Los ojos y las expresiones faciales son la clave de la comunicación, si se ocultan, no puede haber comunicación real. Por lo tanto, llevar burka/burqa o nicab/niqab debe estar prohibido en el lugar de trabajo.
Creo que la cuestión de la confianza y la identidad va más allá del ámbito laboral. Es igual de importante que en el autobús, en el parque, en el parque de recreo, etc., puedas ver el rostro de la persona que te rodea. Aquí se trata de una cuestión de derechos individuales frente a derechos sociales. Hay casos en los que la sociedad decide con razón privar a ciertas personas de ciertos derechos en beneficio de la sociedad en su conjunto. Por ejemplo, prohibir fumar en lugares públicos e imponer severas restricciones a los fumadores limita los derechos individuales de los fumadores, pero se defiende sobre la base de los beneficios para la salud de toda la sociedad. Hay que prohibir el burka/burqa o el nicab/niqab en beneficio de la sociedad.
En segundo lugar, hemos argumentado anteriormente que el velo es un símbolo y una herramienta para la subyugación y degradación de las mujeres. Esta es una de las principales razones para exigir que se prohíba su uso para las niñas menores de edad. No obstante, estamos de acuerdo en que en una sociedad libre una persona tiene derecho a elegir la servidumbre, si así lo desea.
Sin embargo, también argumentamos que existen ciertas limitaciones impuestas a las prácticas de autolesión por parte de las personas. La circuncisión femenina, que después de una larga y dura batalla se conoció como lo que realmente es la práctica, es decir, la mutilación genital femenina, ahora está prohibida por muchos gobiernos occidentales. Las activistas de los derechos de las mujeres tuvieron que luchar enérgicamente para crear conciencia sobre esta brutal práctica religiosa y lograron prohibirla en estos países. Hay muchas sectas religiosas diferentes y no todas sus prácticas están permitidas por la ley. Por lo tanto, la libertad religiosa no significa libertad para practicar cualquier mandamiento o costumbre religiosa.
Creo que el burka/burqa o el nicab/niqab también deberían clasificarse como aquellas prácticas religiosas prohibidas por la ley. El burka/burqa o el nicab/niqab privan a la mujer de toda identidad. Al permitir su uso, reconocemos la existencia de algunas mujeres sin identidad que caminan por ahí con una forma fantasmal. Esto es un verdadero insulto a la dignidad humana.
La sociedad no debería permitir tal grado de degradación y humillación de los seres humanos. Esto es indignante. Esto debe caer dentro de la categoría de las limitaciones que la sociedad impone a las prácticas autolesivas. Añado de paso que dudo profundamente de la naturaleza de la elección voluntaria y libre con respecto al velo, especialmente en esta forma severa. Pero no entraremos en este debate aquí.
Deberíamos redefinir el velo. Deberíamos debatir esta cuestión amplia y abiertamente. Con suerte, llegaremos al acuerdo de que deben imponerse ciertas limitaciones al velo: la prohibición de todas las formas de velo para las niñas menores de edad. El uso del velo en lugares de trabajo públicos e instituciones educativas y la prohibición total del burka/burqa y el nicab/niqab.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Lo que necesita el mundo civilizado: Un movimiento secular/laico internacional (2007)
What the civilized world needs An international secular movement (2007) in Iran
Lo que necesita el mundo civilizado:
Un movimiento secular/laico internacional
16 de febrero de 2007
Estoy muy contenta de ser parte de este movimiento. Procedente de Oriente Medio y viviendo bajo la República Islámica fascista de Irán, uno de los regímenes más brutales del siglo 20, siento una gran pasión por los objetivos de este movimiento. Como víctima directa del Islam político fascista, como mujer que ha vivido bajo el dominio del Islam, he experimentado de primera mano el brutalismo y la represión de un régimen islámico fascista y de un Islam político fascista. Como activista de izquierdas que lucha por la libertad y la igualdad, experimenté este brutal régimen teocrático fascista y esta fuerza política reaccionaria, perdiendo muchos amigos y camaradas.
He dedicado mi vida a luchar por un mundo mejor, una sociedad libre e igualitaria, donde exista una libertad incondicional de expresión y crítica, libertad incondicional para las mujeres e igualdad entre todos los seres humanos, independientemente de su género, nacionalidad, etnia, raza, religión o creencias.
La religión no es sólo una institución opresora que suprime la libertad de pensamiento, expresión y crítica y oprime a las mujeres. También es la maquinaria para aterrorizar a las sociedades. En la historia de la humanidad, más personas han muerto en nombre de Dios que en nombre de cualquier otra ideología o causa. De hecho, la religión es una institución mafiosa. En lo que respecta a las mujeres, todas las religiones son muy opresivas y el Islam en particular es conocido por su naturaleza opresiva hacia ellas.
El principal enemigo del movimiento de liberación de las mujeres en Irán y Oriente Medio es el Islam político fascista, y debemos combatirlo, rechazarlo y crear una sociedad secular/laico como condición previa para materializar la liberación de las mujeres. La religión debe ser un asunto privado. Tenemos que empujar la institución religiosa a los márgenes de la sociedad, reducir su papel e influencia en la sociedad. Esta es una condición previa para crear una sociedad libre.
El Islam político, como fuerza global fascista reaccionaria, recurre a la intimidación y al terrorismo para ganar poder. Privar, degradar y humillar a las mujeres está consagrado en su ideología. El velo es su bandera política y el apartheid de género un pilar de su movimiento. Tenemos que luchar contra él.
A medida que el mundo se convierte cada vez más en una entidad global, necesitamos más que nunca construir un movimiento internacional. Necesitamos construir un movimiento en torno a valores y objetivos humanitarios e igualitarios. No basta con proteger a Europa de las instituciones religiosas y el Islam político. De hecho, ya no es posible. Necesitamos llegar a todo el mundo. Nuestra lucha debe ser a escala internacional.
Los dos mayores males del mundo actual son los dos polos del terrorismo: el terrorismo imperialista pro-occidental encabezado por los Estados Unidos y el terrorismo islamista fascista. Debemos luchar contra ambos, pues se refuerzan mutuamente. Pensemos en Irak, Palestina, Líbano, así como en el 11 de septiembre, Madrid y Londres. Tenemos que alzar la bandera contra ambos y unirnos como la voz del mundo civilizado.
Como presidenta de la Organización para la Liberación de las Mujeres, me gustaría hacer un llamamiento a todos ustedes para que apoyen nuestra lucha por lograr la igualdad y la liberación de las mujeres en Irán. Para ello, debemos luchar contra la República Islámica fascista y el Islam político fascista. La realización de la liberación de las mujeres en Irán abrirá la puerta a la libertad para las mujeres de todo Oriente Medio y de los países bajo el dominio del Islam. El movimiento de liberación de las mujeres es uno de los pilares principales del movimiento contra el Islam político fascista y por un mundo libre, igualitario y secular/laico. Si derrocamos a la República Islámica fascista en Irán, el Islam político fascista quedará marginado internacionalmente.
Pido su apoyo y solidaridad. Únase a nosotros en nuestra lucha contra la República Islámica fascista, contra el Islam político fascista y por la igualdad de las mujeres. Estamos construyendo un movimiento internacional contra el apartheid de género, como el movimiento contra el apartheid racial en Sudáfrica en las décadas de 1980. Únase a este movimiento para reconocer el apartheid de género como un sistema inhumano y reaccionario, como se reconoció el apartheid racial. Deberíamos desmantelar el apartheid de género en el mundo como una vez desmantelamos el apartheid racial en Sudáfrica.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
El Islam y el apartheid sexual (2007)
Islam and Sexual Apartheid (2007) in Spanish
El Islam y el apartheid sexual
No se puede hacer concesiones a la universalidad de los derechos humanos, y el relativismo cultural compromete los derechos de las mujeres y justifica el apartheid sexual.
Por Azar Majedi
Jueves, 14 de junio de 2007
Publicado originalmente en 2001
Publicado en newhumanist.org.uk
¿Qué queremos decir con universalidad de los derechos de las mujeres? En pocas palabras, queremos decir que las mujeres deben disfrutar de los mismos derechos, independientemente de su raza, religión, cultura y nacionalidad. Privar a una mujer de su libertad o igualdad en función de la cultura, religión o sistema político dominante en el país en el que vive o en el país en el que nació no es en modo alguno justificable ni aceptable. En los países fundamentalistas islámicos, las mujeres se ven privadas de muchos derechos. No pueden viajar ni trabajar sin el permiso de su marido o de su padre. En Irán, las mujeres deben llevar el hiyab “obligatorio”, están segregadas en la sociedad. Se las mata a pedradas por mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio.
En casi todos estos países, la legislación familiar discrimina a las mujeres, y esta privación y opresión se justifica con el falso argumento de que su religión o cultura así lo dictan y, por lo tanto, está bien. La mutilación genital, por ejemplo, se practica en otras partes del mundo y también se justifica por la tradición y la cultura dominantes del país en cuestión. La lista es larga. Cuando defendemos la universalidad de los derechos de las mujeres, exigimos que se ponga fin a esta injusticia y se desenmascare a quienes la defienden. Otro ejemplo: nadie, ni el Estado ni los padres, tiene derecho a privar a una niña de la educación, a obligarla a casarse o a imponerle las tradiciones de una religión o cultura específicas, por ejemplo, el hiyab en el contexto del Islam. Los derechos de todas las niñas y mujeres deberían ser universales, deberían ser los mismos en todo el mundo.
En la década de 1970 no hacía falta discutir la legitimidad, la rectitud y la pertinencia de este concepto. Todo ser humano progresista y todo activista de los derechos de las mujeres creían en la universalidad de los derechos y la igualdad de las mujeres y defendían esa universalidad.
¿Por qué ahora, en el año 2001, sentimos la necesidad de abrir el debate sobre estos derechos humanos básicos? Porque durante las últimas dos décadas hemos estado bajo ataque del ala-derecha y, sorprendentemente, también de sectores del ala-izquierda. Se nos han negado y privado de nuestros derechos no sólo por los gobiernos reaccionarios de los países en los que nacimos, sino también por un sector considerable de la academia, los medios de comunicación, los políticos, los gobiernos occidentales e incluso sectores del movimiento feminista.
Se nos ha dicho repetidamente que tenemos que respetar nuestra así-llamada cultura, nuestra así-llamada religión y aceptar en silencio y con respeto el destino que nos han asignado. Esto se ha defendido bajo el concepto disfrazado del relativismo cultural y se ha respaldado con el respaldo de la teoría de moda del pos-modernismo. El relativismo cultural es un nombre elegante para el racismo porque justifica dos conjuntos de valores, derechos y privilegios para los seres humanos según un concepto subjetivo y arbitrario, como es la cultura. Para decirlo sin rodeos, según este concepto, debido a mi lugar de nacimiento, debería disfrutar de menos derechos en relación con una mujer nacida en Inglaterra, Suecia o Francia. Debería estar contenta con mi estatus de segunda clase, porque nací en un país que está bajo el dominio del Islam y porque está en el poder un gobierno reaccionario y misógino.
Sin duda, hay diferentes factores que contribuyen al surgimiento y predominio de esta visión racista y reaccionaria, no todos de la misma importancia y peso. En mi opinión, hay dos factores que desempeñan un papel importante en el surgimiento y la popularidad de esta visión.
La caída de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas:
La llegada al poder de un régimen islámico fascista en Irán.
Intentaré desarrollar estos dos puntos.
La caída de la Unión Soviética, es decir, la derrota del capitalismo de Estado por el capitalismo de libre mercado, se celebró como una gran victoria para los derechos humanos, pero muy pronto se hizo evidente que no sólo contribuyó a la miseria de la mayoría de la gente del bloque del Este, sino que también tuvo un efecto directo en las vidas de muchas personas en otras partes del mundo. Como resultado de la destrucción del viejo sistema y de la ausencia de uno más humano, igualitario y progresista que lo sustituyera, la pobreza, el desempleo, la falta de vivienda, la prostitución, el tráfico de mujeres o la llamada esclavitud blanca, la corrupción política, las guerras étnicas, el nacionalismo extremo, etc. se convirtieron en fenómenos dominantes en todo el bloque del Este. La religión se impuso y, como resultado directo e inmediato, las mujeres perdieron el estatus y los derechos que disfrutaban antes. El sexismo se convirtió en una ideología dominante.
¿Cuál fue el efecto internacional de la caída de la Unión Soviética? Durante la Guerra Fría, detrás de la retórica de la Guerra Fría, existía un equilibrio político e ideológico, que tuvo algunos efectos positivos. La Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y la Convención de Ginebra sobre Refugiados, por ejemplo, fueron el resultado de la competencia existente y del clima de la Guerra Fría. Si no inmediatamente después del fin de la Guerra Fría, pero diez años después, podemos ver claramente el impacto que ha tenido en la vida de muchas personas. La Declaración de Derechos Humanos ni siquiera se observa en los países occidentales, y mucho menos en otras partes del mundo.
La Convención de Ginebra ha quedado obsoleta, y como resultado de ella, las tragedias y muertes de cientos de personas que habían intentado y siguen intentando huir de la guerra, la tortura y la falta de derechos.
En este clima, el pos-modernismo ha encontrado fuerza y popularidad como una ideología que defiende y legitima la opresión, la desigualdad y la injusticia que están tan extendidas. Según esta ideología, todo es relativo; no hay bueno o malo, correcto o incorrecto, progresista o atrasado. La universalidad es irrelevante. Este es el mensaje del pos-modernismo, tal vez un poco simplificado o burdo, pero es la esencia de esta teoría.
El vástago político y popular del pos-modernismo es el relativismo cultural, una visión que se utiliza con demasiada facilidad para justificar la falta de derechos y la opresión de las personas que viven en Irán, Argelia, Afganistán y otros lugares similares. Es una teoría que ha ayudado al mundo a ignorar las matanzas en el país de Ruanda y a aceptar sin vergüenza la dictadura y la tortura en el mundo.
¿Qué efectos tiene sobre las mujeres? Además de las dificultades, el sufrimiento y la opresión en general, las mujeres sufren especialmente a causa de este nuevo conjunto de valores, especialmente en países y, en Occidente, en comunidades donde el Islam político tiene una posición fuerte. El mundo ha ignorado su destino, su falta de derechos, su subyugación, su segregación, su victimización y su esclavitud de facto, bajo la rúbrica del relativismo cultural. Después del 11 de septiembre de 2001, el enfoque en el Islam político puede tener un beneficio: puede poner de relieve los regímenes bárbaros -como la fascista República Islámica de Irán- bajo los que las mujeres han sufrido y siguen sufriendo.
Después de décadas de marginación de los movimientos islámicos como fuerza política fascista, la llegada al poder de un régimen fascista islámico en un país como Irán ha tenido un gran impacto en el auge de los movimientos islámicos en la región y ha dado origen a lo que se define como Islam político. Esto no se debe sólo a que la República Islámica apoyó vigorosamente estos movimientos, tanto financiera como moralmente, sino también a que parecía ser el resultado de un levantamiento popular en un país que había sido un aliado principal de Occidente, lo que le daba un atractivo popular.
En la región, en países dictatoriales, donde no se toleraba ninguna oposición, donde los grupos progresistas, del ala-izquierda, de derechos de las mujeres, los movimientos de derechos civiles y las organizaciones obreras eran brutalmente aplastados, la retórica islámica encontró un camino hacia los corazones de muchas personas desfavorecidas. La retórica antiimperialista añadió sabor a este llamamiento. Fuera de la región, este llamamiento popular y demagógico, unido a la amenaza real del terrorismo por parte de grupos islámicos que se cierne sobre las sociedades occidentales -y que ahora ha dado sus frutos amargos-, allanó el camino para el fortalecimiento del relativismo cultural.
Aquí fue principalmente por pragmatismo, más que por principios, como vemos la aceptación generalizada de estas opiniones reaccionarias sobre la actitud hacia las personas que viven bajo las leyes islámicas, ya sean leyes estatales o leyes patriarcales practicadas en comunidades islámicas. El caso de Salman Rushdie es sólo un ejemplo, y el más famoso, de esa amenaza. Sin embargo, hoy las cosas están cambiando y existe una gran posibilidad de liberación de la mujer en Irán, lo que puede afectar profundamente a la situación de las mujeres en la región.
Irán está atravesando cambios profundos y radicales. El país está sumido en el caos. En los últimos dos años, la gente ha criticado más abiertamente al Estado, su carácter religioso, ha exigido más derechos y ha desafiado las leyes religiosas. El movimiento de oposición está ganando fuerza y ímpetu cada día.
Ha nacido un movimiento laico/secular muy fuerte y de gran alcance que está creciendo rápidamente. La propia dirigencia de la República Islámica fascista ha sentido el peligro y está alertando constantemente a sus filas.
Hay que ver estos cambios en el contexto de un país que ha sido brutalmente reprimido durante dos décadas. Los crímenes contra la humanidad cometidos por este régimen teocrático fascista se cuentan entre los más horrendos del siglo 20. Las mujeres iraníes han desempeñado un papel muy importante en la convulsión política que estamos presenciando hoy. Una de las primeras medidas represivas promulgadas por este gobierno fascista fue restringir los pocos derechos que tenían las mujeres.
El apartheid sexual se estableció después de unos años de la instauración de este régimen teocrático fascista, pero las mujeres iraníes han luchado contra él. La oposición más abierta fue aplastada, pero las mujeres iraníes continuaron con sus objeciones desafiando las reglas. Ahora, una nueva generación de mujeres ha comenzado a desafiar al Estado más abiertamente.
El sentimiento antirreligioso y antiislámico es muy fuerte entre la población. El ánimo está alto, las esperanzas son altas. El futuro es nuestro.
Cualquier cambio en Irán no sólo afectará a la vida de sus habitantes, sino que tendrá un impacto significativo en la región. La caída de la República Islámica fascista marginará una vez más al movimiento islámico fascista en la región, tanto porque pondrá fin a la enorme ayuda financiera y material que recibe de la República Islámica fascista, como porque un Estado islámico fascista derrocado como resultado de un levantamiento popular eliminará todo ese atractivo popular y demagógico del que gozaron en su día los movimientos y retóricas islámicos fascistas.
No sólo veremos a las mujeres Iraníes liberadas de una tiranía religiosa, sino que también seremos testigos del aflojamiento del control islámico fascista sobre las mujeres en los países de Argelia, Sudán, Egipto y Palestina. La fuerza del secularismo/laicismo no se detendrá en Irán, penetrará en toda la región, incluso en Israel. El futuro es secular/laico.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Who is leading the way for women? (2007)
The first two women in the world under Islam
The prime minister of Pakistan
The bus driver in Iran
Who is leading the way for women? (2007) in Spanish
Las dos primeras mujeres del mundo bajo el Islam
La primera ministra de Pakistán
La conductora de autobús en Irán
¿Quién está marcando el camino para las mujeres?
Por Azar Majedi
05 de noviembre de 2007
Hace un par de semanas vi dos cortometrajes, uno de ellos un reportaje periodístico y el otro un documental. Aparentemente no tienen relación entre sí, pero para mí exponen verdades latentes sobre el llamado “mundo musulmán”.
El primero de ellos trataba sobre el regreso de Binazir Bhutto a Pakistán, ex primera ministra de Pakistán, a quien la periodista y ella misma presentaron como la primera líder musulmana de un “país musulmán”. Los medios de comunicación internacionales se esforzaron por convertir esto en una noticia importante. Incluso pudimos ver en directo el aterrizaje del avión que la llevó a ella y a su séquito desde Dubái, Emiratos Árabes Unidos, a Karachi, Pakistán. Nos emocionó su voz entrecortada al hablar de su amado país. La primera mujer musulmana que fue elegida y derrocada dos veces, juzgada por malversación de fondos y blanqueo de dinero. Según las palabras de la misma periodista, en el exilio, en Dubái ha ganado millones de dólares, acumulados en bancos internacionales.
Ella ha llegado a un acuerdo con el presidente Pervez Musharraf para ayudarlo, como líder de la oposición derrocado, a salir de la crisis política en la que se encuentra, a cambio de que su dinero sea desbloqueado en los bancos paquistaníes. Han negociado a puerta cerrada durante un tiempo. Finalmente llegaron a un acuerdo. Pervez Musharraf está en una profunda crisis política. Desde el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, Pervez Musharraf se ha vuelto cada vez más cercano a los Estados Unidos.
Los Estados Unidos le ha pagado caro por sus servicios. Esto lo ha puesto en desacuerdo con los fascistas islamistas, que gozan de un gran poder en Pakistán. Pervez Musharraf fue anteriormente un gran aliado de los talibanes fascistas. Los líderes fascistas talibanes escaparon a Pakistán después del ataque militar occidental dirigido por los Estados Unidos. Las madrasas islámicas, donde se entrena a los terroristas suicidas y los fascistas islamistas reclutan a sus víctimas, son una característica importante de la sociedad paquistaní. Las tensiones entre el gobierno de Pervez Musharraf y los islamistas fascistas llegaron a su punto máximo después del asedio a la Mezquita Roja.
El escenario del regreso de la Sra. Binazir Bhutto es clásico o, mejor dicho, un cliché. El dictador militar está en problemas, la líder de la oposición más moderada, cuyo principal trabajo cuando estaba en el poder era saquear el país y al pueblo, es retratada como la heroína de la democracia. Los medios de comunicación internacionales conocen muy bien este trabajo, para venderla como el ángel de la libertad a un pueblo frustrado, atrapado entre dos males, uno la dictadura militar y el otro un fascismo islámico.
Este juego de ingeniería política y mediática es demasiado transparente para pasarlo por alto. Sin embargo, lo que me llamó la atención fue la forma en que la describieron repetidamente, como la primera “mujer líder musulmana en el mundo musulmán”. ¿Por qué tuvieron que mencionar esto repetidamente? ¿Qué propósito tiene esto?
En un mundo dominado por el terrorismo islámico fascista y en el que el islam político fascista está ganando poder, encontrar “figuras musulmanas moderadas” se ha convertido en una estrategia. Los políticos, estrategas y académicos han definido el problema como extremistas musulmanes, por lo que, para ellos, la panacea son los musulmanes moderados. En particular, si son mujeres, son más atractivas. Por eso se nos recuerda constantemente que Binazir Bhutto fue la primera mujer líder musulmana. Es decir, es una buena alternativa frente a los extremistas.
Sin embargo, no podemos evitar hacer algunas preguntas pertinentes. ¿La Sra. Binazir Bhutto hizo algún cambio en la suerte de las mujeres paquistaníes mientras dirigía el país? ¿Su reinado produjo algún cambio significativo en las leyes islámicas relativas a los derechos de las mujeres y los privilegios masculinos? ¿Intentó siquiera desafiar el control del poder de los fascistas islamistas? ¿Intentó siquiera cerrar las famosas madrasas? La respuesta a todas las preguntas anteriores es clara: ¡NO!
Deberíamos dejar a la Sra. Binazir Bhutto y pasar al segundo piso.
Durante los mismos días en que la Sra. Binazir Bhutto aparecía constantemente en las noticias, recibí varios correos electrónicos invitándome a ver un cortometraje en el que también aparece una mujer. Me emocioné e hice clic en el enlace para ver a esta primera mujer conductora de autobús bajo el régimen islámico en Irán. A medida que avanzaba la película, me emocioné más y me invadió un profundo sentimiento de alegría. Ver a esta mujer valiente, decidida y segura de sí misma en un país asolado por el Islam fue emocionante.
La primera mujer conductora de autobús que vi fue en 1974 en París, Francia. Recuerdo que cuando subí al autobús y me di cuenta de que la conductora era una mujer, me sentí muy emocionada y fue incluso más emocionante que ver la Torre Eiffel por primera vez. No pensé que treinta y tres años después sintiera lo mismo por otra mujer conductora de autobús.
Para mí, esta mujer simboliza el movimiento de resistencia de las mujeres bajo el dominio fascista islámico. Esta mujer, con su confianza natural, sus palabras, su comportamiento “de verdad”, su comodidad frente a la cámara, la forma en que describe su misión, expone las raíces profundas y la escala masiva del movimiento de liberación de las mujeres en Irán. Ella reina en su autobús, dicta sus propias leyes. En este autobús, los hombres suben por la puerta trasera y las mujeres por la delantera, en contra de las leyes islámicas del país. Algunos de los hombres a los que se les dice que suban por la puerta trasera, se quedan perplejos, pero no se atreven a cuestionarla, cuando escuchan su voz decidida y segura. Incluso se mete en discusiones con varios conductores de autobús hombres, que, según ella, la acosan mientras conducen. Admite que abofeteó a uno de ellos. Le preguntan por qué. Ella responde con un tono de voz tranquilo y natural: “Somos la excavadora, allanando el terreno para otras mujeres”.
Las conversaciones entre los pasajeros son interesantes. Las mujeres parecen aprobar a su conductor. Esperan que un caso como este tenga un efecto positivo en los roles de género en la sociedad. Algunos hombres parecen desconcertados, pero el ambiente está tan cargado de derechos de las mujeres que intentan ser cautelosos en sus declaraciones. Definitivamente, se puede percibir la ofensiva de las mujeres en este autobús. Este documental de diez minutos es más revelador sobre el movimiento de liberación de las mujeres en Irán que un libro de quinientas páginas.
Debo admitir que cuando leí el título de la película, esperaba una mujer grande y pesada detrás del volante. Pero esta mujer tenía una constitución bastante frágil, con sus gafas de sol parecía más una modelo que una conductora de autobús en un país gobernado por fascistas islamistas misóginos.
Cuando terminó la película, casi por un reflejo natural, comparé a estas dos primeras mujeres del mundo llamadas “musulmanas”. Una de las clases burguesas gobernantes, privilegiada, rica, con vastos recursos a su alcance, dos veces primera ministra. ¿Ha hecho algo para desafiar los valores islámicos, la misoginia que tiene el poder absoluto en Pakistán? ¿Ha mejorado un poco la suerte de las mujeres bajo su gobierno? ¿Ha intentado aparecer como una apisonadora de la libertad de las mujeres en Pakistán, aunque sea por un día? ¡No! En el poder y fuera del poder, ha tratado de apaciguar a los fascistas islamistas.
¿Y qué decir de la primera mujer conductora de autobús de Irán? Con su mera elección de profesión ha desafiado todo el sistema de valores que gobierna la sociedad. Ha estado aplicando descargas eléctricas a miles de hombres y mujeres todos los días. Todos los que se suben a ese autobús, después de la primera descarga, piensan en los roles de género en la sociedad. Cuando llegan a casa sanos y salvos, sin duda se lo piensan dos veces antes de llamar a una mujer “la débil” (un término común con el que los hombres tradicionales se refieren a las mujeres).
Creo que deberíamos llamar a este autobús el autobús de la libertad. Un viaje de media hora en este autobús da a todos más material para pensar que horas de reuniones sobre la liberación de la mujer. Su existencia es una declaración contra los valores chauvinistas-machistas tradicionales y el Islam. Es, en esencia, una líder del movimiento de liberación de las mujeres, una excavadora que allana el terreno para que las mujeres se atrevan a afrontar nuevos retos, derriben muros y crucen nuevas fronteras.
¡Viva la liberación de las mujeres!
Enlace al documental
http://www.whydemocracy.net/film/14
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Mensaje del Arzobispo: ¡Que la ley Sharía gobierne la vida de las mujeres! ¡Amén! (2008)
Archbishop’s Message: Let Sharia Law Govern Women’s Lives, Amen! (2008) in Spanish
Mensaje del Arzobispo: ¡Que la ley Sharía gobierne la vida de las mujeres! ¡Amén!
Por Azar Majedi
17 de febrero de 2008
Tal vez Rowan Williams, el arzobispo de Canterbury, pensó que su declaración sobre la ley Sharía sería recibida con entusiasmo como una buena intención y un esfuerzo para reducir las tensiones raciales en la sociedad. Sin embargo, su propuesta lo metió en problemas. Fue atacado por el ala-derecha y el ala-izquierda. Aquellos que vieron su “cultura cristiana blanca” amenazada pidieron su renuncia.
Los activistas de los derechos de las mujeres, secularistas/laicistas y similares lo atacaron por los efectos negativos de la ley Sharía sobre los derechos humanos, particularmente los efectos desastrosos de tal práctica sobre las mujeres en las llamadas comunidades musulmanas. En respuesta a las duras críticas, trató de matizar su propuesta diciendo que no se refería a toda la ley Sharía, sino a los asuntos familiares. Simplemente no entendió el punto.
El estatus y los derechos de la mujer en el Islam son el talón de Aquiles de esta religión y, debo añadir, su ideología. La misoginia es la marca registrada del Islam. El velo es su bandera y el apartheid de género su pilar principal. Además, hoy en día un movimiento político fascista reaccionario muy activo ha basado su ideología en el Islam, es decir, en el Islam político. Allí donde obtienen el poder, primero y ante todo victimizan a las mujeres, las despojan de todos sus derechos, las obligan a usar el velo y las segregan en la sociedad.
El mismo movimiento que lamenta la falta de tolerancia hacia la ley sharía en las sociedades occidentales está aterrorizando a la población de las sociedades bajo su dominio para que obedezcan la ley sharía, observen el velo y el apartheid de género y castiguen a los desafiantes con azotes, cortando sus miembros y ejecutándolos.
Una de las principales razones para oponerse a la ley sharía es la forma en que trata a las mujeres. La promesa de Rowan Williams de que solo se refiere al código de familia de la sharia no es un consuelo para ninguna mujer que viva bajo la amenaza de perder sus derechos, ni para ninguna niña que esté asustada por la “violencia de honor”, el matrimonio forzado y el velo. De hecho, sólo expone su ignorancia.
Se podría argumentar que la intención del Arzobispo es combatir el racismo. Examinemos si la propuesta del Arzobispo es antirracista. Se podría argumentar que ha tenido en cuenta las demandas y la cultura musulmanas, en particular cuando los musulmanes están siendo cada vez más estigmatizados. Esta suposición es falsa.
Históricamente, la lucha contra el racismo ha significado luchar por la igualdad, no por la diferenciación; igualdad ante la ley y en la esfera social, económica y política. El antirracismo ha tenido que ver con la integración, no con la segregación. El movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos no tenía como objetivo crear un conjunto de leyes diferentes para los negros, sino tratar a negros y blancos por igual. La esencia de la larga batalla contra el apartheid racial en Sudáfrica fue crear un sistema y una ley para todos los ciudadanos, que los tratara por igual.
Sin embargo, no es solo el Arzobispo quien defiende este enfoque inverso de la igualdad racial. Se trata de una tendencia política. Para esta tendencia, el significado del antirracismo ha cambiado de igualdad a diferenciación, de integración a segregación. Debemos esta falsificación al posmodernismo, que dio origen al relativismo cultural y finalmente le dio un estatus sociopolítico tan alto al concepto de multiculturalismo en esta interpretación deformada del mismo.
Algunos sectores de la “intelectualidad”, la academia y las instituciones políticas han desempeñado un papel importante en la defensa de estos conceptos como progresistas, libertarios, igualitarios y antirracistas. Las fuerzas políticas reaccionarias, como el Islam político fascista, han sido las únicas beneficiarias de esta tendencia. Durante décadas, las violaciones flagrantes de los derechos humanos en las sociedades bajo el Islam fueron ignoradas e incluso justificadas por estas teorías mal formuladas. Sólo cuando estas prácticas brutales hicieron una incursión en las sociedades occidentales en forma de terrorismo, en particular después del 11 de septiembre de 2001, comenzaron a oírse algunas protestas.
El multiculturalismo es racismo; el relativismo cultural es racismo; esto debería reconocerse de una vez por todas. Al definir leyes diferentes para diferentes ciudadanos sobre la base de conceptos tan arbitrarios como la cultura o la religión, dejamos la suerte de los sectores más débiles de esa llamada “comunidad cultural” a merced de los líderes autoimpuestos de esa comunidad. Privamos a estos sectores más débiles de la protección de la ley y la sociedad. Las mujeres bajo el Islam son pisoteadas y privadas de cualquier derecho. Dejarlos bajo la ley Sharía sólo los victimizará aún más.
Este enfoque implica muchas falacias. Una que parece muy liberal es la suposición de que los miembros de las “comunidades musulmanas” recurrirán voluntariamente a la ley sharía. Si las mujeres o los niños musulmanes tuvieran alguna opción o voz, le dirían al arzobispo que se guarde estas propuestas para sí mismo.
La cuestión de la elección es inexistente en una comunidad jerárquica y profundamente chauvinista-machista. Permitir que se practique la ley sharia privará a las pobres mujeres sin voz de toda protección y hará la vida mucho más difícil para las mujeres jóvenes que luchan con tradiciones retrógradas en el hogar.
Darle el beneficio de la duda a la intención del arzobispo es el mejor escenario posible. El otro escenario, en mi opinión el más probable, es que esté tratando astutamente de fortalecer el control de la religión y las instituciones religiosas sobre la sociedad en su conjunto.
Al asignar una posición más fuerte al Islam en las “comunidades musulmanas”, está tratando de promover la posición de la iglesia y el cristianismo en la sociedad en general. Si se acepta el papel del Islam y de las leyes islámicas en una comunidad, se debe aceptar también el papel del cristianismo y de la Iglesia de Inglaterra en la comunidad en general. Su defensa de la ley sharía es un paso inteligente hacia la revitalización del papel de la Iglesia en la sociedad en general.
Por último, como activista veterana de los derechos de las mujeres y como persona que ha sufrido en carne propia el brutal estado islámico fascista, como activista que ha luchado duramente contra el Islam y el Islam político fascista por la libertad y la igualdad, estoy muy indignada por la propuesta de Rowan Williams. No necesitamos establecer la ley Sharia en ninguna forma. Necesitamos una sociedad secular/laico y libre, libre de racismo, misoginia y desigualdad. Necesitamos librar a la sociedad de la religión y de las instituciones religiosas, ya sean musulmanas, cristianas, judías o similares.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Una demostración de fuerza en la conferencia sobre los derechos de las mujeres en Roma, Italia (2008)
A show of force at Rome women’s rights conference (2008) in Spanish
Una demostración de fuerza en la conferencia sobre los derechos de las mujeres en Roma, Italia
Por Azar Majedi
09 de junio de 2008
El sábado 31 de mayo y el domingo 1 de junio se celebró en Roma la gran conferencia “Feministas por una Europa laica”, organizada por la Iniciativa Feminista Europea. El tema de la conferencia fue construir una Europa feminista laica/secular que respete la igualdad de derechos, la dignidad y la libertad de las personas. En este evento histórico participaron más de cien activistas de Francia, Italia, Polonia, Suecia, Alemania, Croacia, España, Portugal, Dinamarca, Grecia, Turquía, Bulgaria, Jordania, Palestina, Siria, Líbano e Irán.
Los participantes eran activistas o representantes de diferentes organizaciones que trabajan por los derechos de las mujeres, los derechos humanos y el laicismo/secularismo y que hacen campaña para hacer del mundo un lugar más humano y mejor para vivir. Habían venido a Roma, Italia, para construir juntos un nuevo movimiento. Todos estaban centrados y decididos. Tenían un objetivo importante y una visión inspiradora. Todos estaban ansiosos por impulsar esta nueva campaña. Dos días de debates acalorados, discusiones apasionadas y camaradería aportaron una enorme energía al movimiento. En todo momento estuvo presente un fuerte sentimiento de solidaridad.
En la conferencia se presentaron testimonios de discriminación, intrusiones religiosas en la sociedad y amenazas de reacción religiosa contra la libertad individual y civil, el libre pensamiento y los derechos de la mujer, así como elocuentes argumentos a favor del laicismo/secularismo. Se ofreció mucha información de primera mano sobre cómo las instituciones religiosas han ganado poder en diferentes países y están amenazando los importantes valores que se han logrado a través de décadas de lucha por parte de los movimientos progresistas. “Están en juego nuestra libertad y nuestros derechos económicos, sociales y políticos básicos”. Este fue el mensaje de la conferencia. El deseo de hacer algo contra esta tendencia y cambiar el rumbo hacia una Europa libre y humana fue la principal pasión de todos.
Yo estaba allí como representante de la Organización para la Liberación de las Mujeres de Irán. Fue una gran sensación estar entre estas mujeres y hombres valientes y activos (por desgracia, sólo había un par de hombres presentes. Espero ver más en la próxima conferencia). Hablé sobre el auge de los movimientos religiosos fascistas en las últimas décadas y sobre cómo el movimiento fascista islámico surgió a partir de los esfuerzos de los Estados Unidos contra la Unión Soviética en la era de la guerra fría. El movimiento, que fue alimentado por los Estados Unidos, creció hasta convertirse en el monstruo conocido como Islam político y entró en guerra abierta con su padre ilegítimo (el imperialismo pro-occidental).
La ironía es que este movimiento terrorista fascista todavía se está fortaleciendo y reforzando con políticas y acciones de terrorismo estatal lideradas por los Estados Unidos. Mencioné cómo el velo es hoy una declaración política más que una práctica religiosa. Insté a los participantes a mostrar solidaridad con el movimiento de mujeres que lucha contra el Islam político fascista y el apartheid de género y a no acobardarse por miedo a ser etiquetados como racistas o islamófobos. Esta es la guerra de propaganda que libran los fascistas islamistas, que utilizan el multiculturalismo y el relativismo cultural para impulsar su causa reaccionaria. Estos llamamientos fueron recibidos con gran entusiasmo y aprobación. Fue una gran sensación ver la calidez y la pasión con que fueron recibidos mi discurso y mis propuestas.
La conferencia concluyó con una propuesta para una Europa laica/secular preparada por los organizadores. El manifiesto propuesto era un documento bien formulado y progresista que se iba a entregar al Consejo Europeo. Proponía demandas relacionadas con los derechos de las mujeres, la eliminación de cualquier referencia a las religiones en el derecho civil y familiar, la separación de la religión del Estado y del poder judicial, la prohibición de los estudios religiosos en las escuelas públicas, el establecimiento de una educación laica/secular y de educación sexual en las escuelas públicas, la legalización del aborto y la provisión gratuita de abortos y anticonceptivos, la suspensión de los fondos estatales a las instituciones religiosas, etc. El manifiesto fue debatido a fondo. Los participantes presentaron propuestas y se acordó preparar un segundo borrador, teniendo en cuenta las propuestas de la conferencia.
La organización para la liberación de las mujeres presentó dos resoluciones a la conferencia: una para condenar a la fascista República Islámica de Irán por atacar a diario a las mujeres que no observan el hiyab obligatorio y por detener a activistas de los derechos de la mujer, y para expresar su solidaridad con el movimiento de liberación de las mujeres en Irán. La otra resolución exigía que se concediera el estatuto de refugiada a cualquier mujer que huyera de amenazas o violencia misóginas.
Estas resoluciones fueron aprobadas por unanimidad entre aplausos. La conferencia también aprobó por unanimidad una resolución presentada por mí y secundada por Maria Hagberg, de la Red contra los Crímenes de Honor. La resolución condenaba el apartheid de género como un sistema discriminatorio contra la mitad de la humanidad y exigía que se renunciara a él a nivel internacional, de la misma manera que se hizo con el apartheid racial en Sudáfrica.
Al final, todos nos fuimos de la conferencia con mucha energía, con una sensación de alegría por haber sido un evento fructífero y con la confianza de que se han dado los primeros pasos para construir un movimiento feminista laico/secular fuerte, decidido y compasivo. Un cálido aplauso para los organizadores que trabajaron arduamente para hacer posible este evento. De hecho, esta conferencia fue un gran movimiento histórico.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
¿Debe prohibirse el velo? El caso danés (2008)
Must the veil be banned: The Danish case (2008) in Spanish
¿Debe prohibirse el velo?
El caso danés
Por Azar Majedi
10 de junio de 2008
El velo islámico volvió a ser el centro de un debate polémico. Esta vez, la nueva legislación danesa que prohíbe a los jueces llevar símbolos religiosos es la causa del debate. En la actualidad, cualquier debate en torno a la religión y el secularismo/laicismo se centra en el Islam y el velo. Esto es así porque, cuando se prohíbe llevar símbolos religiosos en cualquier circunstancia, los grupos islámicos están a la cabeza de las protestas y todo el mundo sólo habla del velo islámico. Esto se debe al auge de los grupos fascistas islámicos y de la militancia en todo el mundo, y a las estrategias concertadas de los fascistas islamistas para atacar los valores seculares e imponerse como una fuerza internacional importante.
Por tanto, cualquier medida para imponer la secularización/laicizaciòn de la sociedad o del Estado en Occidente ha sido desencadenada por la ofensiva islámica, y el velo en su centro. Cuando en el año de 2004 se aprobó una ley similar en Francia, un largo y acalorado debate sobre el velo dominó el debate nacional e internacional. De hecho, la ley francesa se aplica a todas las instituciones públicas, no sólo a los jueces.
En el caso danés, la controversia parece surgir del hecho de que detrás de esta ley hay un partido racista y se están provocando sentimientos antimusulmanes en apoyo de la legislación. Esto ha hecho que algunas personas y organizaciones progresistas y laicas/secularistas se sientan incómodas a la hora de apoyar la ley abiertamente, por miedo a que se les asocie con el racismo y la xenofobia. Se trata de un dilema creíble. Aunque simpatizo con la razón que hay detrás de esta reticencia, me gusta argumentar que la gente y las organizaciones de izquierdas y progresistas deben presentar su propia agenda antirreligiosa. La defensa de los derechos de las mujeres, los derechos de los niños, la libertad de expresión y crítica y el laicismo/secularismo principios muy básicos e importantes que no deben caer rehenes de nuestro miedo al racismo.
Los fascistas islamistas han tomado como rehenes nuestros sentimientos antirracistas durante mucho tiempo. Podemos y debemos luchar contra el racismo y, al mismo tiempo, defender los derechos de las mujeres, los derechos de los niños, la libertad de expresión y crítica y el laicismo/secularismo. No es racista criticar al Islam, exponer su naturaleza misógina y brutal y exigir la prohibición del velo en determinadas circunstancias. En este punto quisiera examinar el velo con más detenimiento y defender su prohibición en determinadas circunstancias. ¿Es el velo únicamente un símbolo religioso? ¿Tienen prioridad la religión y el derecho a practicarla sobre otras leyes, como los derechos de las mujeres y de los niños o los principios laicos?
En este debate parecen estar en juego algunos principios fundamentales: la libertad individual de practicar la propia religión, la libertad de elección, la libertad de vestir y la discriminación contra una comunidad en particular, es decir, la llamada comunidad musulmana.
Los fascistas islamistas y algunos activistas de derechos humanos sostienen que la llamada comunidad musulmana está siendo estigmatizada y ha sido objeto de ataques racistas desde el 11 de septiembre de 2001. Argumentan que los últimos intentos de prohibir el burka/burqa o el nicab/niqab son una violación de la libertad individual y otro ataque racista contra los musulmanes. Examinemos estas cuestiones más de cerca.
En mi opinión, defender el derecho a llevar el velo en cualquier forma y en cualquier circunstancia como libertad de elección es una falacia. Pasa por alto otros derechos igualmente importantes reconocidos por la sociedad civil moderna.
Al defender incondicionalmente el derecho a llevar el velo, se entra, en el mejor de los casos, en colisión con otro conjunto de derechos, es decir, los derechos de los niños, los derechos de las mujeres, los derechos sociales y el principio del secularismo/laicismo. Al debatir sobre la libertad de llevar el velo, se deben tener en cuenta diferentes circunstancias. 1. La edad de la persona que lo lleva. 2. La extensión del velo y 3. El lugar donde se lleva el velo.
¿Por qué son relevantes estos factores en la discusión?
En primer lugar, es importante definir qué es el velo. ¿Es sólo un artículo de moda, un simple estilo de vestir? El argumento que clasifica el velo como un estilo de vestir es totalmente engañoso. El velo es un ritual religioso, una vestimenta religiosa. Además, hoy en día el velo se ha convertido en la bandera política de un movimiento político fascista, es decir, el Islam político. El velo se ha convertido en el símbolo del poder islámico. Allí donde los fascistas islamistas obtienen el poder, imponen el velo a las mujeres, como signo de su victoria y supremacía.
¿Por qué este argumento es relevante para nuestra discusión? Se podría argumentar que, independientemente de su carácter y significado religioso o político, uno debe ser libre de usar cualquier “símbolo político o religioso” que elija. ¡Mi respuesta, y creo que la de muchos otros, a esto, es un categórico de NO! Hay que decir que en la mayoría de los países, incluidas las democracias occidentales, existen ciertos códigos de vestimenta en los lugares de trabajo y no se permite usar diferentes símbolos políticos o religiosos en el lugar de trabajo. Por lo tanto, el velo también debe verse desde esta perspectiva. Deberíamos arrancar toda esta falsificación romántica que rodea al velo. El velo es un símbolo religioso y político de una religión y un movimiento que degrada y priva a las mujeres.
El velo como símbolo de la subyugación de las mujeres
El velo es a la vez símbolo y herramienta de subyugación de las mujeres. El Islam, como todas las demás religiones, es una ideología misógina. Es un producto directo del patriarcado puro. El Islam, en particular, debido a sus características terrenales, penetra cada aspecto de la vida privada y social de hombres y mujeres. La mujer, según el Islam, es una extensión y un sujeto del hombre. No tiene una identidad independiente y está definida por su amo. El velo ha sido prescrito para ocultar la propiedad de los hombres de posibles violadores. Una mujer “libre”, según el Islam, es considerada un objetivo abierto y libre, un vehículo gratuito.
Es absurdo considerar el velo como un artículo de moda o un estilo de vestir. Deberíamos definir el velo como lo que realmente es y como realmente funciona en la vida de muchas mujeres bajo el dominio del Islam: un símbolo de servidumbre y subyugación.
Sin embargo, se puede argumentar que, si una persona elige una vida de servidumbre, debería ser libre de hacerlo. La sociedad civil moderna tiene una respuesta diferente a este argumento. En una sociedad civil libre y moderna, cuando se protegen los derechos humanos, los derechos de los niños o los derechos de las mujeres, existen leyes que limitan el derecho de una persona a hacerse daño a sí misma o a privarse de ciertos derechos y privilegios. Del mismo modo, deben imponerse algunas limitaciones al uso del velo. Es aquí donde quizás surjan algunos desacuerdos. Aquí es donde entran en escena las circunstancias mencionadas anteriormente.
El velo debe estar prohibido para las niñas menores de edad
Uno de los logros de la sociedad civil moderna es el reconocimiento de la responsabilidad de la sociedad de proteger a los niños de cualquier tipo de abuso. La sociedad debe ser responsible de la seguridad, la felicidad, la salud y el crecimiento y desarrollo normales de los niños. En las últimas décadas, hemos presenciado una gran lucha de personas decentes y amantes de los seres humanos para establecer el concepto de los derechos del niño, para reconocer al niño como un individuo y no como propiedad de sus padres.
Este es un logro histórico que contradice la esencia de la religión. Según el Islam, el niño es propiedad del padre o del abuelo y estos incluso tienen derecho a quitarle la vida. Por lo tanto, las cartas modernas de los derechos del niño están en contradicción básica con las leyes y costumbres religiosas. De hecho, anulan ciertos derechos religiosos o “divinos”. Esto debe extenderse a las niñas que viven en comunidades islámicas.
El velo es una discriminación absoluta contra las niñas. Impide su desarrollo físico y mental, las segrega del resto de la sociedad, limita su crecimiento y su desarrollo futuro, les asigna un papel social prescrito según su género y una división del trabajo. Por lo tanto, debe prohibirse.
La sociedad tiene el deber de garantizar el desarrollo libre, sano y normal de estas niñas. Es un crimen ignorar esta obligación. La libertad de elección es un completo disparate en lo que respecta al velo para las niñas menores de edad. “¡Una niña no tiene religión!”. Es la religión de los padres la que se le impone a la niña. La sociedad debe respetar el derecho de la niña a un desarrollo libre. De la misma manera que la sociedad moderna reconoce el derecho innegable a la educación para todos los niños, prohíbe el trabajo infantil y considera el abuso físico de los niños como un delito grave, también debe prohibir el velo para las niñas menores de edad. Esto debe añadirse a todas las cartas internacionales de los derechos del niño. El velo es un abuso físico, mental y social de las niñas y debe ser reconocido como tal por la comunidad internacional.
La sociedad secular/laico versus el velo
En una sociedad laica/secular, la religión debe ser un asunto privado de cada individuo. El Estado debe estar separado de la religión y abstenerse de promover cualquier religión. Una sociedad laica/secular puede defender mejor los derechos individuales y las libertades civiles. Contrariamente a la creencia común, el odio religioso o la estigmatización comunitaria se pueden evitar mejor en una sociedad laica. En una sociedad laica/secular, debe prohibirse el uso o la portación de cualquier símbolo religioso en las instituciones estatales y en los lugares de enseñanza. De esta manera, el Estado y el sistema educativo no promueven ninguna religión en particular. La religión permanece en la esfera privada y se evitan en cierta medida los enfrentamientos entre los seguidores de diferentes religiones. Por lo tanto, creo que la reciente legislación en Francia sobre la prohibición de usar cualquier símbolo religioso en las instituciones estatales y las escuelas es un paso adecuado en la dirección correcta.
Sin embargo, creo que su principal defecto es que todavía se permite que funcionen las escuelas religiosas privadas. Esto deja el destino de la niña en manos de padres fanáticos religiosos que la envían a una escuela religiosa privada y la encierran en un gueto. Esto no es respetar la libertad individual ni las libertades civiles; es discriminación contra un grupo de niñas que están aisladas de la sociedad en general y sus vidas están en un gueto por sus padres y los llamados líderes de sus comunidades. La sociedad debe defender el derecho de los niños; las niñas que viven en comunidades islámicas no son una excepción. La sociedad y el Estado tienen la responsabilidad de su desarrollo normal, saludable y feliz.
El burka/burqa o el nicab/niqab, ¿un derecho individual o un derecho social?
El velo se presenta en distintas formas y tamaños, desde un pañuelo hasta una prenda suelta similar a una túnica que cubre todo el cuerpo de la mujer (su aspecto es algo diferente en distintos países o según las reglas de distintas sectas islámicas) y, por último, el burka/burqa o el nicab/niqab. El burka/burqa se ha convertido en el símbolo de los talibanes, la restricción más severa impuesta a la apariencia de las mujeres.
¿Se debe permitir que una mujer se cubra con esta forma tan severa de velo? En mi opinión: ¡NO! La prohibición del burke o el nighab se puede argumentar desde dos ángulos: 1) el derecho de la sociedad y 2) el derecho de las mujeres.
En primer lugar, en mi opinión, cuando se trata del burka/burqa o nicab/niqab, traspasamos la esfera de los derechos individuales. Aquí, entramos en la esfera de lo que yo llamo derechos sociales. La persona bajo este tipo de velo no tiene identidad ante los conciudadanos. La sociedad no puede trabajar con seres humanos sin rostro. En un lugar de trabajo, y me refiero a cualquier lugar de trabajo, es derecho de los compañeros de trabajo y los clientes ver la cara de sus colegas o del personal. También está en juego la cuestión de la confianza. No se puede confiar en la persona que se ha cubierto la cara. Los ojos y las expresiones faciales son la clave de la comunicación, si se ocultan, no puede haber comunicación real. Por lo tanto, llevar burka/burqa o nicab/niqab debe estar prohibido en el lugar de trabajo.
Creo que la cuestión de la confianza y la identidad va más allá del ámbito laboral. Es igual de importante que en el autobús, en el parque, en el parque de recreo, etc., puedas ver el rostro de la persona que te rodea. Aquí se trata de una cuestión de derechos individuales frente a derechos sociales. Hay casos en los que la sociedad decide con razón privar a ciertas personas de ciertos derechos en beneficio de la sociedad en su conjunto. Por ejemplo, prohibir fumar en lugares públicos e imponer severas restricciones a los fumadores limita los derechos individuales de los fumadores, pero se defiende sobre la base de los beneficios para la salud de toda la sociedad. Hay que prohibir el burka/burqa o el nicab/niqab en beneficio de la sociedad.
En segundo lugar, hemos argumentado anteriormente que el velo es un símbolo y una herramienta para la subyugación y degradación de las mujeres. Esta es una de las principales razones para exigir que se prohíba su uso para las niñas menores de edad. No obstante, estamos de acuerdo en que en una sociedad libre una persona tiene derecho a elegir la servidumbre, si así lo desea.
Sin embargo, también argumentamos que existen ciertas limitaciones impuestas a las prácticas de autolesión por parte de las personas. La circuncisión femenina, que después de una larga y dura batalla se conoció como lo que realmente es la práctica, es decir, la mutilación genital femenina, ahora está prohibida por muchos gobiernos occidentales. Las activistas de los derechos de las mujeres tuvieron que luchar enérgicamente para crear conciencia sobre esta brutal práctica religiosa y lograron prohibirla en estos países. Hay muchas sectas religiosas diferentes y no todas sus prácticas están permitidas por la ley. Por lo tanto, la libertad religiosa no significa libertad para practicar cualquier mandamiento o costumbre religiosa.
Creo que el burka/burqa o el nicab/niqab también deberían clasificarse como aquellas prácticas religiosas prohibidas por la ley. El burka/burqa o el nicab/niqab privan a la mujer de toda identidad. Al permitir su uso, reconocemos la existencia de algunas mujeres sin identidad que caminan por ahí con una forma fantasmal. Esto es un verdadero insulto a la dignidad humana.
La sociedad no debería permitir tal grado de degradación y humillación de los seres humanos. Esto es indignante. Esto debe caer dentro de la categoría de las limitaciones que la sociedad impone a las prácticas autolesivas. Añado de paso que dudo profundamente de la naturaleza de la elección voluntaria y libre con respecto al velo, especialmente en esta forma severa. Pero no entraremos en este debate aquí.
Deberíamos redefinir el velo. Deberíamos debatir esta cuestión amplia y abiertamente. Con suerte, llegaremos al acuerdo de que deben imponerse ciertas limitaciones al velo: la prohibición de todas las formas de velo para las niñas menores de edad. El uso del velo en lugares de trabajo públicos e instituciones educativas y la prohibición total del burka/burqa y el nicab/niqab.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez
Irán: mitos y realidades - ¿Qué quiere el pueblo iraní? (2009)
Iran: Myths & Realities – What do the people want? (2009) in Spanish
Irán: mitos y realidades - ¿Qué quiere el pueblo iraní?
Viernes, 26 de junio de 2009, 12:13 pm
Columna: Azar Majedi
Una mirada a la presentación que los medios hacen del movimiento de protesta:
Irán: mitos y realidades
¿Qué quiere el pueblo iraní?
Por Azar Majedi
Irán está en el centro de las noticias internacionales. ¿Qué ha provocado las protestas masivas? ¿Cómo ha podido cambiar la situación de forma tan drástica en una semana? ¿Qué quiere la gente? ¿Cuál será el resultado de este movimiento de protesta? Éstas son las preguntas que se debaten una y otra vez en los canales de televisión y en la prensa. Se invita a distintos analistas políticos y miembros del mundo académico iraní, estadounidense y europeo, todos con distintos grados de adhesión al llamado campo reformista del Estado, a arrojar luz sobre la situación.
Todos estos diferentes comentaristas parten de una premisa común: “El pueblo de Irán no quiere una revolución”. Con esto quieren decir que el pueblo no quiere derrocar al régimen islámico fascista. Afirman que el pueblo quiere una evolución, un camino gradual hacia el cambio. Insisten en que la gente quiere algunos cambios menores en el sistema político, un poco más de libertad. Argumentan que la gente está protestando contra Mahmud Ahmadineyad y las elecciones amañadas y no contra el régimen islámico fascista. Por tanto, si Mir-Hosein Musaví se convierte en presidente, todo volverá a la normalidad.
Este es el núcleo de todos los análisis presentados por los medios internacionales. Desde el llamado “antiimperialismo” del ala-izquierda de la revista de Independent, de gente como Robert Fisk, hasta los periodistas derechistas de la revista de Financial Times, repiten la misma línea. El primero afirma categóricamente que el pueblo de Irán “está contento con el régimen islámico”. Robert Fisk repite a continuación el cliché “antiimperialista” de que el pueblo de Irán “no quiere que Occidente le diga lo que tiene que hacer. No quiere ser como Occidente”. (Entrevista citada con Aljazeera TV/inglés) Como si el deseo de librarse del régimen islámico fascista, el deseo de librarse de la tiranía religiosa, el apartheid de género, la represión, la pobreza y la corrupción fueran aspiraciones occidentales por defecto y no aspiraciones humanas universales. Como si el pueblo de Irán y las mujeres de Irán no pudieran distinguir por sí solos entre dictadura y libertad, discriminación e igualdad, brutalidad y respeto por la humanidad. Como si se tratara de los llamados valores occidentales, ello desacreditaría su validez y conveniencia. Según Robert Fisk, en Irán el pueblo es leal a la revolución “islámica” y sólo quiere librarse de Mahmud Ahmadineyad.
La periodista del Financial Times que apareció en el noticiero matinal de GMTV se mostró rotundamente en desacuerdo con mi afirmación de que estas protestas son “el principio del fin del régimen fascista islámico”. Sostuvo que la gente en Irán “no quiere una revolución. Quiere una evolución y un poco más de libertad. Quiere poder llevar las camisetas que quiera”.
Si no creyera tan firmemente en lo que quiero que ocurra en mi país natal, aquel del que tuve que huir (como miles de otras personas) para salvar mi vida, para escapar de la tortura y la ejecución, en la época del mandato del señor Mir-Hosein Musaví como primer ministro, habría pensado que estaba loca por querer un cambio real, por querer el derrocamiento de esta dictadura brutal, misógina, reaccionaria y religiosamente fascista. Habría pensado que todos mis queridos camaradas y amigos que fueron asesinados en las famosas prisiones del régimen islámico estaban locos por haber perdido la vida luchando contra este régimen fascista bárbaro. Yo habría pensado que esos cientos de miles de personas que arriesgan sus vidas y se aventuran en la calle deben estar locos.
Estoy seguro de que Mir-Hosein Musaví, Mehdí Karrubí y Mohammad Jatamí no quieren muchos cambios. Sólo quieren un cambio pequeño. No tengo ninguna duda de que “están contentos con el régimen islámico”. Pero ¿qué pasa con Neda Agha-Soltan, la joven que fue asesinada a tiros en Teherán? ¿Qué pasa con esa mujer embarazada que fue asesinada mientras protestaba? ¿Qué pasa con su pareja que perdió a dos seres queridos de un disparo? ¿Qué pasa con todas esas madres y padres cuyos hijos e hijas fueron brutalmente torturados y ejecutados; esos padres que todavía no saben dónde están enterrados sus amados hijos; esos padres que, por miedo a las represalias, enterraron a sus hijos en los jardines de sus casas? ¿Qué pasa con los padres de esos miles de niños que fueron obligados a caminar sobre minas terrestres durante la guerra entre Irak e Irán con una llave del cielo colgada del cuello? ¿Esos niños cuyas madres fueron lapidadas hasta la muerte? ¿Qué pasa con los millones de mujeres que se ven obligadas a llevar el velo y son tratadas como medio humanas? ¿Están todas estas personas “contentas” con la República Islámica y sólo quieren un poco de libertad, un poco de cambio?
Si no conociera y sintiera tan de cerca estos agravios, si no los hubiera visto de primera mano, si no conociera a algunos de esos mujeres y hombres jóvenes decentes y valientes que fueron ejecutados por este monstruoso régimen, entonces estaría convencido. No tendría más opción que aceptar la única interpretación que ofrecen los medios internacionales. Es desconcertante. ¿Es esto accidental o hay una agenda oculta? ¿Son estos análisis el producto de una comprensión superficial de una sociedad bajo el yugo de la dictadura y la censura o son parte de un plan para materializar un plan y una estrategia ficticios?
¡Hemos estado allí, lo hemos visto!
Yo pertenezco a la generación que ha presenciado las protestas masivas contra otra dictadura. Pertenezco a la generación que luchó contra la dictadura del shah Mohammad Reza Pahlaví. He luchado contra dos dictaduras por la libertad, la igualdad, la justicia socioeconómica y la prosperidad. Soy, como tantos otros camaradas, un activista político experimentado. Los medios de comunicación internacionales actuaron de la misma manera hace treinta años. En aquel entonces, la tecnología no era tan avanzada. No había YouTube, ni Internet ni televisión por satélite. Pero la gente seguía dependiendo de los medios internacionales para obtener noticias. En aquel entonces, era la era de las radios de onda corta. La gente dependía de la BBC, Voice of America, Radio Israel y Radio Moscú para obtener información y análisis.
En el año de 1978, estos medios de comunicación desempeñaron un papel importante en la creación de un líder, Ruholá Musavi Jomeiní, que no era más que un clérigo exiliado, apenas conocido por la mayoría de la población iraní y casi olvidado por muchos de sus seguidores fanáticos. Luego, en medio de la Guerra Fría, el temor a un movimiento de izquierda laica cada vez más popular en Irán se llevó a los estados occidentales a una cumbre celebrada en la isla colonial francesa de Guadalupe del 4 al 7 de enero de 1979 (Conferencia de Guadalupe), para cambiar el curso de los acontecimientos del movimiento de masas más grande hasta entonces en la historia de Irán. En poco tiempo, para nuestra sorpresa y desconcierto, los fascistas islamistas, que habían sido marginados en la fase inicial de las protestas, asumieron la dirección del movimiento antimonárquico.
A Saddam Hussein se le pidió que deportara a Ruholá Musavi Jomeiní, bajo el pretexto de participar en actividades políticas contra el estado iraní de Pahlaví. Francia lo recibió con agrado. De la noche a la mañana, se convirtió en una celebridad mediática internacional. Nació un “líder”. Se abortó una revolución por la libertad, la igualdad y la justicia. Éste fue el comienzo de treinta años de derramamiento de sangre, opresión, misoginia, apartheid de género, lapidaciones, mutilaciones y un sistema político atroz.
La historia se está repitiendo. Como siempre, temerosos de cambios radicales que puedan llevar al empoderamiento de la izquierda, la maquinaria de formación de opinión de los medios de comunicación está diciendo la mitad de la verdad. Sus “análisis en profundidad” ni siquiera arañan la superficie. Tal vez por parte de algunos periodistas, la superficie es todo lo que son capaces de captar, pero en general, hay un plan deliberado para censurar a la izquierda, no para presentar las aspiraciones y demandas profundas del pueblo. Un “líder moderado” es todo lo que están dispuestos a dar voz.
El equilibrio de poder
¿Los manifestantes se oponen únicamente a Mahmud Ahmadineyad? ¿Están realmente contentos con el régimen fascista islámico? ¿De verdad quieren sólo un poco de cambio, un poco de libertad? ¿Cómo llegan a tales conclusiones estos periodistas y analistas políticos? Examinemos estas cuestiones.
Esto es lo que ha sucedido en Irán en las últimas semanas. En las semanas previas a las elecciones del 12 de junio, la gente organizó manifestaciones y reuniones en apoyo de los dos candidatos llamados reformistas y en contra de Mahmud Ahmadineyad. Votaron por Mir-Hosein Musaví o Mehdí Karrubí. Había una gran expectativa de que las elecciones fueran amañadas, por lo que la gente se mantuvo alerta y lista para salir a las calles. Cuando se anunciaron los resultados sólo dos horas después del cierre de las urnas, se produjeron manifestaciones masivas. Miles de personas salieron a las calles y protestaron contra las elecciones amañadas.
Así se desarrollaron los acontecimientos, pero no es toda la verdad. Hay más de lo que parece. Al analizar la situación en Irán, hay que tener en cuenta el importante factor del equilibrio de poder. Es evidente que la gente no podía salir a la calle y gritar “abajo la República Islámica” mientras la brutal y sofisticada maquinaria de represión estuviera intacta. La gente trabaja en el marco de un equilibrio de poder y trata de cambiar ese equilibrio a su favor.
El voto de la mayoría de la gente por Mir-Hosein Musaví o Mehdí Karrubí fue en realidad un voto de “no” para Mahmud Ahmadineyad y la República Islámica. Sólo cuatro candidatos pasaron el sistema de selección del Consejo de Guardianes. Bajo el régimen fascista islámico, alrededor del noventa y nueve por ciento de la población no puede presentarse como candidato. Según la ley islámica, una mujer no puede ser presidenta. Esto excluye de un plumazo a aproximadamente la mitad de la población. Las personas ateas no sólo no pueden presentarse como candidatas, sino que deben ser decapitadas según la ley. Los seguidores de otras religiones, excepto los chiítas, también están excluidos. Así que nos quedamos con los hombres chiítas. Pero entre este último grupo, sólo los verdaderos seguidores de la República Islámica pueden presentarse como candidatos a la presidencia.
El Consejo de Guardianes examina a todos los candidatos potenciales y decide quién cumple con los requisitos. En esta ronda, sólo cuatro hombres que han sido figuras prominentes en el régimen, que ocuparon puestos de alto rango y desempeñaron un papel importante en la consolidación del régimen, pasaron la evaluación. Los candidatos, además de Mahmud Ahmadineyad, fueron Mir-Hosein Musaví, Mehdí Karrubí y Mohsén Rezaí Mirqaed. Mir-Hosein Musaví era el primer ministro en la época de la guerra entre Irán e Irak. Bajo su mandato, en agosto de 1988, en menos de un mes, miles de activistas de la oposición e incluso algunos niños fueron ejecutados en las cárceles. Mehdí Karrubí fue una figura prominente en el régimen desde el momento de su creación, cercano a Ruholá Musavi Jomeiní y también presidente del Majlis (Parlamento) durante algún tiempo. Mohsén Rezaí Mirqaed era el comandante del Cuerpo de Guardias Islámicos (IGC), el principal instrumento de represión. Todos estos hombres participaron en la brutal represión de la oposición en la República Islámica. Si el pueblo de Irán logra hacer justicia en su sociedad, todos estos hombres serán juzgados por crímenes contra la humanidad.
¿Esto representa una verdadera alternativa para la gente? Ésta es la primera pregunta que hay que hacerse. Si no, ¿por qué la gente participó en las elecciones en tal número? La gente aprovechó esta oportunidad para expresar su protesta, mostrar su descontento y decir un rotundo de “NO” a este régimen fascista. Las manifestaciones masivas que se identificaron como la campaña de Mir-Hosein Musaví o Mehdí Karrubí fueron un gran sobresalto para todos, incluidos los propios candidatos. En un país donde cualquier manifestación de protesta, y más aún una demostración, es brutalmente reprimida, la campaña presidencial brindó una ventana de oportunidad. El régimen fascista islámico se asustó bastante de estas manifestaciones masivas y de la velocidad con la que crecieron en número y en radicalización.
Ante esta rápida escalada de manifestaciones antigubernamentales bajo el lema de una campaña electoral, el CGI emitió un comunicado en el que afirmaba que los extremistas del bando de los candidatos estaban tratando de derrocar al régimen y amenazaba al pueblo con una dura represión si se concretaban tales intentos. Por ello, el CGI y el bando de Alí Hoseiní Jamenei e Mahmud Ahmadineyad decidieron poner fin al clima electoral y abortar cualquier plan encaminado a debilitar aún más al régimen fascista islámico. Esto llevó a que los resultados de las elecciones se anunciaran sólo un par de horas después del cierre de las urnas.
No entendieron la situación. No reconocieron la diferencia en la psicología colectiva y el estado de ánimo general del pueblo iraní. No vieron ni entendieron que los tiempos estaban cambiando. Esta vez el estado de ánimo era muy diferente entre el pueblo iraní. El pueblo iraní parecía estar decidido a no dar marcha atrás. No se trataba necesariamente de una decisión consciente o expresa. Este estado de ánimo desafiante era más bien el resultado de un cambio más profundo en el estado de ánimo social y la psicología colectiva del pueblo. Irán se encuentra en una encrucijada. Parece que la situación ha llegado a un punto sin retorno.
El pueblo iraní no quiere este régimen islámico fascista. No quieren vivir bajo una tiranía teocrática religiosa. No quieren un apartheid de género. Quieren ser libre. Quieren igualdad y prosperidad. Ésta es la voluntad del pueblo iraní. Parece que esta vez está decidido a continuar con su protesta hasta lograr sus reivindicaciones. El desarrollo de los acontecimientos en los últimos días, en particular después del sermón del viernes de Alí Hoseiní Jamenei, ha cambiado la lucha de poder entre el pueblo y el régimen fascista islámico. A pesar de la dura represión de las fuerzas de seguridad, que ha matado a unas doscientas personas, ha herido a muchas más y ha encarcelado a cientos de manifestantes, a pesar de que las fuerzas de seguridad y las milicias han lanzado ataques contra personas desarmadas, el pueblo iraní se muestra desafiante. El equilibrio de poder ha cambiado a favor del pueblo, no en un sentido militar, sino en términos de desafiar la intimidación y el miedo.
Si hasta el viernes los manifestantes se manifestaban gritando con la boca, en un intento de no provocar violencia, en los últimos días las protestas se han vuelto más radicales y menos moderadas. Los manifestantes ya están gritando “abajo la República Islámica”. Los verdaderos sentimientos sin censura están aflorando en las calles. Hay noticias e incluso videos de mujeres sin velo con ropa completamente no islámica en algunos barrios. Una característica significativa de este movimiento de protesta es que no está organizado ni dirigido por quienes dicen ser su líder, o son identificados por los medios como su líder. Tienen un carácter espontáneo. Lo que presenciamos en las calles no solo de Teherán, sino también de algunas otras grandes ciudades, parece más bien un levantamiento. Parece que el régimen islámico ha entrado en una fase en la que, cualesquiera que sean las tácticas que adopte y cualquiera que sea el tono que adopte, solo acerca su desaparición. Este es el principio del fin de uno de los regímenes políticos más brutales, atroces y notorios del siglo 20. Su desaparición tendrá consecuencias de largo alcance para Oriente Medio y el Islam político. Las mujeres de Irán y, de hecho, de toda la región saldrán considerablemente beneficiadas de este curso de los acontecimientos.
Acerca de
Azar Majedi es presidenta de la Organización de Liberación de las Mujeres y productora y presentadora de “No al Islam político”, un programa de NCTV.
Traductor de español: Nicolás José Jiménez